El Cordobés. [Agustín Giay x Maleoc]

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¨Go ahead and cry, little boy
You know that your daddy did too
You know what your mama went through
You gotta let it out soon, just let it out.¨

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15 de enero de 2022

-.Lucas, que le paso a papá?.- Preguntaba Theo, a través del celular, mientras salía.

-.Apúrate, estoy afuera.- Dijo y colgó la llamada.

Estaba enojado, no le gustaba que el diga algo y no le responda. Salió del edificio, entrando inmediatamente al auto.

-.Papá está en el hospital.- Dijo Lucas acelerando el auto.

-.Tanto te costaba decirme eso?.- Dijo Theo mirándolo enojado.

-. Bueno Theo, calmate q sino cuando lleguemos papá va a estar bien.- Dijo mientras le ponía una mano en la pierna.

-.Bueno..- Dijo mientras le escribía a su compañero de la secundaria.

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Theo y Lucas llegaron al hospital con el corazón en la garganta. Las luces frías y brillantes del vestíbulo les daban una bienvenida impersonal, mientras la gente a su alrededor parecía moverse en una rutina silenciosa y casi mecanizada. 

Lucas, el mayor de los dos, apretó la mano de Theo con fuerza, como si esa simple acción pudiera ofrecer algún tipo de consuelo o protección. Theo, a pesar de su corta edad, parecía más pequeño de lo habitual, encogido en su buzo como si tratara de hacerse invisible.

—¿Estás listo? —preguntó Lucas, su voz apenas un susurro mientras se dirigían hacia el ascensor.

Theo asintió con una rapidez que no reflejaba la realidad de sus sentimientos. Su rostro estaba pálido y su mirada, fija en el suelo, delataba la tormenta que libraba en su interior. Lucas, con su ansiedad a flor de piel, apretó el botón del ascensor y trató de ignorar las palpitaciones que sentía en el pecho. La espera se sintió interminable, cada segundo parecía estirarse y alargarse más allá de lo soportable.

La señalización era clara y, aunque Lucas conocía el camino, la realidad del lugar parecía más sombría de lo que había imaginado. La sala de emergencias se encontraba al final del pasillo, y la atmósfera estaba cargada de una tensión palpable que hacía que cada paso se sintiera más pesado.

Lucas se detuvo frente a la puerta de la sala de internación y respiró hondo. Miró a Theo, que ahora lo observaba con una mezcla de esperanza y desesperación.

-.Vamos. -dijo Lucas con firmeza, intentando transmitir una confianza que no sentía del todo.

Empujó la puerta con cuidado y entró en la habitación. Allí estaba Iván, sentado junto a la cama de su padre con la cabeza entre las manos. La expresión de Iván era una mezcla de agotamiento y dolor, y sus ojos estaban hinchados por las lágrimas.

Al ver a sus hermanos, Iván se levantó lentamente, y un médico, que estaba a un lado de la cama, se acercó con una expresión seria y compasiva. El médico miró a Lucas y a Theo y, con voz suave pero firme, dijo: