010. j o h n

47 10 0
                                    

J U N I O, 2 0 0 6

Taylor estudiaba en el comedor de la casa junto a Sam y Dean. Los tres tenía su ultimo examen del año, Sam tenía un examen de historia mientras que Taylor con Dean uno de química.

Taylor estaba bien para el examen, sabía la materia de memoria y era rápida calculando operaciones matemáticas por lo que no tenía preocupaciones por el examen. Por otro lado Dean estaba un poco estresado, no por el examen sino porque John no ha llamado desde casi un mes.

—¿Les parece compro una pizza para cenar? —preguntó Peter mirando a los tres adolescentes estudiando.

—Por favor —dijo Taylor.

Peter asintió y tomó las llaves del auto para salir a comprar. Taylor cerró su cuaderno y ordenó sus guías para después pasárselas a Dean.

—Lee esto, te ayudará —dijo Taylor.

La rubia se puso a estudiar con Sam, que no tenía problemas con la materia, pero solía equivocarse en cuanto a fechas, sabía que era lo que ocurría y cuál era el impacto en el mundo, pero confía los años.

Peter llegó con la pizza media hora después y los tres adolescentes sacaron sus cosas de la mesa para comenzar a comer.

Ni diez minutos llevaban comiendo cuando la puerta sonó, Taylor se paró a abrir y se quedó congelada a ver quién era.

—Señor Winchester —dijo Taylor.

—Hola, Taylor —saludó John. Taylor se hizo a un lado y lo dejó pasar.

Dean junto a Sam se levantaron de inmediato y abrazaron a su padre. Peter también lo saludó con un abrazo.

La cena siguió con tranquilidad. Peter en la cabecera mientras tenía a Taylor a un lado y Sam al otro, Dean al lado de Taylor, y John al lado de Sam.

John comenzó a contar sobre lo que había pasado los meses que estuvo fuera. Todos los demonios, hombres lobo, vampiros y demás criaturas que cazó.

—¿Cuánto tiempo piensas quedarte? —le preguntó Peter a John.

—Nada en realidad —dijo John —. Solo venía a recoger a Sam y Dean.

Taylor se volvió a congelar, pero sintió la mano de Dean tomando la suya y se tranquilizó.

—Solo quedan cuatro días para la graduación de Dean y Taylor, podrías quedarte hasta entonces —dijo Peter.

—Te quedarías en mi habitación —dijo Sam mirando a John —. Por favor quedemos hasta el Viernes, ¿si?

John miró a Sam y después miró a Peter.

—Peter, quiero hablar un segundo contigo.

Ambos se pararon y fueron hacia la oficina de Peter. Taylor también se paró pero fue corriendo hacia el baño, sentía como sus ojos comenzaban a llenarse de lágrimas.

—Taylor, abre la puerta —dijo Dean mientras movía la manilla del baño —. Por favor, Taylor.

—Dame un segundo.

Taylor lavó su cara con agua fría y después se secarla abrió la puerta del baño. Dean la miró como si estuviera buscando alguna herida y después de verificar que todo estuviera bien abrazó a Taylor.

—¡Taylor! ¡Dean! —llamó Peter —. ¡Hay que hablar!

Ambos se miraron y se tomaron de la mano antes de bajar las escaleras.

—Nos quedaremos hasta que se gradúen —dijo John.

—Dean y Sam compartirán habitación estos días y John se quedará en la habitación de Sam —dijo Peter —. Creo que hoy juega los Yankees contra Boston, ¿quieren verlo?

Todos asintieron y fueron hacia la sala. Peter puso el partido de béisbol y todos se acomodaron en los sofás. John en el individual, al igual que Peter, y Sam junto a Dean y Taylor en el grande.

Antes de que comenzara el partido Taylor fue a hacer palomitas a la cocina, siguiendo las instrucciones dejó un plato con el producto en el microondas por 5 minutos y antes de poder salir John entró a la cocina.

—¿Tú y Dean tienen algo? —le preguntó John. Taylor dejó el plato sobre la cocina y miró a John.

—¿Por qué pregunta?

—Porque Dean jamás había estado interesado en la universidad, jamás —dijo Dean —. Y ahora quiere estudiar ingeniería automotriz.

—Es una gran carrera.

—Si, para personas normales —dijo John —. Somos cazadores, no estudiamos en la universidad.

—Usted es cazador, Dean aún puede tener una vida normal —dijo Taylor.

—Taylor, ¿recuerdas que me dijiste que si necesitaba cualquier cosa te lo digiera, porque había salvado tu vida?

—Si, lo recuerdo —dijo Taylor —. Y agradezco que haya salvado mi vida.

—Quiero que te alejes de Dean —dijo John con firmeza.

Taylor lo miró sorprendida, intentando comprender las intenciones de John. Su corazón latía más rápido mientras trataba de encontrar las palabras adecuadas para responder.

—¿Qué? No puedo hacer eso —dijo finalmente, con voz temblorosa—. Quiero a Dean, y el a mi.

John dio un paso hacia ella, su presencia imponente llenando el espacio entre ellos.

—Taylor, esto no es solo sobre lo que Dean quiera. Es sobre lo que es mejor para él —dijo John, suavizando su tono un poco, pero sin perder la firmeza—. Dean ha estado tomando decisiones que no son propias de él desde que te conoció. No quiero que su vida se desvíe por un capricho.

Taylor frunció el ceño, sintiendo la presión de las palabras de John.

—Dean es casi un adulto. Puede tomar sus propias decisiones.

John asintió, como si estuviera de acuerdo con ella, pero luego dijo algo que la dejó sin aliento.

—Sé que lo amas, Taylor. Y sé que piensas que estás haciendo lo correcto. Pero déjame decirte esto: si de verdad lo amas, lo dejarás ir. Lo dejarás ser quien realmente es, un cazador. No puedes cambiar eso.

Taylor sintió un nudo en el estómago. John tenía razón en algo: ella amaba a Dean. Pero, ¿podría realmente dejarlo por su propio bien?

—Si continúas con Dean, solo lo alejarás de su verdadera naturaleza. Lo pondrás en peligro. No puedes ofrecerle la seguridad que necesita en nuestro mundo. Y lo sabes.

Las lágrimas comenzaron a acumularse en los ojos de Taylor, pero sabía que John tenía razón. Si de verdad amaba a Dean, tendría que tomar la decisión más difícil de su vida.

—Está bien —dijo finalmente, con voz quebrada—. Me alejaré de él.

John asintió, su expresión mostrando una mezcla de alivio y pesar.

—Gracias, Taylor. Estás haciendo lo correcto.

Taylor se giró, intentando mantener la compostura mientras se alejaba de John, sabiendo que acababa de sacrificar su propia felicidad por el bien del joven que amaba.

M I S S W I F T O M L I N S O N

the great war; dean winchester Donde viven las historias. Descúbrelo ahora