Un reencuentro, otro adiós.

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La baja de Seokjin de el servicio militar fue muy emotiva. Todos estaban ansiando que éste día llegará incluso cuando apenas había ingresado. Así como el reencuentro de los siete.

Seokjin hizo su live, agradeció y contó sus anécdotas a todas las armys presentes, los chicos lo animaban desde bambalinas.

Se tomaron fotos, se pusieron al día, pero todo termina, así como salieron, también tenían que irse otra vez.

Se despidieron y cada quién fue por su lado.

Taehyung iba tranquilamente hacia la salida de el edificio cuando una mano le tocó el hombro.

—¿Tienes que regresar ya a tu base? —le preguntó Hoseok.

Taehyung negó: —No, tengo hasta las siete de la mañana para presentarme ahí de nuevo.

Hoseok asintió: —Yo igual, que te parece si nos vamos a mi departamento, ahí podemos hablar un poco más tranquilos.

Taehyung dudó al principio, pero mentiría si dijera que no quería, igual no era secreto, que se la pasó pegado a Hoseok todo el día, un poco más no le haría daño.

—Está bien. —Después de aceptar su invitación, Hoseok y Taehyung se dirigieron a las vans, las mismas que los trajeron a el edificio de Hybe, esas mismas los dejó en el apartamento de Hoseok.

Pasaron por todas las seguridades de el edificio, al cabo de unos minutos, ya se encontraban adentro de el departamento.

Taehyung observó a alrededor, todo estaba absolutamente igual a como recordaba la última vez que estuvo ahí, incluso sin un gramo de polvo, tan característico de Hoseok.

—¿Contrataste a alguien para que viniera a limpiartelo? —preguntó casual, mientras se dirigía a los cuadros que estaban en la pared de la sala, los cuáles ya vio miles de veces, pero les seguían gustando.

—Si, viene cada mes a asearlo. —Hoseok quién estaba detrás de él, respondió. No tardó mucho para rodearlo con sus brazos por atrás, oliendo su cuello sin pensarlo.

Taehyung se tenso un poco, no iba a negar que estaba sorprendido por tal acto, el aliento de Hoseok contra su cuello le hizo cosquillas, pero también, le mandó unas descargas eléctricas por toda su espalda.

—¿Qué haces, Hoseok? —preguntó Taehyung con voz un poco sofocada, de igual forma no se movió ni un centímetro lejos.

Hoseok en cambio, besó el cuello de Taehyung, muy lento, como una respuesta.

—Desde que nos vimos, no he dejado de pensar en esto —Hoseok le dejó saber, mientras con sus manos, recorría sus brazos, hasta entrelazar sus dedos contra los de Taehyung. —Desde que nos abrazamos, me tomaste la cintura, quisiste agarrar mi mano... quería más de ti. —le susurró Hoseok a Taehyung, muy bajo, esas palabras solo para los dos, para nadie más, solo Taehyung podía saberlo, lo mucho que lo necesitaba.

Taehyung suspiró, la voz de Hoseok le causaba escalofríos, él que lo necesitara como él lo necesita también, le traía muchas emociones.

Taehyung se volteó, deshaciendo el abrazo, mirando a Hoseok directamente a los ojos.

—Habíamos pausado nuestra relación —le dijo Taehyung con seriedad, porque esas fueron las palabras que ambos acordaron mientras estuvieran en el servicio.

Algo un poco estúpido si le preguntan ahora, pero que tenía sentido en aquel tiempo, ya que Hoseok no quería privar a Taehyung de nada cuando él entró primero.

—¿Realmente lo hicimos? —le respondió Hoseok en su lugar, volviéndose a acercar a Taehyung, haciendo que sus caras estuvieran a nada de tocarse, con sus alientos mezclándose.

𝘜𝘯 𝘳𝘦𝘦𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘳𝘰, 𝘰𝘵𝘳𝘰 𝘢𝘥𝘪ó𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora