Abril, una chica anti fútbol desde siempre. Ella jamás había encontrado algo que hiciera que logrará que le gustará el deporte, prefería escuchar Taylor swift o mensajear con sus amigas. Pero una día, obligadamente, tuvo que asistir a un partido de una amiga de su mejor amiga, Rocío, no sabía cómo habia aceptado ir a ver un partido de fútbol.
Ari solo quería que el partido terminará, aunque se mostró algo interesada al final del partido.
Al finalizar el partido, fue invitada al cumpleaños de la estrella del equipo. Samantha, una fifa desde siempre amante de las chivas. Samantha parecía que soltaba buena vibra, era una increíble persona, o al menos eso le contaban de ella, aunque lo confirmo ya que desde aquel día, no logro dejar de verla, ya que era amiga de su hermana y de su mejor amiga, imposible. Aunque la verdad no sé quejaba, de verdad, Samantha era increíble.
A los días, Abril no podía dejar de pensar en Samantha. Su mente volvía a hacer que pensara en aquella vez que se conocieron en el estadio, el como se veía tan sexy sudada mientras sonreía. O recordaba el como se formaba una gran sonrisa cuando hablaba de las Chivas, sabía todo de aquel equipo.
A las semanas seguía sin poder dejar de pensar en ella. Poco a poco, esas imágenes de Samantha se convertían en un pensamiento muy recurrente, y sin saber cómo, Abril deseaba verla todos los días.
Era como una montaña rusa, no entendía lo que sentia, no podía sacarla de su cabeza. Todo el día podía pensar en Samantha.
Se dio cuenta que ya no era solo curiosidad: ya deseaba conocerla mucho mucho más, poder estar aún más cerca de ella, e incluso podía imaginarse comenzar una relación.Ya desesperada de no saber cómo acercarse a Samantha, decidió algo que jamás imagino hacer; aprender algo de fútbol. Sabía que era su única opción si quería acercarse a Samantha. Y aunque inicio algo regañadientes, comenzó a investigar sobre el fútbol, en especial del equipo favorito de Samantha, las Chivas.
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Chivas; Amor a primer ¿¡Partido!? | RivAri
FanfictionAbril conoce a Samantha por un partido de la última mencionada, y desde ahí, para Ari, fue imposible dejarla de ver. A los días, de pensarla. Y a las semanas, de desearla. Y Abril, sin ideas de como conquistarla, decidió usar lo que la rubia ama, su...