19 de agosto
Severus levantó la vista al oír un ligero golpe en la puerta. —Lupin, entra —murmuró con un suspiro. Era hora de dejar atrás viejos rencores. De todos modos, no había sido culpa de Lupin.
Remus entró a la habitación y tomó el asiento más alejado del Maestro de Pociones. "Severus, tengo un favor que pedirte. Estoy dispuesto a encontrar una manera de pagarte por el esfuerzo".
"¿Qué necesitas preparar?"
"Acónito extra".
"¿Indulto?"
"La mujer de la tienda de muebles para el hogar que está remodelando Grimmauld tiene un hermano menor que se convirtió hace dos años. Ella ni siquiera sabía acerca de la poción. No dije tu nombre, pero dije que le preguntaría a mi proveedor. Ella se ofreció a pagar, pero sé que es caro."
"Lo es. Sin embargo, estoy seguro de que Hari tiene la intención de cubrir el costo de ahora en adelante. Me han informado que agregue lo que necesito a la cuenta del Señor Oscuro en la botica".
"Y estoy agradecido. Me doy cuenta de que tienes que dedicar dos días al mes para prepararlo. Dime cómo pagarte por tu tiempo".
"Está bien, Lupin."
"No lo es, Severus. Me niego a ser uno de los que se aprovechan de ti."
"No te estás aprovechando. Debido a los prejuicios irracionales que hay en el mundo mágico, no tienes muchas posibilidades de conseguir un empleo. Entiendo tu situación".
—Entonces, ¿algo más aparte del dinero? ¿Un asistente que haga el trabajo sucio en el laboratorio unos días al mes? ¿Cortar los ingredientes más asquerosos? ¿Limpiar los calderos?
Severus suspiró y dejó que su mirada vagara por el hombre delgado. El tiempo y su maldición no habían sido amables con el hombre. Su orgullo era importante para él. "Está bien. No eres un niño. No te supervisaré. Eras bastante adecuado en pociones. Mantén un registro de mi inventario. Mantengo una lista actualizada. Se actualiza a medida que uso ingredientes. Mantendré el laboratorio abastecido. Lo haré". No seas perezoso y te dejo toda la limpieza, pero si tengo que preparar todo el día o más, me iré a la cama y esperaré que tú limpies ese desorden. Cuando regrese a Hogwarts, tal vez puedas ayudarme a calificar los trabajos. ".
Remus asintió. "Solicitudes razonables. ¿Así puedo decirle a Elena que le proporcionarás la poción a su hermano?"
"Sí. No será mucho más trabajo hacer dos dosis".
"Gracias, Severus."
"De nada... Remus."
Remus sonrió ante el uso de su nombre de pila y dejó al hombre solitario en su soledad. Se apareció en el Callejón Diagon y caminó a grandes zancadas hacia la tienda de muebles para el hogar.
"Elena", saludó cuando ella llegó al frente en respuesta al timbre de la puerta. "¿Tienes una pausa para almorzar?"
Elena miró su reloj. "En veinte minutos." Miró al hombre lobo inquisitivamente.
"Hablé con el Maestro de Pociones del que estábamos hablando la última vez."
Los ojos de Elena se abrieron como platos.
"No te impediré ir al trabajo. ¿Nos vemos en casa de Silvana durante tu almuerzo?"
"Si, gracias."
Remus asintió y salió de la tienda.
Veinte minutos después, la joven se sentó en una silla frente a la suya en el pequeño café. "Señor Lupin, gracias por recordar preguntar por mi hermano".
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Riddle y el contrato antiguo
أدب الهواة¿Y si no fue nada de lo que los Potter actuales habían hecho lo que salvó a la pequeña Harriett Potter cuando era una niña? ¿Qué pasaría si el niño prodigio Thomas Riddle hubiera modificado el hechizo del horrocrux antes de crearlos? ¿Y qué sucede...
