Único

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Una vez más se dirigía a la casa de su mejor amigo. La casa en la que vivía con su pareja.

Quien abrió la puerta cuando llegó fue Sakura, la novia de Sasuke. No pasó desapercibida por él la mirada de recelo que le dio, y no la culpaba, él gustaba de su pareja desde hacía tanto tiempo y, dios, sabía que no era nada discreto con sus sentimientos y ella estaba al tanto de ellos, pero como la genial persona que era le sonrió y lo dejó pasar. Porque aunque le incomodaba que Naruto gustara de su novio, al final del día era ella quien se acostaba en la misma cama que Sasuke.

Sería infame negar que el corazón de Naruto se aceleró sólo con escuchar la curiosa voz de su mejor amigo preguntar a lo lejos—. ¿Quién llegó? —mucho peor sería negar el desastre que hizo en su interior su reacción. Porque los grandes ojos de Sasuke brillaron y una sonrisa se extendió por su cara mientras iba a abrazarlo—. Hacía una semana que no me visitabas. Quiero regañarte pero estoy demasiado feliz de verte —se permitió devolver el abrazo con la misma emoción. Cerró sus ojos cuando inhaló su aroma. Algo dentro de él dolió al notar el aroma del perfume de Sakura sobre él.

Como siempre, pasarían la tarde en el sofá hablando de una infinidad de cosas, viendo alguna película o videos tontos, y sentados tan cerca que para cuando llegara el momento de irse, Sasuke iba a oler a su perfume, no al de Sakura. A veces se sumía en su fantasía en la que esa casa era sólo de Sasuke y que lo que estaban haciendo era algo de parejas, un mundo en el que su mejor amigo no era eso, pero luego la chica pasaría a avisarles que saldrá a algún lado o simplemente pasando a tomar agua, y entonces volvería a la realidad y se daría cuenta de que todo el lugar tenía rastros de Sakura, no de él.

Naruto bajó la cabeza ante el tono molesto de Shikamaru a través del teléfono por no buscar una mayor estabilidad emocional. Por no despegarse un poquito más de aquel chico. Porque estaba esperando a que Sasuke llegara para tener una pijamada. Estarían toda la noche juntos, solos y conviviendo de una manera tan íntima que sólo se ilusionaba más para posteriormente hacer su corazón trizas.

Pero nada de eso importó, porque más tarde tenía a Sasuke con la mejilla contra su pecho, obligándolo a acariciarle el cabello mientras veían una película con comedia basura. Su corazón brincaba tan contento que le dolía.

Si preguntan por Sakura, ella no estaba del todo bien con eso.

Amaba a Sasuke y trataba de ser lo más comprensiva posible con él, le daba demasiadas libertades con ese tipo y no le recriminaba nada sobre él, porque sabe que indudablemente la dejaría si tuviera que elegir entre Naruto y ella. Sin importar lo mucho que se amen, no es ciega y nota la intensidad de sentimientos que hay entre ese par. Joder, ¿Cómo no darse cuenta? Sasuke ni siquiera lo deja decirle bebé porque ese es el mote cariñoso por el que su "mejor amigo" le ha llamado por años. Un apodo surgido de burlas que con el tiempo adquirió otro significado. Aunque ella sea la persona de la que él está enamorado, Naruto es la persona a la que más ama y Sakura tiene miedo de perderlo.

—Naruto, creo que te estás olvidando de algo.

Sonrió ante el tono juguetón que usó—. ¿Qué olvidé? Según yo ya hice todo: apagué la televisión, cepillé mis dientes y ya estoy acostado —acostado junto a él, porque iban a dormir juntos. En la misma cama, muy juntos.

Se movió hasta abrazarse a su amigo, suspirando contento. Eso era lo que necesitaba Sasuke para no tener insomnio—. No me deseaste las buenas noches.

Tan, pero tan juntos—. Buenas noches, bebé —sin dudarlo inclinó su cabeza para dejar un beso en su frente, porque sabe que a su amigo no le molesta, porque es algo que han hecho desde hacía tanto tiempo. Apretó los brazos a su alrededor y en esa posición despertaron.

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⏰ Última actualización: Jul 11 ⏰

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