Capítulo 22

505 48 3
                                    

Jimin POV

─Bueno, eso estuvo cerca. ─JungKook salió del ascensor y entró al pasillo del piso dieciocho, sus ojos centellearon bajo las lámparas de araña del vestíbulo mientras se daba la vuelta para asegurarse de que lo seguía.

Como si fuera a hacer otra cosa.

Durante el trayecto no hubiera podido quitarle las manos de encima, pero como no quería arriesgarme a que nos descubriera ningún otro conocido, me metí las manos en los bolsillos y me obligué a mantenerlas allí.

─Lo fue, pero por suerte para nosotros, Ji Woong no hizo demasiadas preguntas.

─Gracias a Dios. Aunque me sorprende saber que disfrutas de la carne... por tu anemia. ─Sonrió satisfecho, y quise poner los ojos en blanco, porque decir lo primero que se me había ocurrido no había sido la mejor idea.

La mirada de JungKook me recorrió mientras caminaba hacia atrás, siguiendo cada uno de mis pasos. Su evidente deseo era un afrodisíaco por sí solo. Pero si a eso le añadimos la atractiva imagen que daba con su abrigo color camel sobre un jersey negro de cachemira y unos pantalones marrones de pinzas, resultaba francamente irresistible.

Se le veía sofisticado, pero con un toque casual. Las zapatillas negras que llevaba indicaban su juventud tanto como su rostro impecable.

─¿Qué? ─preguntó JungKook cuando volví a dirigir mi atención a su cara, y lo que fuera que viera allí hizo que una sonrisa malvada curvara sus labios─. ¿Me estás mirando?

Sabía muy bien que sí. Se había vestido para impresionar, y a mí me costaba recordar mi propio nombre, sabiendo que iba a tener las próximas dos noches para explorar cada centímetro de él sin ninguna posibilidad de interrupción.

Pero dos podían jugar a este juego. Quería tomarme el pelo, ¿verdad? Bueno, era hora de recordarle con quién estaba jugando, y que yo tenía años de experiencia cuando se trataba de juegos preliminares.

─Tal vez.

JungKook se detuvo junto a la puerta de nuestra suite y se apoyó en ella. ─Entonces por qué no vienes a abrir la puerta y puedes comprobar todo de mí.

Aún estaba intentando asimilar esta faceta atrevida de JungKook. Durante mucho tiempo lo había visto como el joven tranquilo y sensato de su grupo de amigos. Sólo para descubrir que el dicho ten cuidado con los callados era cierto, porque debajo de esa fachada pulida había un misterio sexy que no podía esperar a resolver.

O en este caso, desvestir.

Saqué la tarjeta-llave del bolsillo y alcancé el picaporte.

─Menuda oferta.

─¿Qué puedo decir? Me siento generoso y tú pagas mi estancia aquí.

Golpeé la tarjeta en el teclado, abrí la puerta de un empujón y le dije al provocador: ─Entonces mete tu dulce culo dentro para que puedas empezar a pagar.

JungKook se mordió el labio inferior y entró en la habitación, con su colonia envolviéndome y haciéndome señas para que le siguiera.

Cuando la puerta se cerró tras nosotros, dejando fuera al resto del mundo, mi polla golpeó la cremallera de mis pantalones.

Solos. Por fin. Sentía como si hubiera estado esperando eternamente este momento, lo cual era una locura, ya que ni siquiera había pensado en ello hasta que me lo sugirieron.

Pero desde entonces, no había podido pensar en otra cosa... y aquí estábamos, por fin.

─Esta suite es bonita. ─JungKook dejó su bolso en el portamaletas y se acercó a la ventana que daba hacia afuera─. Creo que nunca me había alojado en ésta.

escandaloso ── 𝐉𝐈𝐊𝐎𝐎𝐊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora