LA RECONCILIACIÓN

63 4 3
                                    

Al terminar el horario laboral, Camila finalmente se decide a hablar con Valentina. La invita a su casa, sintiéndose más protegida y cobijada en la intimidad de su habitación.

-Antes que nada, Valentina, no te odio -comienza Camila, su voz suave pero firme-. De hecho, todo lo contrario. Te agradezco que te hayas abierto conmigo, pero... no entiendo por qué tardaste tanto en decirme tu secreto. Soy tu novia y debiste decírmelo en ese momento.

Valentina baja la mirada, avergonzada.

-Lo sé, Camila. Sé que te debo muchas explicaciones -responde con voz temblorosa-. Y te pido perdón por no haber sido sincera antes.

-Ok, acepto tus disculpas -dice Camila, soltando un suspiro-. Pero ahora, ¿qué haremos? Me siento engañada, no puedo procesar esto y... ¿sabes qué es lo peor?

-¿Qué, Camila? -pregunta Valentina, temerosa.

-Que no me molesta -confiesa Camila-, y que sigo enamorada de ti como una idiota.

Los ojos de Valentina se iluminan con esperanza.

-¿Entonces... quieres seguir conmigo?

-Pues sí, amor -responde Camila con una pequeña sonrisa-. Perdóname por lo de tu departamento, no sabía qué hacer. No quiero, ni me gusta verte llorar.

-Ok, amor -dice Valentina, aliviada-. Y... ¿qué hacemos hoy? Estás en mi casa.

-Veamos unas películas y pidamos comida china, ¿qué te parece? -sugiere Camila.

-Me parece perfecto, Camí -responde Valentina con cariño.

Después de ver una película y comentarla, Camila jala a Valentina del cabello y le da un beso kilométrico. Ambas se funden en un abrazo apasionado.

Después de el abrazo Camila y Valentina se sentaron en la cama, conscientes de que aún tenían mucho de qué hablar. Camila tomó la mano de Valentina, entrelazando sus dedos.

-Val, hay tanto que quiero entender -comenzó Camila con suavidad-. ¿Podrías explicarme más sobre tu experiencia? Quiero comprenderte mejor.

Valentina asintió, agradecida por la oportunidad de abrirse.

-Claro, Camí. Verás, ser una mujer trans significa que siempre me he identificado como mujer. Es algo que he sentido desde que tengo memoria.

Camila escuchaba atentamente,con sus ojos fijos en Valentina.

-¿Y cómo fue darte cuenta de eso? -preguntó con genuina curiosidad.

-Fue un proceso largo y a veces doloroso -admitió Valentina-. Pasé años sintiéndome incómoda en mi propio cuerpo, Cuando finalmente acepté quién era realmente, fue como si pudiera respirar por primera vez.

Camila apretó la mano de Valentina en señal de apoyo.

-Lamento que hayas tenido que pasar por eso sola. ¿Por qué no me lo dijiste antes?

Valentina suspiró.

-Tenía miedo, Camí. El rechazo y la discriminación son muy reales y No quería perderte, pero tampoco podía seguir ocultándote esta parte tan importante de mí.

-Entiendo -dijo Camila, acercándose más a Valentina-. Gracias por confiar en mí ahora. Sé que no ha sido fácil.

-Tu aceptación significa todo para mí -sonrió Valentina-. Pero, Camí, ¿estás segura de que estás bien con todo esto? Sé que es mucho para procesar.

Camila se tomó un momento antes de responder.

-Honestamente, Val, aún estoy procesándolo todo. Pero lo que sí sé es que te amo. Te amo por quien eres, no por cómo te ves o por cómo naciste. Estoy enamorada de tu alma, de tu risa, de cómo me haces sentir. Eso no ha cambiado.

CAMILADonde viven las historias. Descúbrelo ahora