Mi odioso enemigo!

Mi odioso enemigo. Día 3: Una noche no tan horrible

Ochako

Era un día como cualquier otro. Hoy también estaba enfocada en mi objetivo. Ayudar a mi familia, sacar me los estudios y patear el culo de Katsuki Bakugo. Cuando tengo todo claro, ya me levanto y alisto para mi nueva mañana. Pero antes de poder cambiar me entra mi tía en mi habitación para decir me que la abuela se encuentra mal y que la lleva al hospital central, que no me preocupe, aunque eso no sirve de nada porque me preocupo igual.

Me voy a la cafetería y hago lo de siempre.

- Hoy no está tu abuela?- me pregunta el plasta de Katsuki Bakugo. Últimamente no solo ha venido por las tardes si no que además ha cogido la mala costumbre de venir a fastidiar mi existencia por la mañana. Le doy su enorme desayuno de siempre y ya lo echo a patadas.
- No! Ha tenido que ir al médico porque no se encontraba bien. Así que hoy te quedas sin comida extra.- siempre que está la abuela cerca le da algo más de comida. Pero como hoy tiene entreno hasta muy tarde no vendrá por la tarde. Lo se porque ha venido cada día de la semana, durante tanto que ya me conozco su horario.
- Ooii!! Párate estúpida.- se queja mientras lo empujo a la salida.
- Adiós señor cliente espero que no vuelva pronto.
- Ya te gustaría maldita!- me dice con su odiosa sonrisa arrogante.
- Que pase un buen día!!- y le cierro la puerta en las narices para luego irme.

Me voy en bicicleta al instituto más cansada de lo normal y también más preocupada. Me derrumbo en mi pupitre y me cubro con los brazos.

- Estás bien, Ochako?- me pregunta la voz de Tsuyu mientras me acaricia el pelo.
- No.- le digo sin tapujos. No quiero mentir le y tampoco puedo engañar la en mi estado tan lamentable en el que estoy.
- Mi abuela estaba mal, se ha ido con mi tía al hospital central para una revisión.- le contesto en un largo suspiro algo atragantado.- No es nada grave pero en parte sí que estoy preocupada.
- La otra parte es por Katsuki Bakugo, verdad?
- De verdad que no lo soporto. Desde que descubrió que trabajo en la cafetería, no deja de venir a molestar me. Viene todos los días por la mañana y casi todas las tardes después de su entreno. Es muy agotador, pero cómo lo has sabido?- le cuestiono con los interrogantes en mi cara.
- No has parado de hablar de él.- me dice con voz de quien lleva la razón.
- De verdad?- le pregunto inconscientemente.
- Si no supiera que le odias pensaría que te gusta.kero.- me dice tan tranquila.
- TSUYUUU!!- grito horrorizada, y algo roja. No me cabe en la cabeza como puede pensar eso. No. No. No y no.- Ni lo pienses! Antes me pego un tiro.
Pero ella solo se encoge de hombros como si no tuviera importancia, y luego se va para dejar me espacio. Cosa que le agradezco, y me hace valorar la posibilidad de que Tsuyu se convierta en la mejor amiga de la historia.

No le digo nada más y ella no insiste en el tema. Por eso me gusta hablar con ella y contárselo todo. Con Mina... Bueno ella es fantástica, pero.... Ya se sabe, el chisme es el elixir de los cotillas, viven y mueren por un buen chisme. Y Mina es la reina del chisme. Sin contar con esa Hatsume Mei. No hay cotilleo del cual ella no sepa nada.
Me ofusco pensando en eso tan escalofriante. Me ha perturbado el comentario de Tsuyu. Tanto he hablado sobre él? Me habré obsesionado con él? Pero gustar me? Para nada! Podría llegar a admitir que es muy guapo y que está muy bueno, pero solo bajo tortura y si decir lo me salvara la vida. Pero siendo sincera la verdad es que no lo conozco mucho, pero se que su sola presencia es irritante. Y por mucho que a mi abuela le caiga bien, yo no lo soporto. Es un chico muy mal humorado, arrogante, orgulloso y egocéntrico, al que le gusta fastidiar me. Un altanero que....

- SEÑORITA URARAKA!

Vuelvo a la actualidad de un solo grito.

- Queee!! Ah sí.- digo gritando mientras salgo de mi burbuja mental.
- Puede bajar de las nubes durante mi clase y prestar atención?- me pregunta de forma retòrica la profe de matemáticas desde detrás de sus gafas y sermoneando me delante de todos. El rojo no tarda en subir me a las mejillas.
- Ah si, lo siento.- me disculpo con la profesora de matemáticas, mientras escondo mi vergüenza lo mejor que puedo. Ahora mismo solo espero que la tierra me trague y que sea lo más profundo posible.
- Bien puede despejar su mente saliendo a la pizarra para resolver este problema.- me riñe seriamente la maestra con un claro enfado por no estar atenta. Ya es una de mis asignaturas más justas y no me da muchos puntos estar distraída en clase pensando en el odioso de Katsuki Bakugo. Este chico solo hace que darme problemas.