❝Solucionaré todos tus problemas para que puedas sonreír para mí.❞
→ Kiara era la pirata más problemática de todos los mares. Conocida por su incorregible personalidad y su afán por crear contratiempos y rumores, nadie confiaba en una bruja que podí...
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MONTBLANC.
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Kiara mantuvo una sonrisa vacilante en su rostro cuando llegaron al barco de la tripulación de los Sombreros de Paja. Las reacciones de los miembros que se mantuvieron en el Merry fueron por supuesto variadas: Sanji, por un lado, se enamoró por supuesto a primera vista de la ebria mujer que regresó con sus compañeros y de inmediato le ofreció una bebida. Usopp entró en pánico al saber que se trataba de una bruja y el pequeño Chopper sintió curiosidad al notar que la de ojos rojos era ciega gracias a pequeños detalles que el resto no parecía haber notado en lo absoluto.
━¡Aquí tiene uno de nuestros mejores sakes...!━le entregó el cocinero a la pelinegra una copa, quien la aceptó con gusto al haber leído la mente de este y saber que no llevaba ningún tipo de veneno.━¿Cómo debería llamarla, señorita?━preguntó interesado.
━Um. Kiara, supongo que podéis llamarme así...━respondió tras encogerse de hombros. Al fin y al cabo, meros humanos no serían capaces de pronunciar su nombre en su idioma natal.
━¡Qué bonito nombre, Kiara-chan!
━Déjate de molestar, cejas. Tenemos que hablar y no gastar más alcohol.━se quejó Zoro al notar que Sanji trajo consigo más botellas de sake, lo que al final del día lo dejaría sin su preciado licor. Desde lejos se notaba que la mujer tenía buena resistencia a la bebida y quién sabía desde qué horas de la madrugada había estado consumiendo jarra tras jarra de cerveza.
━¡Calla, musgo! ¡Kiara-chan merece el mejor alcohol de todos!
Mientras ambos peleaban como de costumbre, Nami y Usopp se acercaron con precaución a su invitada en el barco. Quien les recomendó encontrar a dicha persona fue ni más ni menos que Robin, a pesar de que Kiara contaba con una pésima reputación que no cualquier otro podía tener. Después de todo no solo era conocida por estar borracha prácticamente las veinticuatro horas del día, pues también era una estafadora y tenía una lengua muy afilada. Además, nadie se fiaba de una bruja que podía predecir las palabras de los demás y que se escapaba en cuanto tenía la oportunidad. Pero decidieron creer en el consejo de su compañera, quién afirmó haber intercambiado palabras con la infame bruja alguna vez.
