Capítulo 2

15 0 0
                                    

La fiesta terminó, yo estaba casi sobria, porque Luca pasó toda la noche cuidándome y pidiendo agua.

-Oye cuidado que ahí hay vómito. Camina derecha, saca pecho y cara levantada Pía. Pie derecho, pie izquierdo - me repetía Miguel camino al sillón y luego me recostó ahí - Espera, traeré agua - ¿Cómo podía ser tan lindo si recién nos conocemos? No sé nada de él, ¿Y si tiene enamorada? Puede que este muy borracha y solo lo estoy imaginando - Aquí tienes.

- Gracias, ¿te puedo preguntar algo?

- Sí, dime - me estaba mirando fijamente y empecé a reír, y luego a llorar por una tontería en verdad - ¿Qué? ¿Qué pasó?

- Nada, me reía de lo lindo que eres, muy lindo y lloraba de pena, que estés aquí cuidándome en lugar de estar, no sé, con tu enamorada.

- Bueno, ella no pudo venir hoy y unos amigos me obligaron a venir, la verdad no me gusta mucho estar aquí y vi a una chica linda que se sentía mal y prefiero mil veces más ayudarte a emborracharme con mis amigos - sus ojos se abrieron al decir esas últimas palabras porque creyó que me había ofendido.

- Jajajajajaja, no, tranquilo, a mi tampoco me gusta estar así y prefiero mil veces más estar con un chico lindo que me cuida a seguir tomando - ¡Qué estoy diciendo! ¡Tiene enamorada! Seré borracha pero no roba-novios.

- ¡Pía! ¡Te he estado buscando! - dirigió su mirada hacia mi y luego hacia Luca - ¿Y quien es este?

- Él es Miguel, mi nuevo amigo, lo encontré en el estacionamiento - dije sonriendo de oreja a oreja como una niña presenta un enamoradito a sus padres - y me estuvo cuidando toda la noche.

- ¿Cuidando? Pero yo podía hacerlo - dijo y me agarró de la muñeca para luego jalarme.

- Chau Luca, ¡Gracias por todo!

- Pía dejé mi número en tu cartera, chau - se despidió moviendo la mano y yo hice lo mismo.

En el carro comenzaron los reclamos

- No se aprovechó de ti, ¿verdad? - Miguel intentaba verse preocupado.

- No, no es como tú, él no trata a las mujeres como tú.

- Hey, que dices, yo te respeto - al oír eso no pude evitar voltearle los ojos.

- ¿Sabes? Hoy recordé a Analí, a mis amigos y me puse muy mal.

- ¿De nuevo con lo mismo? Nos tienes a nosotros, somos mejores que esos pavos de mierda.

- No hables así de ellos, no se puede hablar contigo civilizadamente.

- Deja de hacerte la muy sabia, intento de abogada - siempre me recordaba que dejé la universidad - Ya llegamos, baja - bajé inmediatamente del auto e ingresé a mi casa cerrando la puerta fuete por la cólera que él me provocaba, ¡Mi papá! seguro lo he despertado, subí de puntas por las dudas y me eché a dormir, mañana me esperaba un día similar.

- ¡Papá! ¡Hoy hice el desayuno! Baja que comeremos juntos.

Pasaron unos minutos...

- ¿Papá? Hice tu plato preferido.

Decidí subir...

- ¡Papá! ¿Papá? - No estaba en su cama. Llamé por teléfono a su oficina, tampoco estaba, a casa de mis tíos paternos, de sus amigos, llamé a cada contacto del directorio telefónico y no estaba en ningún lugar.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 19, 2015 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

PERO LO AMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora