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––Eso se sintió tan bien... ––hablo, con una leve sonrisa de satisfacción, cuando logro recuperarse un poco del reciente orgasmo.
––Fuiste tan bueno cariño... ––lo atrajo hacia él, buscando más contacto con su cuerpo.
Jungkook se acurrucó contra él, buscando el contacto con su alfa después del acto. Su cabeza encontró lugar entre el cuello de Taehyung, donde estaba su glándula de olor, comenzando a inundar sus pulmones del aroma a licor.
––Me encanta cómo me haces sentir. ––murmuró suavemente, con una sonrisa llena de satisfacción. ––Pero... Extraño el nudo. ––agregó con un pequeño puchero en sus labios.
––Lo se cariño... Pero no queremos arriesgar a los bebés ¿Cierto?. ––él también quería el nudo, y por supuesto que tenía la necesidad de renovar la marca en el cuello de Jungkook, pero no podía hacerlo, podría ser perjudicial en su estado y era mejor resistir un poco a pasar por una tragedia.
El omega se acurrucó aún más contra Taehyung, con un pequeño gesto lleno de satisfacción debido a la preocupación de alfa él y los bebés.
––Lo sé... ––murmuró suavemente, con un suspiro. ––Pero... Extrañó eso, sentirme tan cercano a ti... Eso realmente me gustaba. ––un pequeño puchero se formó en sus labios.
Beso el puchero en sus labios.
––Aún tenemos la marca, prometo renovarla después de que los bebés nazcan.
La habían renovado justo en el celo en el que procrearon a los gemelos, exactamente hace ocho meses, pero ya sentían la necesidad de renovarla.
Jungkook le devolvió el beso con un pequeño suspiro y una sonrisa suave en sus labios, recordando cuando renovaron su marca. La promesa de renovar la marca una vez que los bebés nacieran lo hizo sentir un poco mejor, y sabía cuánto significaba para Taehyung también.
––Está bien... Pero tienes que cumplir tu promesa, sabes cuánto me gustó cuando la renovaste. ––agregó con un pequeño gesto travieso en sus labios.
––Prometo solemnemente cumplir esa promesa a mi amado omega. ––llevo una mano hacía su frente, haciendo una señal parecida a la de un militar, eso hizo reír un poco a Jungkook, realmente amaba al alfa qué tenía por esposo.
––Eres un idiota. ––murmuró suavemente entre risas, con una mirada llena de amor puesta en el castaño. ––Pero supongo que eres mi idiota favorito...
––¿Siempre lo seré?. ––pregunto, para después robar un beso de los jugosos labios rosados, sabor fresa del acebache.
––Por supuesto que sí. Eres mi alfa favorito, y siempre lo serás. ––afirmó, manteniendo esa mirada amorosa en su esposo.
––Entonces espero que ambos cachorros sean omegas porque no pienso competir por ese lugar en tu corazón. ––advirtió, mientras peinaba los cabellos alboratados del pelinegro.
