Natasha Romanoff es una chica de diecisiete años, pelo rojizo no muy oscuro, preciosos ojos verdes y fina figura, en su niñez paso un gran complejo por que los niños de su clase la llamaban conejo según dicen por sus paletas de leche, pero eso ya quedo en la niñez ya que ahora poseía una preciosa dentadura y aparte le daba exactamente igual lo que la gente pensasen de ella, cosa que tampoco la preocupaba, como los mil insultos que recibía día si y día también en el instituto.
Su familia es de clase media alta, vive con sus padres y hermana pequeña en un tranquilo barrio de Brooklyn pasando el puente, su padre Alexei trabaja como jefe de seguridad privada y su madre Melinda viróloga bastante conocida por su gran ayuda durante la pandemia del Covid 19. No eran para nada ricos ni pudientes, lo que si eran, incluida Natasha, muy trabajadores y ahorradores, casi cada dólar ganado era dedicado a la futura educación de sus hijas, el conservatorio de música para Yelena y la universidad de Natasha, aunque eso casi no era una preocupación para ellos, ya que con las notas que Natasha sacaba año tras año llamaban a gritos una buena beca en una buena muy universidad. Son una familia muy unida a pesar de sus trabajos y horarios locos.
Es una chica normal y de carácter muy noble, tiene un gran talento tocando muchos instrumentos, entre ellos el piano y la guitarra además de tener una gran y particular voz, de ahí sale el afán por la música de su hermanita Yelena que es su fan número uno, es muy buena estudiante, buena amiga y buena persona en general, con cualquier persona o causa, desconocido o no, hasta sus amigas le solían decir "pecas de buena" ya que muchas veces lo pasaba mal al recibir malos tratos al querer solo ayudar, pero todo no se podía tener en la vida y ella, al igual que casi medio instituto Avenues, no gozaban de la simpatía de los conocidos y anticuados populares del instituto.
Ese famosillo y patético grupo, lo formaban principalmente unas cinco personas, a las cuales se les sumaban algunos de los deportistas y las tías y tíos huecos de mente de su circulo social, en ese grupo se odiaban entre ellos mismos y se envidiaban de cualquier mínima cosa, eran falsos, creídos y arrogantes, caminaban como si fueran dioses intocables por el instituto porque sus padres tenían mucha liquidez y grandes coches de lujo, por eso se dedicaban a meterse con la gente e intentaban joder los sueños de los demás día tras día, y como no podía ser menos de los de Natasha, la cual por alguna razón con los años se había convertido en el foco principal de las cabecillas del grupo, Peggy y Hela.
Esta historia comienza en los pasillos de ese instituto.
Era invierno, quedaba muy poco para las vacaciones de Navidad, lo que significaba que era épocas de exámenes de los fuertes, Natasha ya estaba en su último curso, era muy importante aprobarlo todo y con nota, ya que en segundo curso considerando las matriculas de honor que había sacado en todas las asignaturas le adelantaron un curso, colocándola con los mayores del instituto, ese motivo desencadeno aun más odio por parte de Peggy y Hela al verla en su clase, a Natasha no le hizo nada de gracia tener que compartir asignaturas con cuatro miembros de la pandillita de chulitos y dejar a casi todas sus amigas en su otra clase.
Peggy, una niña mimada y creída, interesada solo en codearse con gente pudiente y acostarse con cualquiera que tuviera un Lamborghini, Bucky y Steve eran la perfecta definición de unos lame culos sin personalidad con el cerebro atrofiado de tanta masturbación y drogas, eran unos autentico babosos acosadores que no se comían un rosco con nadie por brutos y creídos. Hela, esta era la abeja reina de aquella podrida colmena, todo tenía que girar entorno a ella y ser el centro del universo de todos. Wanda, era la más reservada de todos, siempre lograba apartar a la gente de su camino con solo mirarlas, aparte de ser intimidante por su pasotismo, se llevaba parte de los suspiros de los chicos y chicas del instituto aunque nadie le dijera nada, por ello Hela iba tras ella desde que Wanda apareció en su circulo social, adquirió una gran riqueza gracias a la pericia de su madre en los negocios, lo que llamó la atención de su existencia entre los miembros de la pandilla desde el segundo curso. No compartía la idea de molestar a la gente, simplemente se dejo llevar a raíz de la muerte de su padre, eso la hizo desconectar del mundo y caer en los fríos brazos de la arrogancia.
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¿Por una apuesta? #WandaNat
RomanceEs una adaptación de una novela propia mía que escribí casi entera hace muchos años en un blog y que ahora quiero actualizar. Natasha es una chica de 17 años que le queda menos de un año para entrar en la universidad y abandonar por fin ese institu...