Mírame

189 15 2
                                    




Se sentia valiente. Mas valiente que nunca.

Miró a su alrededor y al mundo rugiendo; lo proclamaron por el microfono ganador del Campeonato nacional de Kendō, vio a Daz Bones derrotado y una energia descomunal brotó de su cuerpo a pesar del cansancio.

Gritó, y sus amigos en las gradas del gimnasio gritaron con él. Con suerte alcanzo a tomar el premio que le acercaban, porque Luffy de un momento a otro se lanzó a abrazarle, luego Nami y tambien Chopper entre lagrimas.

Aunque bullía de orgullo, su triunfo no estaba completo.

Lo busco en el desorden de la multitud, entre el ruido de quejas y celebraciones. Con el tiempo habia desarrollado la habilidad de percibir su ubicacion sin necesidad de verlo, probablemente por tanto evitar sus patadas sigilosas. Un corto escalofrio y se dio la vuelta de inmediato, alcanzando a ver de reojo un mechon rubio que se asomaba entre los hombros agitados de Franky y Brook.

Al diablo todo.

Se abrio paso con brusquedad, choco con su atonita mirada clara, con Sanji, y lo tomo en sus brazos sin importarle las obvias represalias.

- ¡Qué carajo!

Un golpe suave, una leve resistencia y luego una risita; habia aceptado su abrazo aunque le pillara desprevenido.

- Estas muy feliz, ¿eh?

- Tu que crees, Cejillas.- hundio la nariz entre su camiseta almidonada, aspirando el olor que siempre supo que tendria; frituras y jabon.

- Estas haciendo una escena.- murmuró incomodo el rubio.

- Necesitaba agradecerte por haberme ayudado a entrenar estos meses.- replicó contra su cuello, disfrutando cada segundo.

Sanji lo alejo con cuidado, pero la distancia solo fue para mirarle a los ojos, sosteniendo la tela de sus hombros y deteniendole el corazon a Zoro traicioneramente.

- Yo no te ayude en nada.- rodo los ojos, quitandole importancia.- Disfruté patearte despues de clases, me ayudó a desestresarme.

- Quizas, pero fuiste muy puntual. Luffy me dejo tirado la primera semana.- rieron al unisono y la sonrisa perduro en sus rostros mientras compartían una mirada alegre. Pero pronto Sanji fruncio el ceño y dio un vistazo nervioso alrededor, y ambos despertaron del corto momento de complicidad para volver al mundo real, un mundo en el que Nami los analizaba concienzudamente e incluso los rivales de la otra escuela cuchicheaban con curiosidad al notarlos tan cercanos.

Zoro le sostenia aun de la cintura, asi que Sanji le pegó un buen manotazo.

Aun asi, esto era lo que estuvo esperando. Zoro sabia que esto era especial. Queria ganar el campeonato porque solo asi tendría el valor de confesarse. Porque si podia ganarle a los mejores espadachines de todos los institutos del país, decirle al idiota de tu compañero de curso que sueñas con él hace tiempo ( y no inocentemente) parecia pan comido. Aparte, queria demostrarle que podia, queria que Sanji lo felicitara, que lo reconociera. Quería mostrarle que era un cabeza de musculo, si, pero uno muy esforzado.

- ¿Admitiras ahora que soy el mejor?

Sanji sonrió mordazmente, respondiendo con burla mientras soltaba sus hombros con una palmadita.

- El mejor marimo de Japón, sin duda.

Antes habría caído en provocaciones, con lo corto de temperamento que era, pero Sanji se veia tan contento en el fondo, que volvio a sonreirle como un bobo.

- Deberias darme un premio por ser el mejor marimo, no es nada fácil.

Sanji se quedo quieto un segundo, como si sopesara algo, y volvió a mirar a su alrededor, como si una bestia fuera a saltarle por la espalda solo por pasar mas de 3 minutos hablando civilizadamente con él. Parecia alterado de pronto, y Zoro no demoro en entender la razón.

School daysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora