CAPÍTULO 4 » problemi nel campo

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                              [Y/N] DESDE QUE PISO el campamento donde yacía la banda de Dutch van der Linde, supo que no encajaba

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                              [Y/N] DESDE QUE PISO el campamento donde yacía la banda de Dutch van der Linde, supo que no encajaba.

Sabía desde la primera noche que paso ahí, iba ser difícil adaptarse a la vida de los forajidos. Ya que desde pequeña se había criado llena de lujos y comodidades, ahora tenía que vivir bajo las leyes de supervivencia. Mientras los miembros de la banda cazaban, jugaban a las cartas y planeaban sus próximos robos o inclusive estafas, [Y/N] se encontraba perdida en sus pensamientos, incapaz de encajar en un entorno tan áspero y despiadado.

Dutch, notó la actitud distante de [Y/N] con la gente del campamento. Intentó incluirla en las actividades del grupo, ofreciéndole tareas simples y tratando de integrarla en las conversaciones. Sin embargo, cada intento solo resaltaba más las diferencias entre ella y los demás. Cada vez que se acercaba para hablar con alguien la observaba mal, especial una mujer rubia. Se sentía mal ya que se habrá solo con dos personas, Dutch y Allie.

Observaba el fuego de fogata, las llamas se elevaban más en el cielo estrellado. Todo se sentía muy tranquilo y escuchaba las canciones de Javier Escuella, un miembro que su hija siempre le hablaba de él como total enamorada. Apenas lo vio la dejó loquita.

[Y/N] sintió a alguien sentándose a su lado, pero no se quiso fijar quien podría ser. Siguió viendo el fuego mientras se perdía más en sus pensamientos hasta que escuchó la voz de la persona que se había tomado asiento.

—Buenas noches, señorita Di Angelo.— le pregunto una voz algo anciana, a lo que está volteó para saber quien era.

Se trata de un hombre algo anciano que vestía ropa más formal que los otros. [Y/N] lo había visto mucho leyendo o hablando con Dutch algunas veces.

—Buenas noches... — hizo una breve pausa intentando recordar su nombre —Hosea.

—¿Como has estado? — le preguntó el hombre a la chica.

—Bastante bien. — mintió como respuesta la chica.

—¿Sabes que todo este poco tiempo me di cuenta que aprietas los labios cuando mientes? — le mencionó tranquilo y esto a [Y/N] la dejó perpleja, ya que jamás pensaba que esa simple acción que hacía la delataba —¿Que pasa?

Esta lo observó dudosa en si contarle o no lo que le estaba pasando, pero Hosea parecía ser un hombre bueno y era uno de las pocas personas que no le miraba mal y le dirigía la palabra. Así que, decidió comentarle su problema que tenía con el campamento.

—Vine aquí pensando una nueva vida para mí y Allie, capaz mi hija pudo adaptarse en estos pocos días, pero no puedo evitar sentirme de nuevo en el circo. — contestó con sinceridad volteando a ver a su hija jugando con un pequeño niño

—¿Por que dices eso? — cuestionó.

—Ya que hace tiempo que entré al circo las personas ahí me observaban bastante mal
, ya que no sabía hacer nada y no tenía conocimientos de ningún tema. También me observaban mal porque pensaban que era la favorita de Lenord por el simple hecho que me acostaba con él y esto me daba beneficios. Ahora me siento igual, no encuentro la forma de poder encajar aquí. Todos aquí son forajidos y tienen conocimiento de cómo estafar a la gente y en cambio yo... no se nada. No encuentro mi lugar aquí.

𝐄𝐔𝐃𝐀𝐈𝐌𝐎𝐍𝐈́𝐀 ── Arthur MorganDonde viven las historias. Descúbrelo ahora