Me ha besado el caracol con agujas de rosa y
La niña de los claveles ha cruzado de nuevo el tejado
Con sus pantuflas de goma,
Chapoteando en los glaciares océanos.
¡Ya viene el transgresor en medio de la cósmica oscuridad a asesinar mi jardín con una espina de hierro!
Los juncos tiernos han de levantarse una y otra vez esquivando todas las muertes,
¡Pero las rosas...!
Una minúscula hoja se posa sobre la mesa y me mira con sus ojos de pez,
Corren lágrimas dulces en su dorsal espina.
Hay una pequeña vida atrapada en todo lo que respira...
¡Había una tristeza en la niña de los claveles ésta tarde!
De repente el sol evaporó de la tierra todos los océanos.
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El Canto de Las Piedras
PoesíaYo tenía un costal de versos de limón y florecillas en los párpados...