El inicio de todo

545 7 0
                                    

Me llamo Marcos, voy a la secundaria. 4to año de secundaria, realmente he estado enamorado de una chica, desde la primera vez que la ví mi corazón me decía que ella era la indicada. Hoy, después de la salida de la escuela tengo planeado algo especial, por fin declararme. Yo soy su amigo, o eso creo pero debo acabar está "etapa" de amigos, estoy seguro de yo también le gusto. Es probable que todo resulte.

Pasaron las horas y a su vez llegó el momento indicado para hacer lo que yo quería, pero no debía precipitarme. No quería que me molestaran e hicieran bromas respecto a mi de ningún modo, por lo que me decido a ir a hablar con mi grupo de amigos.

-Muchachos...

Los muy idiotas están hablando, gritando y contando unos cuantos chistes internos. Los mismos chistes desde la semana pasada ¿No sé cansan?

-Muchachos...

¿Quieren que agarre un puto fierro y se los doble en la cabeza? No me hacen ni una pizca de caso.

-¿¡SON SORDOS O QUE MIERDA CABRONES!?

Grité, tratando de no hacerlo con un tono muy alto. Estábamos en la escuela, lejos de otras personas. Pero aún así, en la escuela. Para mí felicidad, por fin se dieron cuenta de mi presencia los muy pendejos.

-¿Tus papás de casualidad no serán primos?

Dice mi amigo Santiago, el muy imbécil tiene un año más que todos. Creo que se quedó el año por burro o algo así.

-Los tuyos tal vez si lo sean *suspiro* Bueno, este.. Nada más quería decirles algo, básicamente que me voy a quedar un rato más en la escuela, es... algo que tengo que hacer.

-Upa upa, tigre..

Vaya que Diego está pendejo, por este tipo de cosas necesitaba hablar con ellos para que no se inventaran estupideces en su cabeza si me vieran con ella...

-Callate Diego.

Con esa respuesta seria fue suficiente para el resto se diera cuenta de que estaba en mi "modo temperamental" eso los hace dejar de andar con pendejadas de forma rápida. Es prácticamente una bendición. Una vez que todos entienden, me retiro. Desapareciendo a sus ojos, pero realmente me había escondido, estoy casi listo para efectuar mi plan, incluso antes de venir aquí a la escuela le dije a mi mamá que llegaría un poco tarde a casa. Cuando veo que mis amigos se desaparecen tomo camino a una heladería cercana, Una heladería que los muchachos y yo siempre frecuentamos, visitar tanto el lugar nos hizo entrar en confianza con la dueña. Encima hicimos famoso el lugar, cuando llegue. Ahí estaba quien me esperaba, Lucia. Ella siempre frecuenta el lugar después de clases, pero mas que todo para tener un lugar donde estar cuando no quiere ir a casa todavía. Me acerco lentamente a ella, la saludo con la mano y me siento en su mesa.

-¿Que cuentas?

Que vírgen soné..

-Ehm.. Pues nada, y tú?

-Igual que tú, nada. Solo te vi sola y pensé en acompañarte.

-Acompañarme? e-eso no es necesario.

¿E-eso fue un tanto frío?

-Hmm.... Pero luces tan sola.

-Bueno, si. Estoy sola, por qué quiero estarlo.

-Pues ya no lo estás~

Digo, con un tono bastante juguetón, aunque definitivamente en mi cabeza eso iba a estar mejor, soné como un potencial pedófilo.

-Haha.. si.

-Bueno, realmente te menti un poco. Te ví aquí y se me ocurrió decirte algo que quería soltar desde hace bastante, pero nunca pude.

-Si? Y... ¿Que sería eso?

Tomo aire, mi corazón comienza a latir fuerte y rápido por mis nervios.

-A ver... Tu me gustas desde hace tiempo, básicamente desde que nos vimos.. Y, quería decirte esto. ¿Si? Sin importar tus sentimientos solo quería decirlo para sentirme bien conmigo mismo.

-Oh, bueno. Está bien.

¿Está bien? Que putas mierdas es eso? Acabo de decir que te amo.

-O-oye Marcos...

Ella mira hacia abajo, como si estuviera viendo su teléfono. Pero es mentira, ella no lleva su teléfono el lunes. Sus padres se lo prohibieron.

-Ehm... mi papá me está escribiendo, dice que debo irme, adiós.

Ella se despide de mi, haciendo gestos con sus manos. Se larga, casi corriendo de mi vista.

¿Que carajo fue eso? Cómo que está bien? Que carajo le pasa!? Hmmpf.. Puedo suponer que es un no, literalmente invento una excusa barata para irse, joder. Me levanto de la silla para pedir un helado, estoy algo molesto. NO, TENGO GANAS DE MATAR A ALGUIEN.

-Hey, Julia. Dame un helado de chocolate.

-¿Que paso con Lu-

-Nada. Solo dame el helado.

digo, de forma algo grosera y altanera mientras dejo el dinero en el mostrador. Entiendo que Julia me tenga en su aprecio, pero que mierda le importa a ella lo que pasó, pronto. Recibo el helado, me largo camino a mi casa, cuando llego evito a mi mamá, con respuestas vagas y me acuesto en mi cama no sin antes cambiarme de ropa, saco mi teléfono y abro el chat con uno de mis amigos. Antonio, de todos los muchachos es al que le tengo más confianza y el único que ya sabía el plan, después de unas horas explicándole lo que había pasado comenzamos a reflexionar, mientras me iba rompiendo poco a poco.

-Puta madre Tony, realmente no entiendo... Literalmente ella daba muchas señales...

-Tal vez ella solo jugaba contigo... Creo que debes olvidarla.

-Oye, es un poco tarde. Me debo ir a dormir.

estaba a punto de escribirle que no se vaya, que no sea tan mojigato. Hasta que me di cuenta que eran las 12:56 AM, wow. Si estaba tarde, el no mentía.

-Buenas noches.

le dije y luego apague el teléfono para intentar conciliar el sueño. Pero no pude por un buen rato, mi mente divago un buen rato en pensamientos sobre Lucia y probablemente lo buena que era su vida. Pensamientos que derivaron en lo buena y facil que era la vida de las chicas, incluso dije algo, algo que al parecer fue mi ultimo pensamiento. Por qué después de eso caí dormido.

-Todas las chicas lo tienen tan fácil.. Si tan solo fuera una chica... Quiero ser una chica...

Lo que no sabia es que mis palabras no caerían en oídos sordos.

Mi Nombre es! Donde viven las historias. Descúbrelo ahora