“Jefe en pañales” no me pertenece, yo escribo por mera diversión.
Escogí hanahaki para el día 7.
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"No olvides que le gusta el café negro, sin azúcar, recuérdalo."
Timothy Templeton se repitió a sí mismo aquellas palabras, para luego, ponerse a tararear la canción que en ese momento se reproducía en la radio.
Con seguridad y calma, gracias al ya estar por completo acostumbrado a la actividad que realizaba en ese instante, se dispuso a preparar el café, por lo que se acercó a la alacena para agarrar el café.
Frunció ligeramente el ceño al sentir más liviana la bolsa.
—Debería comprar más. —soltó para sí tomando su celular para anotarlo en sus recordatorios, no quería quedarse sin café.
Pensativo sobre dónde podría conseguir un poco más de aquel exótico café que tan amablemente unos empresarios obsequiaron a su jefe, Timothy continuó con sus demás labores en lo que esperaba a que el café estuviera listo.
El lugar estaba impecable y todos los documentos que debía preparar ya estaban listos para ser revisados, solo era cuestión de esperar a que su jefe llegara.
"Sé un empleado eficiente, es indispensable llegar temprano, le gusta madrugar. Así que debes de tener todo listo cuando llegue."
Repitió cuál mantra en su mente sin perder su sonrisa ni un segundo, esa parte ya estaba cumplida, así que tomó asiento frente a su escritorio.
Encendió su computadora y comenzó a adelantar algunos pendientes, bastó mirar hacia el reloj de pared para saber que no faltaba mucho tiempo para que el otro llegara.
"Le gusta la proactividad, tú debes estar adelantado a todas sus necesidades
Eres su empleado más útil, demuestra porqué."
El olor a café inundó el lugar, indicativo de que el café estaba más que listo para ser servido. Y a juzgar por la hora en el reloj era justo a tiempo.
Tranquilo se levantó y se dirigió a servir una taza, con satisfacción comprobó que todo era perfecto: el olor era estupendo y la temperatura era la exacta.
Con cuidado de no derramar ni una gota tomó la taza de café y se dirigió a la otra habitación. La taza finalmente llegó a su destino al ser colocada en el elegante escritorio de su jefe.
Sonrió y sacudió sus manos, para luego, dar media vuelta y salir de ahí.
Tras cerrar de nuevo la puerta y regresar a su escritorio, apenas unos segundos después las puertas del elevador se abrieron.
Theodore Baldwin en todo su esplendor tan temprano por la mañana ya había llegado.
"Saluda y sonríe. Que no vea nada extraño en ti."
Y con eso en mente, obedeció.
—Buenos días, señor Baldwin. —saludó con ánimo, uno que resultaba difícil de tener para la mayoría tan temprano.
El rubio se acercó a su secretario.
—¿Tienes los informes? —preguntó mientras veía su celular.
—Ya están en su escritorio junto a su taza de café. —se adelantó a decir.
El rubio apartó su vista del celular para dirigirle una mirada de aprobación a Timothy, quien sabía que eso era lo máximo que recibiría de él, esperar un “gracias” era pedir demasiado. Aunque no se quejaba de ello.
Sin decir una palabra más el imponente hombre se dirigió a su oficina, el sonido de la puerta siendo abierta y cerrada le hicieron saber a Tim que nuevamente estaba solo. Y entonces suspiró.
Otro inicio de día que marchaba bien.
Aliviado posó su mano sobre aquel cuaderno que leía todos los días, la pasta gruesa y color vino comenzaba a desgastarse de las esquinas, señal del uso rudo al que le ha sometido tras llevarlo a todos lados para leerlo.
Si llegara a perderlo Timothy realmente no sabría que haría, pues si bien se ha memorizado todo lo escrito en ese cuaderno al ya haberlo leído al derecho y al revés, lo necesitaba para recordar el motivo de sus acciones diarias.
No debía de pasar por lo mismo otra vez, sus costillas todavía dolían de vez en cuando.
No podía darse el lujo de padecer de nuevo hanahaki y mucho menos de nuevo por su jefe.
A la vez que soltaba un suspiro tembloroso, Timothy solo esperaba estar dando la actuación de su vida, pues nada indicaba que su jefe pareciera sospechar que no le recordaba para nada.
Y todo gracias a las cientos de instrucciones y datos que el Timothy de hace siete meses se dispuso a escribir para el Tim que despertaría después de la cirugía, todo lo que necesitaba saber estaba ahí.
Para no levantar sospechas se dio aquella labor y, para su suerte, estaba funcionando al su desempeño en el trabajo y su trato hacia su jefe no ser afectados en lo más mínimo.
—¡Timothy, ven aquí! —la voz de su jefe se escuchó de pronto tomándole por sorpresa.
El castaño suspiró divertido, era tan común que su jefe ni siquiera usara el comunicador para hablarle, parecía que estaba destinado tan solo a ser usado como pisapapeles por él.
"No querrás parecer un novato.
Acude al primer llamado, no le hagas perder el tiempo hablándote una segunda vez."
Y con eso repitiéndose en su cabeza, tomó una libreta y un lápiz para tomar notas de ser necesario, luego se levantó.
—¿Sí, señor Templeton? —dijo mientras se dirigía a su oficina.
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Hola a todos.
La verdad esta idea la tuve hace años cuando escribí mi otro hanahaki, estaba había sido mi primera idea para la week del 2022, con Tim usando un cuaderno lleno de instrucciones después de haberse operado para curarse, pero como me gusta hacer sufrir más a Theodore terminé descartando esta xd
Esta idea originalmente era más larga, viéndose como Tim convive todos los días con Theodore sin que este jamás se entere de su cirugía y como pasan más cosas, pero creo que escribiré esa versión algún día, mientras les dejo la idea principal de esa trama aquí.
Aprovecho para agradecerles por el apoyo durante esta week a quienes leyeron, comentaron y publicaron contenido, se los agradezco de todo corazón. No saben lo feliz que me hizo ver más gente publicando material de esta shipp. Se les quiere 💗💗💗
Pido perdón por las faltas de ortografía e incoherencias que haya pasado por alto.
Sin nada más que agregar, hasta la próxima 😊
