Capítulo Cinco

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—Buenos días, profesor Jeon

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—Buenos días, profesor Jeon. 

El maestro se volteó, quitando su concentración de las notas que estaba evaluando para dirigir su total atención hacia la directora de la escuela. 

—Buenos días, licenciada. 

La mirada afligida de la mujer le dictaban interrogatorio, y ya se lo veía venir al ver la silueta de los padres de familia afuera del aula escolar. Jeon comprendió aquello, suspiró aparentemente con tristeza. 

—Si no quiere le puedo decir que vengan en otro momento. 

—No, no. Hágalos pasar. 

Con un asentimiento la mujer se dió la vuelta y salió, intercambiando un par de palabras con los señores que inmediatamente la directora se retiró, ellos entraron al salón en el que solo se encontraba él, en el tiempo libre entre clases. 

—Buenos días, profesor. 

—Buenos días, señores Kim. 

La pareja saludó al profesor con un apretón de manos, que les pareció irónicamente reconfortante a la pareja, puesto que en la mirada del profesor, como en la de ellos, se veía una profunda trsiteza por la perdida de su hijo. 

—Señor Jeon, el caso de nuestro hijo ha estado en manos del FBI —habló el padre de Taehyung—. Pero eso nos ha limitado a nosotros de la información que podríamos saber…

—Señor Jeon —los ojos suplicantes de la madre de Tae se fijaron en los suyos, la mujer llevaba unas ojeras prominentes y sus ojos parecían tener rastro de no cesar el llanto—... Hoy no venímos con nuestra profesión u autoridad de frente. Hoy venímos como dos padres desesperados por la desaparición de su hijo. 

Ya lágrimas caían de los ojos de la mujer castaña, y el único consuelo que tenía eran las manos de su esposo en sus hombros, y sus manos pintadas sobre su pecho. Jungkook tomó sus manos y las acunó en las suyas con la vista pañosa de lágrimas. 

—Señora Kim, créame que haría cualquier cosa que esté en mis manos para ayudarles. —La mujer sonrió con tristeza. 

—Es usted un ángel, profesor. 

—No se angustien, Taehyungie va a volver sano y a salvo. —Alentó

—Eso esperamos —dijo el señor Kim. 

Jungkook soltó las manos de la mujer y les señaló un par de sillas al lado de su escritorio. 

—Tomen asiento, he de suponer que tienen preguntas. 

—¿No lo molestamos?

—Para nada, jamás sería una molestia aportar al caso. 

El matrimonio tomó asiento, el padre sacó una pequeña grabadora que Jeon observó a detalle. 

𝐓𝐡𝐞 𝐃𝐨𝐥𝐥 |𝐊𝐓|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora