segunda parte (Última)

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Suelta la cintura de la omega, haciéndose hacia atrás y despidiéndose inclinando ligeramente la cabeza y su vaso hacia ella. Siente que ha sido suficiente, se ha divertido más de lo que esperaba después del incidente en el baño, de vez en cuando intercambiaba miradas con el alfa maquillado, que parecía sumamente ambientado en lo que JeonGguk cree es su grupo de amigos cercanos. El menor se despide de sus amigos y aunque le insisten por quedarse, él dice que ha tenido suficiente después de entretenerse con un par de tragos y risas más.

Por supuesto que no ha estado vigilando a cierto alfa, pero pasan quince minutos y no parece salir del baño, no es demasiado su interés, pero algo dentro de él le conduce como un imán hasta el camino por donde el llamativo alfa ha desaparecido, entre luces y ruido. Cuando abre la puerta, hay un verdadero espectáculo, se espanta, -por alguna razón-, al mirar al alfa que antes lo había sometido; precisamente sometiendo a otro tipo, contra el lavabo, el de abrigo rosa se distrae con su presencia y le mira a través del reflejo, el tipo aprovecha dicha distracción para alzar su cuerpo e irse contra el castaño, dando al suelo y propinándole un golpe en el pómulo. El gruñido de Tae se mezcla con el jadeo de JeonGguk. Kim regresa el golpe y antes de que reciba el siguiente, el menor quita de un tirón el cuerpo sobre el alfa castaño.

—Rarito—Suelta, mirando a TaeHyung y después saliendo del baño. JeonGguk extiende la mano, que el otro toma y se levanta.

—¿Te gusta mucho venir a estos lugares a restregarte en extraños?—.

TaeHyung ríe y después sonríe con coquetería. El pelinegro lo mira, el labial ya no existe en sus labios, pero aún así un color rojizo natural visita en ellos.

—No, solo tú tuviste ese privilegio. ¿Porqué?, ¿celoso?—Su respuesta es una cara de disgusto puro, así que ríe más fuerte—Te sorprendería la cantidad de idiotas que me topo, pero no voy por ahí pegándoles mi polla por gusto.

JeonGguk guarda silencio, sabiendo que él tal vez es uno de ellos. Su mirada es titubeante, se desvía en algún rincón del baño, huele a nerviosismo y ansias.

¿Ansias de qué? TaeHyung se pregunta. Hasta que lo siente; el imán entre ambas almas, la atracción inevitable, el esperado deseo de conectar con el destino, con su destino. Da un paso hacia adelante, comiéndose con la mirada al alfa frente a él, haciéndolo sentir como una presa, una que no quiere huir, que quiere ser devorada por su depredador, que da un paso hacia adelante; valiente y decidido.

—Mi lobo quiere besarte—informa, mirando la boca ajena y después encontrando sus ojos perdidos en la suya.

—El mío quiere que lo hagas—Y se funden en un beso desesperado, brusco y demandante.

El cuerpo de JeonGguk retrocede, con manos en su cintura y nuca, se estampa en el lavabo y TaeHyung baja los besos hasta su cuello, descendiendo hasta donde su marca de olor se encuentra y embriagándose de la deliciosa combinación, dejando un roce de dientes y lengua que toma por sorpresa al menor, que reacciona con un hormigueo en el cuerpo y calor subiendo en su sistema.

—Éste alfa va a demostrarte qué tan alfa es, dulzura—.

Besos húmedos, largos y demandantes. Kim se toma el tiempo de saborear al alfa que apresa entre sus brazos. La sumisión instantánea le sorprende, pero está más que satisfecho con ella, en la manera en que el par de ojos le miran brillantes y expectantes, con anhelo y deseo, en el tacto suave y tímido de JeonGguk, en su respiración acelerándose por cosas tan simples como besos, roces y una que otra caricia. Regresa a su boca, disfrutando del chasquido de sus labios haciendo eco en el silencioso y vacío lugar, de manera tenue se percibe el ruido de fondo, pero están lo suficientemente distraídos o concentrados para dejarlo pasar.

El tatuado abre más las piernas y resbala a penas unos centímetros su cuerpo, en una clara invitación a TaeHyung, complacido con la mano grande que acuna su rostro y los labios que se estaban contra los propios de nuevo. Manos dentro de las playeras, explorando.

TaeHyung gira, mirando la puerta de los baños, camina rápidamente hasta ésta y le coloca el pestillo.

—¿Te importa que te coja aquí?—Pregunta a JeonGguk, besándole la mandíbula y bajando hasta el cuello, sonriendo cuando el otro niega y le da más acceso a su boca—¿O sea que sí quieres que te coja?

JeonGguk lo empuja por los hombros, solo para mirarlo a la cara.

—Solo quiero saber qué tan alfa eres—
La sonrisa coqueta contagia a TaeHyung—Yo también te voy a enseñar el buen alfa que soy—Sus ojos brillan en un color particular, pues su lobo hace presencia absoluta—Voy a ser un alfa valiente, voy a tomar tu nudo y vas a darme tus cachorros, te apretaré tan bien que no vas a querer entrar en ningún omega nunca más.

TaeHyung traga, siente un tirón en el vientre, las simples palabras decididas y correctas han logrado convencerle.

—Que así sea entonces, alfa—Y baja el cuerpo de JeonGguk, le gira de manera rápida y lo coloca en la posición de su primer encuentro, esta vez de manera menos brusca y ruda. Le baja la cremallera de sus cargo, aprovechando para presionar su a penas creciente erección en el cuerpo del menor, cuando baja el cierre tantea la polla del alfa y sonríe cuando la nota más que un poco erecta—¿Te calienta tanto ser tomado?—Le pregunta en un susurro al oído, chocando su pecho en la espalda del otro—¿Mm?—Otro empujón y JeonGguk jadea, sintiendo un nuevo tirón, ambas prendas inferiores son jaladas hacia abajo, dejándole expuesto, el mayor se alza para tener una mejor vista, amasando la blanquecina piel y abriendo ambas mejillas. Un grito ahogado se le escapa a JeonGkuk y la entrada se le contrae cuando siente la escupida de TaeHyung en ella—Relájate, amor, es parte de la preparación—Explica, ronco y burlón, llevando sus dedos hasta la entrada y masajeando con el índice y el medio, introduciendo primero el último mencionado, de manera lenta, esperando a que se acostumbre y riendo bajo entre dientes cuando el cuerpo de JeonGguk parece convertirse de gelatina pues tiembla por la intromisión y la nueva sensación. Kim empuja de adentro hacia afuera y después trata de hacer círculos para así prepararlo para el segundo dígito.

La respiración agitada de JeonGguk, los quejidos suavecitos y uno que otro jadeo.

Cuando TaeHyung finalmente entra JeonGguk gime fuerte, esconde su cabeza entre sus brazos y se pierde en la excitación, confiando en las manos que lo sostienen de la cadera y el pecho que le proporciona calor a sus espaldas,  Kim comienza a moverse, escuchando los quejidos ajenos, pero no son negativos, es por lo nuevo, pero el alfa lo ama.

El castaño le toma de nuevo por el cabello, no con rudeza, pero sí con la suficiente fuerza como para alzarlo y obligarlo a verse en el espejo; con ojos llorosos, cejas fruncidas y arqueadas, el cabello desordenado y labios entreabiertos, soltando sutiles jadeos; destrozado.

—Mira qué buen alfa estás siendo para tu alfa, bonito. Tomándome tan bien, apretándome delicioso, no quiero entrar en nadie nunca más, solo aquí—Le dice al oído, mirándolo por el espejo, después poniendo una mano en la nalga de Gguk y abriendo un poco para ver su polla perdiéndose en el alfa, presiona sus dientes y empuja con más brusquedad, dando en el punto p del menor, que de inmediato se debilita y gime de nuevo, cubre su boca con una de sus manos, mientras con la otra se sostiene del mármol.

A-alfa~—.

—TaeHyung, cielo. Gime bien fuerte y claro el nombre del alfa que te está haciendo ver estrellas—Empujes más brutos, JeonGguk retrocede al mismo ritmo que el más alto golpea contra él, es tan rápido y certero que tiene qué bajar su otra mano para sostenerse del lavabo.

Uh~ ngh, t-Tae—lloriquea por el estímulo—¡sí!, Ah...—No puede cerrar la boca, el sudor cae por su frente y se concentra en las estrellas y lascivia, corriéndose en chorros blancos que se esparcen por el lavabo e incluso algo llega hasta el espejo.

TaeHyung sonríe, concentrado en empujarse, las paredes lo aprietan y se corre dentro del menor.

No sabe su nombre, no está seguro de si sea mayor o menor, no está seguro de nada sobre el otro, solo sabe que es su destino. Le abraza por la espalda, le da más besos en el cuello y mejilla, dulces y melosos.

—¿Qué te parece si ahora te llevo a casa?—Invita con coquetería.

—Me encantaría—Acepta JeonGguk, sonriendo débil y contento, totalmente satisfecho.

a la mi*rd@ los estereotipos[TK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora