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-Magnus por favor... -susurró Alexander, -Sé que no los conoces bien y que no tienes motivos para confiar, todos estamos aquí para ayudarte -aseguro, dando un paso hacia él con cautela-. No fueron ellos quienes le hicieron daño a tu hermano, y si hay algo que podamos hacer para encontrarlo, lo haremos.

Magnus bajó el arma lentamente, su cuerpo temblando de agotamiento emocional. La culpa y la confusión se mezclaban en su mente. Alexander aprovechó el momento y le quitó el arma de las manos con suavidad.

La incertidumbre en la habitación era palpable, pero sus pensamientos se centraron en una sola persona. Con pasos vacilantes, Magnus se acercó a Alexander, sus ojos llenos de lágrimas. Este abrió los brazos, recibiéndolo con una calidez que Magnus no había sentido en mucho tiempo.

Se sintió... diferente.

-Lo prometo -añadió Alexander-. Vamos a descubrir qué le pasó a tu hermano. Pero tienes que confiar en nosotros, aunque sea un poco.

Magnus asintió con dificultad, sus lágrimas fluyendo nuevamente, pero esta vez de alivio. La ira y el miedo que lo habían consumido poco a poco cedían ante la esperanza. Sin poder contener más las emociones, Magnus se dejó caer en su pecho y comenzó a llorar, su cuerpo temblando en cada sollozo. Alexander lo sostuvo firmemente, susurrando palabras de consuelo.

-Tranquilo, todo estará bien -dijo acariciando suavemente la espalda de Magnus.

La afectuosidad de su abrazo envolvió a Magnus, ofreciéndole un refugio momentáneo de la tormenta emocional que lo azotaba.

A pesar de las palabras tranquilizadoras de Will y Jace, Magnus aún no podía creer completamente en ellos. Las imágenes de la noche del asalto seguían frescas en su mente, y la desconfianza seguía latente. Sin embargo, el calor del abrazo de Alejandro le ofrecía una chispa de esperanza en medio del caos. Era como si, en ese momento, nada más importara que la calidez de ese abrazo.

Will y Jace observaron en silencio, respetando el momento. La dureza habitual en el rostro de Will se suavizó, comprendiendo el dolor y la confusión de Magnus. Jace, por su parte, se mantuvo alerta, preparado para intervenir si era necesario, pero también mostrando compasión en su mirada.

Después de unos minutos que parecieron eternos, Magnus levantó la cabeza y miró a Alejandro a los ojos.

-Creo que necesito un momento...

-De acuerdo. Ve a la habitación, en un momento te alcanzo.

Magnus asintió, y con una inclinación de cabeza a modo de disculpa hacia Will y Jace, desapareció por el pasillo que conducía a las habitaciones.

-Wow. Eso fue intenso -dijo Will, sacudiéndose ligeramente-. Por un segundo pensé que iba a morir. Estaba dispuesto a disparar.

-¿Quién les dio esa arma? -preguntó Alexander, con tono serio.

-Alejandro -respondió Will.

-Entonces, ustedes entraron a la casa de Magnus... -continuó Alexander, conectando las piezas.

-Pero sabes que no fuimos nosotros, ¿verdad? -Jace intervino, mirando a Alexander-. El panorama no nos favorece, lo sé, pero solo robamos unos documentos. Ni siquiera sabíamos que había alguien ese día.

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⏰ Última actualización: Dec 29, 2024 ⏰

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