1. Despedida

131 11 1
                                    

Mi mente vagaba a través de los recuerdos, todo a mi alrededor es confuso, no puedo creer que todo esto esté pasando... es una mierda, no lo había visto venir, era algo obvio y solo lo deje pasar, fui...

- ¿Señorita? ¡¡Señorita!! - Mi mente se conecta a la realidad y vuelvo mi atención a quien me está hablando, por un momento olvidé que no estaba sola en casa.

- Ah... ¿Qué? - Digo distraída

- ¿Está bien?

- Sí, sí, disculpe ¿Qué pasa?

- Le quería decir que ya terminamos de llevarnos todo, falta ese sofá, a menos que quiera que se lo dejemos - seguramente lo decía porque yo no dejaba de mirar el sofá.

- No, como le dije, quiero vender todo y eso incluye el sofá.

Decir ésto término de matar lo poco que quedaba de mí en aquel momento, ¿cómo es posible que haya aceptado vender ese sofá que fue el gran testigo de un sinfín de cosas?, desde nuestro primer beso hasta los planes de la vida que queríamos para el fin de nuestros días en esta tierra, donde tantas veces habíamos hecho el amor con desbordada pasión, teníamos pláticas divertidas... tantas risas... tantos recuerdos, pero son solo eso... recuerdos y nada más... es increíble como uno cree tenerlo todo, ser feliz y de un día para otro lo pierde.

- Discúlpeme que sea entrometido, pero... ¿usted no tiene prisa por tomar un vuelo? - Me dice el señor; miro mi reloj y eran las 12:45 p.m. ¡Por Dios ya es tarde! -Señorita, usted vaya tranquila que más tarde le mandamos el dinero.

- De acuerdo, en un rato más llegará alguien para cerrar, ya no debe de tardar, estamos en contacto, adiós y gracias por todo - Le digo al hombre de forma apresurada.

El buen hombre me regala una amable sonrisa y me dice adiós, salgo disparada hacia mi auto, al subir lo enciendo y arranco a toda prisa hacia la central de autobuses de mi ciudad natal ¡Joder! Llevo 15 min de retraso, debo meterle prisa al asunto o llegaré tarde, el camino normalmente lo haría en 60 minutos, esta vez tengo que hacerlo en menos de 50.

Llegando a la central, veo a mi madre y mi familia esperándome, los saludo a todos y...

- ¡¡Ari!! - Alguien grita detrás de mí y me pega un susto de muerte, volteo y veo que estaban mis mejores amigas para despedirme, sentí un poco de felicidad, era la primera vez después de lo que pasó.

- ¡Wow! No pensé que fueran a venir

- ¡Ay Ari! ¿Cómo crees que te íbamos a dejar ir así como así? - Me dice mi amiga Tamara mientras me abraza, hace dos días ella, junto con mi familia me habían hecho una pequeña fiesta de despedida; todas mis demás amigas se acercan para despedirnos, después me acerco nuevamente a mi familia, para la inminente despedida, en primer lugar, me acerco a mis hermanos.

- Chicos... cuídense mucho los voy a extrañar, espero poder venir para las fiestas navideñas y...

- Ya corta el discurso lacrimógena hermana, nos vas a hacer llorar a Alex y a mí- Me dice Benjamín en broma, es el hermano de en medio, yo soy la mayor, es el bromista de la familia - mejor anda dame un abrazo y ya está - dicho eso lo abrazo con todas mis fuerzas; hago lo mismo con Alex y él me lo devuelve tan fuerte que siento que me va a romper el esqueleto, para su edad tiene mucha fuerza por el kickboxing que practica.

Antes de dirigirme a mis papás, Benji me detiene y me aparta de todos los demás, se me hizo raro, pero lo seguí.

- Ari sé que estás muy mal porque te rompieron el corazón, pero quiero pedirte que no vayas a hacer una tontería estando lejos ¿ok? - Yo pongo los ojos en blanco, le doy una media sonrisa y asiento, sabía que él no iba a pasar esto por alto - haz lo que mejor sabes hacer, mantén esa mente tuya muy ocupada, no dejes que esta situación se apodere de tu vida, no lo vale - Yo asiento y le pongo la mejor de mis sonrisas o al menos lo intento.

Chispa de amor (en curso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora