Capitulo II

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Arrancaste mi corazón.... Sin piedad alguna

Mi vista nublada impedía ver aquel rostro con el que tanto soñaba. Pero juraría que era una persona realmente hermosa y no estoy hablando físicamente  (un poquito si), estoy hablando que él tenía la capacidad de acelerar mi corazón y arrancar mi alma con solo decir unas cuantas palabras.... Desnudaba mi alma sin ni siquiera haberla tocado.

Estaba .... Y bueno eso bastaba porque después de tanta tormenta el era calma, era paz, era alegría e incluso felicidad. Tenía la capacidad de calmar hasta mis mismísimos demonios que tanto colmaban.
Y me aterraba realmente me aterraba... Nose como una figura distorsionada podía tocar cada fibra de mi pequeño ser.

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5:00 am

El clima era realmente hermoso durante la madrugada, el cielo se pintaba de matices que jamás los podría describir.
Tenía la certeza de saber que cada amanecer el cielo se pintaba de manera especial y por eso ningún otro amanecer  lo podría replicar.

Odiaba ir a la escuela como ya les había comentado. Mi único consuelo eran las hermosas madrugadas que observaba a través de mi ventana bueno lo era hasta que se me atravesaban los filos de la cama los cuales torturaban mis tobillos, mis dedos pequeños del pie, mis rodillas o bueno casi toda aquellas partes que pudieran ser golpeadas.

6:00 am
Este día se sentía distinto a los demás era particular ... Sentía mi corazón latir a mil por hora, mi alma se sentía emocionada o mejor dicho estaba a punto de salirse de mi cuerpo como si buscará a alguien o algo.
No lo entendía.....
Perdí la cordura y me apresure a salir de casa para ir a la escuela. Me puse mis audífonos y tome el camino más largo, caminar y escuchar musica era algo que no me disgustaba en absoluto de hecho era de las pocas partes que disfrutaba en el día.
Razón: pues el camino hacia la escuela era realmente hermoso, me topaba con hermosos paisajes verdes, y uno que otro canto de pajaritos pero  eso  no era lo que más me impresionaba sino  el pequeño lugar que se escondía entre alguna que otra casa.

Mi lugar favorito ese pequeño rinconcito que me vio crecer emocionalmente, llorar, reír, disfrutar pero sobre todo vivir. Era donde me sentía a salvó, donde nadie me podía lastimar ( o bueno eso creía).  Casi nadie asistía a ese lugar ya que como dije antes "es una pequeño rincón". Sin embargo, era suficientemente grande para abarcar unos cuantos árboles  impresionantes  ( Guayacanes), y no solo eso también se encontraba un columpio viejo pero suficientemente fuerte para aguantar unas cuantas balanceadas o eso creo.
El lugar era inspirador porque al entrar en invierto los árboles florecían. Y eso me recordaba constantemente que por más que el tiempo parezca obscurecer o decaer  hay algo que puede volver a nacer.
Para vivir, florecer o crecer no necesariamente tiene que haber un rayo de sol porque entre la tempestad y la obscuridad también se puede crecer.

Cuanto me hacía hasta ese increíble lugar? 10 minutos caminando y tan solo 5 en mi patineta. Si valían la pena? Valía cada minuto la pena. Solía quedarme solo tan 15 minutos o hasta que mi cigarro se apagase, mientras tanto admiraba belleza y la tranquilidad que me generaba.

En esta ocasión me quedé unos cuantos minutos más disfrutando el increíble clima que ese día en particual hacia.
Estaba cansada realmente cansada y no solo físicamente sino mentalmente ¿Porque repetía? Porque pasaba todo al mismo tiempo, que es lo que querían de mi si ya no quedaba nada.

Si lo recordaba?  claro que lo hacía y dolía como dolía. Me arranco una parte inmensa se mi, el se lo llevó todo. Y no lo culpo, nunca lo haría...


Bajo la tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora