Prologo

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En el bullicioso centro de la ciudad, entre las luces de neón y el aroma de la comida callejera, se encontraba el restaurante de Jim.

Un lugar que, aunque sencillo, estaba impregnado de esfuerzo, dedicación y amor.

Jim, un alfa fuerte y determinado, había enfrentado la adversidad con valentía, levantando su negocio de la nada mientras criaba a sus hijos, como padre soltero.

El peso de la responsabilidad lo había endurecido, y tras la traición de Wen, quien lo dejó sin una palabra en el peor momento, Jim había cerrado su corazón al amor.

Pero además del peso de la responsabilidad, Jim lidiaba con sus propios demonios internos.

En momentos de soledad y desesperación, se sumergía en el alcohol como un intento de escapar de su dolor por perder a su primer Omega y de las cicatrices emocionales que Wen había dejado atrás cuando lo abandonó. Hicieron que su corazón se hiciera de piedra.

Kaipa, un omega de alma gentil y sonrisa cálida, había llegado al restaurante en un momento de necesidad, tanto para él como para Jim.

Con manos hábiles y un corazón generoso, Kaipa se convirtió en el pilar que sostenía el día a día del negocio.

Preparaba los platillos con un amor que se transmitía en cada bocado y atendía a los clientes con una amabilidad que hacía regresar a todos.

Pero más allá de su talento culinario, Kaipa estaba enamorado de Jim. Un amor profundo y silencioso que guardaba como un secreto, pues sabía que Jim lo veía solo como a un hermano menor.

A pesar de la frialdad de Jim hacia el amor, Kaipa no solo se dedicaba al restaurante, sino también a cuidar de Phuwin y de Neo, un chico en la floreciente edad de la rebeldía y la curiosidad.

Kaipa se esforzaba por ser un apoyo constante en la vida del joven, ofreciéndole orientación y compañía cuando más lo necesitaba.

El restaurante, en una lucha constante por no sucumbir a la quiebra, se mantenía a flote gracias al esfuerzo conjunto de Jim y Kaipa.

Pero mientras Jim se sumergía en su trabajo y en el alcohol para olvidar su dolor, Kaipa seguía siendo la luz que iluminaba los rincones oscuros de su vida.

Para todos Kaipa era perfecto para Jim, pero lamentablemente el alfa estaba cegado por el dolor y la traición que no veía mas allá de sus nariz.

Un amor no correspondido que se manifestaba en cada acción, esperando pacientemente el día en que Jim pudiera ver lo que siempre había estado frente a sus ojos: que el amor verdadero a veces se encuentra en los lugares más inesperados.

Tarán les gusto?
Espero que lo apoyen
Me inspiré al ver las interacciónes del par.
Odiaran a Alan y a Wen
No vemos en la próxima actualización
Love Is Love

 Odiaran a Alan y a WenNo vemos en la próxima actualización Love Is Love

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