–¿Qué más se te ofrece botones?_ pregunto viendo que le impedía pasar de la puerta de la biblioteca, podía tirarlo o lanzarlo pero le había prometido a Charlie que intentaría llevarse bien con ellos, como ella decía usar más el diálogo que la fuerza pero se estaba cansando de sus juegos.
Alastor pareció respirar hondo antes de responder_ Por última vez, no soy el botones_ sonrió_ Y no tiene porqué desconfiar de mí o mi hermanito que nunca lastimaría a la princesa, es consciente de que sus fuerzas no son ni de cerca comparables_ se movió frente a él, parecía de cierta forma inocente aunque a Lucifer eso ya no hacía que bajara la guardia_ Además la señorita Vaggie siempre está con ella así que dudó dejará que alguien le pusiera las manos encima.
–Parece que no son tan tontos como pensé al principio_ soltó un suspiro y se relajo_ Pero aún así es momento de que me vaya y le cuente algo que se me ocurrió para hacer el sitio más agradable_ dió un paso hacía adelante pero nuevamente el demonio se interpuso en su camino, su rostro chocó con su pecho que era sorprendentemente suave_ Me estoy cansando de tus juegos, la siguiente vez que hagas eso ya no tendré compasión con tu pobre alma..._ sacó sus cuernos, estaba fastidiado de su falta de respeto.
Alastor en lugar de temer miedo tomó su mano, se agachó un poco y le dió un beso en el dorso_ Solo quería decirle que huele muy bien, me recuerda a un bosque repleto de manzanas que solía frecuentar cuando estaba vivo_ se levantó con una enorme sonrisa dándose cuenta de que lo había dejado sin palabras y con un bonito sonrojo notorio en su pálida piel «Esta necesitado de afecto» pensó, le gustaba molestarlo porque era divertido hacer que mostrará más emociones y facetas que su arrogante sonrisa o su tierna mirada cuando veía a Charlie, se alejó del lugar con un tarareo.
Lucifer se olvidó de lo que iba a decirle a su hija y solo reaccionó porque Angel el residente del hotel se acercaba con risas y además podía oler su perfume.
–Oh, su majestad no esperaba verlo aquí y solo. Pensé que estaría con Charlie_ comento estando frente a él, era mucho más alto que el rey siempre le daban ganas de alzarlo y abrazarlo como si de un peluche se tratará pero no sabía si se molestaría. Había visto que a menos que él iniciará el contacto físico no le gustaba ser tocado, un poco similar a Alastor y 2P aunque estos eran mas severos si se desobedecian sus peticiones.
–¿Qué piensas de mí aroma?_ pregunto, el otro casi se ríe pensando que era alguna clase de broma hasta que se recordó con quién estaba hablando, Lucifer era agradable como amigo pero seguía siendo el Rey.
–Bueno, veamos es un olor muy rico sin ser empalagoso me recuerda a las manzanas con dulce_ contestó, aunque la realidad de lo que quería decir es que era muy atrayente y tenía la misma intensidad en el aroma cada día tanto que dudaba fuera solo un perfume de larga duración, era como si ese aroma emanará de alguna forma de él.
–Gracias por responder Angel_ le dió un abrazo rápido que el otro no esperaba y se esfumó como una niebla sin haber notado que una figura azul apretó el agarre en su micrófono y que hizo una mueca.
–¡Es el mejor día de toda mi puta existencia aquí!_ exclamó el chico araña caminando hacia su habitación, aunque podía sentir al rey abrazándose a sus piernas, hubiera sido mucho más satisfactorio si le hubiera pedido que se agachara un poco.
«¿Porqué a mi no me ha dejado ni siquiera tocarlo?» bajó sus orejas aún más con los ojos rojos dispuesto a hacer cualquier cosa para también obtener una reacción así de él así sea usando el temperamento cruel de su hermano a su favor.
Y que mejor momento que durante la cena el momento donde todos estaban reunidos, si el rey tenía una personalidad similar a la de su hija no lo dejaría llorar tanto tiempo, sonrió con malicia cuando se acordó de algo.
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¿Dos son mejor que uno? RadioApple
Short StoryAlastor y su gemelo Alastor 2P llegan al Hazbin Hotel dónde ambos creían que podían llegar a divertirse creando caos, al tocar la puerta no esperan ser recibidos por el mismísimo Lucifer y mucho menos comenzar a sentir cosas por el gobernante. Los g...