Quiero cambiarlo, quiero volver al pasado, si lo hubiera cambiado, tal vez mi presente sería mejor, no lo sé, ya no lo quiero saber. La verdad es que miento, porque aún lo pienso, aun me arrepiento, entregaría todo y a la vez nada, porque ¿que tengo?, en cambio, ¿que pude haber tenido si lo hubiera cambiado?, no lo sé, el pecho me pesa, las lágrimas caen, mi pecho quema, mi mente se nubla, al no saber que hacer, porque, ¿que se puede hacer?. Ya no hay nada que cambiar, cambié todo y a la vez nada, porque intenté arreglar la taza ya destrozada, las cosas avanzan, y yo me quedo atrás, la luz se me va y mis noches se enfrían, a diferencia de antes, cuando calurosos eran mis días, cuando rebosaba de alegria, cuando siempre sonreía, cuando el dolor no era capaz de romperme, porque tener eso me hacia fuerte, mantenía mi frente en alto y mi corazón valiente, pero, ¿ahora que queda?, ¿de eso que queda?, nada, ya no hay nada, nada que arreglar ni que cambiar. Ahora solo he de temblar en mi desesperanza por un futuro moldeable, porque ¿que he de ganar?, ¿dinero, viajes, conocimiento, amor?, ese sentido ya no lo encuentro, cuando te aferras tanto a una idea te destruyes, lo único que venía a tu mente era como serían todas esas ventajas junto a eso, y al perderlo, el sentido también se va con éste.
Desesperanza en una noche neblinosa, cuando todas las mentiras caen y las verdades pesan
