“CIUDAD NUEVA, ESCUELA NUEVA”
La mochila en su cama dejaba sobresalir sus libros escolares. El joven se alistaba lo más rápido que podía para no perder el autobús a su escuela. Primer día de clase, no podía permitirse llegar tarde.Era último año de preparatoria, no podía esperar a que ese año acabara y su vida como universitario al fin llegara. Se acomodó frente al espejo su cabello castaño claro, el cual caía desordenado casi tapando sus ojos.
Se sonrió a sí mismo, la ilusión del primer día de clase era algo que no se iría por nada del mundo.
Tomó su mochila y la colgó al hombro.
Sus padres, de ellos ya se había despedido una hora atrás cuando ambos salieron rumbo a sus trabajos, deseándole suerte a su único hijo.
Estuvo esperando el transporte por cinco minutos, cuando el bus amarillo se aparcó, corrió a su interior. Muchos chicos y chicas se le quedaron viendo, ¿Y cómo no?, si él era un chico bastante atractivo para cualquiera.
El autobús se aparcó, y él salió casi disparado al interior del recinto, rumbo a su salón. Había pasado más de una semana aprendiendo su horario, hasta lo podría recitar si llegaran a pedírselo.
Al entrar al salón vacío, se sentó en uno, y en otro, y en otro asiento. Buscando el ángulo perfecto para poder prestar atención a la clase.
En eso, cuando decidió quedarse frente al escritorio en dónde su profesor o profesora se sentaría, los chicos y chicas empezaron a entrar, uno tras otro, llegando a empujarse de manera desordenada.
Unos cuantos minutos pasaron, para que todos los chicos estuvieran en su lugar, y casi inmediatamente un hombre alto y con un aspecto elegante entró por la puerta resonando sus zapatillas en el piso.
—Buenos días, alumnos.
—Buenos días, profesor. —contestaron todos al unísono, él incluído.
Observó a su maestro con entusiasmo, el hombre era joven, y la sonrisa que dedicaba al pasear su mirada por todos ellos era bastante amable.
—Mi nombre es Jeon Jungkook, su maestro de Lenguaje y Literatura. Pueden llamarme señor Jeon.
Él se dirigió a su bolso que dejó encima del escritorio y sacó un marcador para rayar en la pizarra.
—Hoy haremos las presentaciones, la introducción a mi clase y las formas evaluativas de este año. Si alguna pregunta les surge, no duden en levantar la mano. —anunció el maestro.
El castaño levantó la mano incluso viendo a su maestro de espaldas, fue cuando se dió la vuelta que el hombre posó su mirada en su alumno.
Jamás había sentido una mirada como aquella, incluso algunos de sus compañeros –los que estaban atentos escuchando y observando– se quedaron estáticos al ver la mirada del profesor.
—Nombre. —exigió el maestro, con un tono de voz para nada propio del normal de él.
Bajó la mano, sintiéndose intimidado.
—K-kim Taehyung, profesor.
El hombre observó al joven de arriba a abajo, al subir, su mirada era la común que tenía hace unos momentos, con una leve sonrisa en sus labios.
—Dígame su pregunta, señor Kim.
—¿Habrá algún libro propio de la clase? ¿Con ejercicios y esas cosas?. En mi escuela anterior habían.
La actitud aniñada del chico le llamó la atención.
—No. Sin embargo, estaré dejando de tarea leer algunos libros para hacer resúmenes de ellos, informes y exposiciones que debatirán aquí en clase.
Taehyung asintió felíz, con su peculiar sonrisa cuadrada. Le encantaba ese método de aprendizaje, la lectura a él le encantaba.
La clase terminó, y cuando lo hizo empacó sus cosas dispuesto a ir a su siguiente clase.
—Señor Kim. —escuchó su nombre de los labios de su profesor.
—Dígame. —se acercó a él, quedando a un metro de él.
—¿Eres nuevo?, disculpa no te había visto antes en esta pequeña ciudad. —Taehyung asintió.
—Así es, mi papá es de la marina. Lo trasladaron al cuartel de aquí.
—¿A si?... Bueno, bienvenido seas.
Alzó su mano hacia él, Tae no dudó en tomarla y estrecharla.
—Muchas gracias, profesor Jeon.
—¿Qué edad tienes?
—Dieciocho —Jungkook sonrió
—Pareces de menos, creí que tenías algunos quince.
Taehyung negó divertido, soltando su mano.
—No. Pero me lo han dicho bastante.
—No lo dudo —el profesor hizo sonar sus manos en un aplauso—. Bueno, me tienes a tu disposición para lo que necesites.
—¡Gracias!, ¡Adiós profesor! —se despidió con la mano saliendo del lugar. Dejando a Jungkook nuevamente con aquella mirada oscura.
—Adiós, muñequito.
La escuela terminó, y con ello, el tener que irse caminando diez cuadras hasta su hogar.
Cruzó la calle y dobló en una esquina, al parecer, era normal solo ver de transeúntes a los estudiantes que salían de la escuela a esa hora. Por eso mismo se asustó cuando un claxon se escuchó fuerte. Volteó a su lado.
—¿Vas a casa? —el menor asintió—, ¿quieres que te lleve?
Lo pensó unos segundos. Sus padres le habían dicho una y otra vez hasta el cansancio la misma frase: “No confíes en desconocidos, no hables con ellos, no te acerques a ellos”
Pero el señor Jeon Jungkook no era un desconocido. Él era su maestro.
¿Qué malo podía pasar?
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𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐨𝐥𝐥 |𝐊𝐓|
Fanfiction❝𝑬𝒍 𝒂𝒓𝒕𝒆, 𝒆𝒔𝒕𝒂 𝒆𝒏 𝒍𝒂 𝒕𝒓𝒂𝒏𝒔𝒇𝒐𝒓𝒎𝒂𝒄𝒊𝒐𝒏❞ -Eres hermoso, cariño. Pero... ¿Qué tal si te hacemos unos cambios? Kim Taehyung, estudiante de último año de preparatoria, se encuentra feliz por iniciar una travesía en su nueva esc...