STAY WITH ME ━━ bella swan

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CHAPTER I. swm
( bienvenido a casa )

—¿Cómo va la mudanza? —pregunto Jared Cameron, su voz resonaba con eco dentro de aquellas cuatro paredes, su hermano Andrik se encontraba tirado en la cama, todo se encontraba tal y como lo dejo hace dos horas desde su llegada, no había signos de querer desempacar.

—No lo sé, —el chico hablo lentamente sin ánimos de seguir la conversación.

—Te ayudaré —dijo Jared—, pero me tendrás que recompensar después, no hago las cosas de a gratis. Mueve el trasero o tendrás que hacerlo todo tú solo.

—¿A dónde vas que tienes tanta prisa? —pregunto Andrik haciéndose el desinteresado mientras se colocaba de pie dirigiéndose a una caja para abrirla.

—Con Paul iremos a casa de Sam —Jared le brindo una sonrisa mientras sacaba el contenido de la caja—, quizás puedas ir conmigo en otra ocasión, si quieres por supuesto.

Andrik lo miro sin afirmar o negar la petición, se concentro en su tarea, no reconocía en absoluto a esos dos, pero de un tiempo para acá Jared no dejaba de mencionar a Sam, Sam esto o Sam lo otro Andrik llegó a pensar en algún punto que Jared había desarrollo una especie de sentimientos por el otro chico hasta que se enteró que salía con Kim descarto la idea, aunque bueno poco le importaba si su hermano empezaba a salir con un hombre.

Se mantuvieron en silencio durante el proceso de desempacar, era un silencio cómodo Jared le daba su espacio para poder acoplarse y Andrik agradecía que no intentará sacarle conversación. Regresar a la reserva fue un golpe duro para el Cameron menor, la relación de su padre y su madre tuvo complicaciones que causaron su separación a pesar de que intentaron mantener las apariencias para el bien de sus hijos al final no funcionó, él se tuvo que ir a Boston con su padre y Jared se quedó aquí en Forks con su madre, no lo recuerda muy bien pero en sus vagos recuerdos se ve llorando mientras intentaban separarlo de su hermano, una sonrisa nostálgica apareció en su rostro.

Luego recordó la razón por la que volvió y la amargura lleno todas sus facciones. Su padre tuvo novias claro que las tuvo, en ese entonces no les tomaba mucha importancia, nunca duraban más de tres meses iban y venían. Fue un milagro que durará tanto tiempo con su madre. Pero luego empezó a salir con esa chica que oh dioses perfectamente podría pasarla como su hermana ¡tenían la misma edad! Y la sorpresa fue en aumento cuando le notifico que iba a casarse con ella, Andrik intento sonreír cuando le dio la noticia, al menos quiso parecer feliz por él pero luego le dijo que una vez que se casaran no podría seguir viviendo con ellos, que tenía que regresarse con su madre. 

Eso fue la gota que derramó el vaso. No era justo, lo separa de su madre, lo hace acostumbrarse a su nuevo hogar, y después lo bota así como así con la excusa de que iban a ver mal que su hijo tuviera la misma edad que su madrastra, sumamente patético si le llegas a preguntar. Él amaba a su mamá y hermano pero ya no sentía el mismo amor que en algún momento tuvo por la reserva –si es que lo tuvo, claro esta– toda su vida estaba en Boston sus amigos estaban ahí, La Push era solo un punto muerto en su vida y no tenía motivos para volver.

—Les traje bocadillos, chicos —su madre, Julie, hizo acto de presencia con bandeja en mano, Andrik se apresuró a ayudarle, Julie le agradeció con una sonrisa brillante.

—Gracias mamá, moría de hambre —exclamó Jared con voz dramática mientras se abalanzaba por los sandwiches, Andrik le dio un golpe juguetón en el hombro. Julie los miraba con nostalgia el sentimiento de ver a sus dos chicos reunidos después de tanto tiempo le llenaba de una tristeza profunda el corazón, se perdió de tanto sin su pequeño Andrik en casa.

—Come despacio, Drik tiene que comer también, —miro a su hijo mayor con una mirada juguetona— ¿Saldrás hoy?

—Oh, si solo estoy esperando a que Paul me avise que esté listo —dijo Jared, en cuento noto que Julie se distraía mirando la habitación en un movimiento veloz le dio un mordisco al Sándwich que Andrik tenía en su mano, este último lo miro asombrado se metió el resto de comida a su boca y se abalanzó hacia Jared inmediatamente su brazo lo rodeo por el cuello no le dio tiempo de reaccionar mientras le hacía una llave de cabeza, Jared soltó un gritó de sorpresa intento zafarse pero su cuerpo fue inmovilizado.

—¡Me rindo! ¡me rindo! —Andrik soltó una carcajada, fue aflojando poco a poco el agarre, pero en cuanto lo hizo Jared lo tumbó a la cama y empezó a hacerle cosquillas. Debió haberlo visto venir solo que no tomo en cuenta que Jared fuera igual de veloz o más que él.

Poco a poco las risas se fueron apagando, ambos regularon la respiración, el ambiente se torno más ligero —Andrik... —la voz de Jared salió insegura, el Cameron menor tarareo en un gesto de que lo estaba escuchando sus ojos se mantuvieron cerrados.

—Bienvenido a casa.

Andrik abrió los ojos, se quedó callado mientras observaba a su hermano, su vista se dirigió hacia su madre, ambos lo miraban esperanzados con el anhelo reflejados en sus ojos, un nudo pesado se formó en su garganta, él odio tanto la idea de volver pero ver el como tenían la esperanza y alegría pintada en sus rostros le hizo sentir un poco mal. Después de todo ambos eran sangre de su sangre y se vio como un malcriado al renegar tanto en volver.

Andrik mentiria si dijera que estar de vuelta en la reserva no se le hacía atractivo en absoluto, cada que hablaba con su madre y hermano un toque de tristeza se apoderaba de él al finalizar la llamada, no podía ocultar que en esos momentos deseaba estar en los brazos de su madre y compartir más momentos junto a Jared, puede que por eso guardo tanto resentimiento al volver, nunca se le pidió regresar no lucharon por él y eso lo lleno de amargura y rechazo a La Push. ¿Para qué volver a un lugar donde no lo querían?

—Estoy en casa... —Andrik hablo lentamente observando al chico que tenía frente a él, unos brazos lo rodearon, lo abrazaron tan fuerte que sentía que sus pulmones se quedaban sin aire pero poco le importo, él necesitaba de este abrazo sintió otro par de brazos rodeándolos a ambos.

Se quedaron así sintiendo el calor de sus cuerpos, sintiendo el amor que tanto necesitaban demostrarse.