LA VERDAD OCULTA

Capítulo 5

Para todas las Amazonas era realmente obvio que Diana tenía un interés en la Reina Atlante, sobretodo porque desde que Diana había asumido ser defensora en el mundo del hombre, ella apenas pasaba tiempo en la isla. Y ahora, con la llegada de Mera, Diana parecía haber encontrado nuevas razones para permanecer en Themyscira

Las dos mujeres rara vez se separaban, salvo por necesidad absoluta. Habían establecido una rutina donde Diana iba todas las mañanas a la habitación de Mera para luego desayunar juntas. Después, asistían a las reuniones del consejo, y al terminar, ambas desaparecían

Algunas veces se las encontraba conversando mientras caminaban por los jardines de Themyscira, y otras, se les podía ver entrenar arduamente, aunque esta no era una de esas veces...

El fuerte sonido de las espadas chocando era lo único que se podía escuchar en la silenciosa tarde en Themyscira. Diana había decidido unirse a los entrenamientos junto a su sobrina

— Y bien, ¿dónde está la Reina de Atlantis? — preguntó Artemis entre golpes de espada

— Tuvo que llevar a su reino a las Amazonas que enviamos para reforzar sus fronteras — respondió Diana, bloqueando un ataque de la guerrera

— ¿Y por qué no fuiste tú? — cuestionó Artemis, lanzando un rápido movimiento que Diana esquivó con agilidad 

— No era mi deber — contestó, contraatacando con un hábil giro de su espada

— Me sorprende que hayas aceptado separarte de ella durante este tiempo — continuó Artemis, buscando una abertura en la defensa de Diana

— No sé de qué hablas — respondió, deteniendo otro golpe de Artemis con fuerza

— Has estado con ella desde que llegó aquí — insistió Artemis, presionando con ataques rápidos y precisos

— Me gusta su compañía — admitió Diana, desviando un golpe y contraatacando con rapidez

— Vamos, Diana. Te conozco desde que naciste. Dime qué sucede con ella — continuó Artemis, deteniéndose momentáneamente para buscar una respuesta sincera de Diana

— No sucede nada — respondió Diana, recuperando la postura defensiva y reanudando el ataque

— Sea lo que sea, intenta ser más precavida — advirtió Artemis, reduciendo la intensidad de sus ataques — Las demás ya están sospechando — agregó, suavizando el tono mientras continuaban el entrenamiento

Diana se desconcertó ante las palabras de Artemis y, en un movimiento rápido y hábil, Artemis logró derribarla, arrojándola con fuerza contra el suelo

— ¿De verdad? — preguntó desde el suelo, sorprendida

Artemis se rió, soltó su espada y observó a Diana desde arriba con una sonrisa juguetona

— No has sido precisamente discreta al respecto — dijo con tono burlón

Diana se cubrió la cara con las manos y suspiró — Todo es culpa de Eros — se quejó — Él me flechó

Artemis se sorprendió ante las palabras de Diana — Oh dioses, estás frita — le dijo con tono divertido

Diana se enderezó, quitándose las manos de la cara — Estoy bien. Aparentemente, la flecha que me lanzó solo hizo que le declarara mis sentimientos. Pero no puedo evitar que día con día Mera me guste más

Artemis asintió con complicidad, entendiendo la situación de Diana

— El amor puede ser complicado, en especial para una diosa como tú