Cap 2

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Lady Dimitrescu, con la mirada perdida, acariciaba el rostro de su hija cristalizada, tratando de comprender la situación, su expresión era una mezcla de ira y desesperación. La habitación se llenó de un tenso silencio, roto solo por los sollozos contenidos de Daniela y Cassandra. Lady Dimitrescu se mantenía inmóvil junto a la cama

Nikka, aún dolorida por la caída, se arrastró con dificultad hacia un rincón de la habitación, tratando de evitar atraer la atención de las vampiresas. A pesar de la situación, su mente trabajaba frenéticamente, buscando una forma de salvar a Bella y ganarse la confianza de Lady Dimitrescu.

—Por favor, déjame intentarlo —dijo Nikka con voz trémula, levantando una mano como señal de paz—. No soy tu enemiga. Quiero ayudar.

Lady Dimitrescu se giró lentamente hacia ella, sus ojos ardiendo con una furia contenida.

—¿Por qué debería confiar en ti, humana? —preguntó, su voz baja y peligrosa.

—Porque si no lo haces, tu hija morirá —respondió Nikka, tratando de mantener la calma—. Sé que hay una manera de revertir esto, pero necesito tu ayuda. Por favor, déjame intentarlo.

Cassandra y Daniela intercambiaron miradas, sus expresiones una mezcla de esperanza y escepticismo. Finalmente, Lady Dimitrescu asintió, aunque sin bajar la guardia.

—Habla rápido —ordenó—. Y más te vale que sea útil.—le dirigió una mirada de odio—Pero si fallas, me aseguraré que desearás nunca haber entrado en este castillo—.

Nikka respiró hondo.— (¿Se supone que debería sentirme excitada o algo así? Realmente tengo miedo, pero aun así la amo)— pensó para luego tratar de recordar todos los detalles que conocía sobre la cristalización de Bella y cómo revertirla.

—Rápidamente, enciendan la chimenea y acerquen a Bella al fuego —comenzó Nikka—. El calor ayudará a ralentizar la cristalización. Y— se quedo recordando otra de sus peticiones antes de llegar ahi.—Yo, tenia una mochila, pero no se donde—

—¿Daniela es de ella aquella mochila que encontraste?—Cassandra interrumpió y miró a Daniela esperando —Daniela hizo un gesto afirmativo.

Lady Dimitrescu asintió, su expresión se suavizó ligeramente ante la esperanza.

—Cassandra, enciende la chimenea. Daniela, ve por la mochila —ordenó.

Cassandra corrió hacia la chimenea y comenzó a encender un fuego rápidamente. Daniela desapareció por la puerta y regresó en pocos minutos con la mochila de Nikka. La gran mujer, mientras tanto, levantó a Bella con cuidado y la llevó cerca de la chimenea.

Nikka abrió la mochila con manos temblorosas, buscando desesperadamente entre sus pertenencias. Finalmente, encontró lo que buscaba: un pequeño vial con un líquido ámbar.

—Esto es lo que necesitamos —dijo Nikka, acercándose a Bella con el vial—. Es una poción que puede revertir el proceso de cristalización, pero necesita ser activada por el calor.

Con cuidado, vertió unas gotas del líquido sobre la piel cristalizada de Bella, que ya comenzaba a calentarse gracias al fuego de la chimenea. La transformación fue lenta al principio, pero luego la cristalización comenzó a retroceder visiblemente.

Bella parpadeó, sus ojos volviendo a la vida mientras respiraba profundamente.

—¡Bella! —gritó Daniela, abrazando a su hermana con fuerza.

Lady Dimitrescu dejó escapar un suspiro de alivio, su dura fachada desmoronándose por un momento mientras abrazaba a sus hijas.

Nikka se dejó caer hacia atrás, exhausta pero aliviada. Habían logrado salvar a Bella, al menos por ahora. Pero sabía que su aventura en este extraño y peligroso mundo estaba lejos de haber terminado.

Se quedó mirando a la familia reunida cuando, de repente, se dio cuenta de algo. Estaba de pie. ¿Cómo era posible? Miró sus piernas y vio agujeros en su ropa, pero su pierna estaba completamente sanada. No había rastro de las heridas que había sufrido.

—¿Cómo es esto posible? —murmuró, tocando su pierna sanada con incredulidad.

Lady Dimitrescu, al notar la sorpresa de Nikka, se volvió hacia ella con una mirada inquisitiva.

—¿Qué sucede? —preguntó la gran mujer, sus ojos clavados en los de Nikka.

—Estaba herida —dijo Nikka, señalando los agujeros en su ropa—. Pero ahora... ahora estoy completamente curada.

Lady Dimitrescu miró a Nikka con una mezcla de interés y desconfianza.

—Eres acaso tu tambien— susurró.— Hay más en ti de lo que pensábamos, pero es extraño tu olor y tu sangre no tienen ninguna mutación, no percibo nada —su mirada se torno amenazante de nuevo—. todos mis sentidos me dicen que eres solo una humana corriente, pero no lo pareces.

Nikka alzó sus manos en rendición, preparándose para contar su historia, realmente estaba creando alguna historia creíble en su cabeza, o escapar.



○●○



Después de ser arrojado por Nikka a través de la ventana, Ethan Winters se estrelló contra el suelo con un golpe sordo. Dolorido pero determinado, se levantó con dificultad, evaluando sus heridas. No había tiempo que perder; sabía que la situación dentro del castillo se estaba volviendo más peligrosa con cada segundo.

—No puedo rendirme ahora...— murmuró entre dientes, mientras cojeaba. Cada paso era una tortura, pero la imagen de su hija lo impulsaba a seguir adelante.

Cojeando, se adentró en el bosque que rodeaba el castillo, buscando un lugar seguro donde pudiera evaluar su próximo movimiento. A medida que avanzaba, recordó los momentos de angustia y desesperación que había vivido dentro de esas paredes. Su misión de encontrar y salvar a su hija aún no había terminado, y no podía permitirse el lujo de rendirse ahora.

Después de encontrar una pequeña cueva, se refugió allí para descansar y tratar sus heridas lo mejor que pudo con los escasos suministros que tenía. Mientras vendaba sus heridas, sus pensamientos volvían constantemente a lo que había dejado atrás. Sabía que tendría que regresar, pero necesitaba un plan mejor y más recursos.

—Tengo que encontrar otra manera de entrar...— susurró — aquella mujer que llegó y me empujó, siento que debo hablar con ella,  debe saber muchas cosas.

Ethan decidió que necesitaba más información sobre lo que afectaba a la tal Bella y los secretos oscuros del castillo de Lady Dimitrescu. Si podía encontrar una manera de debilitarlas o, mejor aún, acabar con ellas, tendría una oportunidad de salvar a su hija.

Con determinación renovada, salió de la cueva, preparado para enfrentar los peligros del castillo una vez más. Sabía que su camino estaba lleno de desafíos, pero la imagen de su hija y el deseo de poner fin a la pesadilla que había comenzado lo impulsaban hacia adelante.

—Sino consigo nada útil, tendré que eliminar a todos los del castillo— sentenció al aire.

En su mente, había una sola verdad: no importaba cuántas veces cayera, siempre se levantaría. Por Mia y por su hija.

—Espérame Rose.




Continuará ----- 》>





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Kelly~★


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⏰ Última actualización: Jul 03 ⏰

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