Capítulo 4: La Tensión CrecienteCena entre Jake y Elisa
— Jake, ¿Qué es lo que piensas hacer? — preguntó Elisa.
— Por qué tienes miedo de que le suceda algo a tu noviecito? — respondió Jake con una sonrisa.
— No sea ridículo — dijo Elisa. — Verás, he notado que has estado mostrando interés en Hannaht últimamente. Creo que es genial que quieras acercarte a ella para tu plan hacia Víctor, pero me gustaría darte un consejo.
— ¿Qué consejo tienes para mí? — preguntó Jake.
— Creo que sería importante que pienses bien tu estrategia y la forma en la que te acercas a Hannaht — explicó Elisa. — Recuerda que ella es una persona muy especial para Louie y sabes muy bien que ese hombre no se anda con jueguitos y que si tocas a las personas más importantes para él, te puede matar. Si la quieres utilizar para esto, me parece perfecto, pero no te recomiendo que andes con estupideces. Piensa con cabeza fría, puedes ponerte en riesgo.
— Entiendo lo que dices, Elisa, y muchas gracias por tu consejo innecesario — dijo Jake. — Pero te recuerdo que no le tengo miedo a Louie. Sé que no me puedo meter con las cosas que él más aprecia, pero así es esto. Me conozco las reglas del juego y sé cuándo las cosas podrían ponerse peor. Pero no te preocupes, pensaré con cabeza y me protegeré.
— Y si te enamoras de ella? — preguntó Elisa, mirándolo fijamente a los ojos. — Aunque me cueste aceptarlo, es una chica muy bonita y es muy buena en lo que hace. Si te llegas a enamorar, podrías echar a perder tus planes y perderías completamente.
— Ya deja de pensar estupideces y come esto — dijo Jake, tomando un sorbo de su copa de vino. — Está delicioso. ~Umm, mira, abre la boca, di AAA~ — hizo un gesto gracioso y miró a Elisa.
Elisa se rió.
— No estamos pequeños, en serio. ¿Crees que todavía soy una nena pequeña? — preguntó.
— Sí — respondió Jake, sonriendo. — Ahora, abre la boca — rió.
Más tarde, esa noche...
Hannaht y Jake llegaron al departamento de ella después de que él la hubiera llevado en su coche.
— Bueno, aquí estamos — dijo Jake. — ¿Llegaste bien a casa, Hannaht?
— Sí, gracias a ti, Jake — respondió Hannaht. — Realmente aprecio que me hayas traído. Fue muy amable de tu parte.
— Fue un placer — dijo Jake. — Escucha, ¿te gustaría quedarte a tomar algo conmigo? Tengo algo preparado y sería genial seguir conversando un rato más.
— Jake, gracias por la invitación — respondió Hannaht, — pero creo que tal vez sería mejor dejarlo para otro día. Estoy un poco cansada hoy y creo que sería mejor descansar.
— Oh, entiendo — dijo Jake. — No hay problema en absoluto. Si prefieres descansar, es totalmente comprensible. ¿Qué te parece si planeamos algo para otro día entonces?
— Sí, me encantaría — respondió Hannaht. — Tal vez podamos coordinar algo para mañana o durante la semana. Gracias de nuevo por la invitación, Jake.
Al día siguiente, en la oficina...
— ¿Hannaht, llegaste bien a casa anoche? — preguntó Víctor.
— Sí, gracias por preguntar — respondió Hannaht. — Jake me llevó a mi apartamento.
— Jake — repitió Víctor, su enojo creciendo. — ¿Y por qué él?
— No lo sé — respondió Hannaht. — Solo se ofreció en llevarme y le dije que sí. ¿Hay algún problema en ello?
— Sí — dijo Víctor. — No te quiero cerca de él. Es una mala persona y no quiero que estés en peligro. Solo quiero...
— Hey, calma — interrumpió Hannaht. — Solo le acepté la invitación para que me llevara a mi casa, solo es mi amigo, gracias por preocuparte pero nada malo me va a pasar.
- No estés tan segura de eso y no te confíes de él, puede mostrarte una cara que no es.
- Ya, si? - mirándolo - me dejas trabajar? Tengo muchas cosas que hacer porque mi jefe - señalando - me dejó mucho por hacer, gracias
- Está bien me voy pero no olvides nada de lo que dije, ok?
- Si si ya bay - cerrando la puerta - Dios mío este hombre cada día me enamora más.
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"corazones en conflicto, amor en la cima del crimen"
Lãng mạn"En las sombras de una bulliciosa ciudad, las vidas de Viktor Louie Kovalenkof Rizzo, el mafioso más temido y peligroso, y Hannaht Sophia Smith Vega, una astuta y brillante universitaria con un futuro prometedor, estaban a punto de entrelazarse de u...