El sol se alzaba en el horizonte, tiñendo el cielo de un brillante anaranjado. El equipo de Shikamaru se preparaba para una misión crucial: interceptar y detener a los Cuatro del Sonido, quienes intentaban llevar a Sasuke al escondite de Orochimaru. Shikamaru, con su mente estratégica, había diseñado un plan para enfrentar a los enemigos, pero sabía que no sería fácil.Ino, Choji y Shikamaru se adentraron en el bosque, donde el aire estaba cargado de tensión y peligro. No pasó mucho tiempo antes de que se encontraran con Tayuya, una kunoichi peligrosa y maestra del genjutsu.
—Ustedes no tienen ninguna posibilidad contra mí —se burló Tayuya, invocando a sus tres Doki, criaturas terroríficas que se abalanzaron sobre el equipo.
Shikamaru rápidamente asumió el mando, utilizando su técnica de Manipulación de Sombras para intentar controlar a los Doki. Ino, aunque ansiosa por demostrar su valía, se encontró en desventaja contra la poderosa genjutsu de Tayuya. A pesar de sus esfuerzos, fue capturada en una ilusión que la paralizó.
—¡Ino! —gritó Shikamaru, su mente trabajando a toda velocidad para encontrar una manera de liberarla mientras también combatía a los Doki.
Fue en ese momento cuando Temari apareció en escena, su gran abanico desplegado y lista para la batalla.
—Parece que necesitas ayuda, perezoso —dijo con una sonrisa, lanzando una poderosa ráfaga de viento que dispersó a los Doki y rompió el genjutsu que aprisionaba a Ino.
Ino observó con impotencia desde el suelo mientras Temari se unía a Shikamaru en la lucha. La coordinación entre ellos era impecable, casi como si pudieran anticipar los movimientos del otro. En cuestión de minutos, Tayuya estaba derrotada, inconsciente en el suelo.
Mientras Shikamaru y Temari se daban una palmada de felicitación, Ino se levantó lentamente, sintiendo una mezcla de gratitud y amargura. Se dio cuenta de que, a pesar de su entrenamiento, todavía no era lo suficientemente fuerte para proteger a sus amigos. La presencia de Temari solo amplificó su sentimiento de inferioridad.
Esa noche, mientras el equipo se recuperaba en un refugio improvisado, Ino se apartó del grupo y se sentó sola, mirando las estrellas. Su mente estaba llena de pensamientos de duda y frustración.
—Tengo que ser más fuerte... No puedo seguir siendo una carga —se dijo a sí misma, apretando los puños.
El sonido de risas y voces animadas llegó a sus oídos, interrumpiendo sus pensamientos. Miró hacia el campamento y vio a Shikamaru y Temari compartiendo una conversación. Temari se inclinaba hacia Shikamaru, su rostro iluminado por una sonrisa genuina, y él, por su parte, parecía más relajado y feliz de lo que Ino había visto en mucho tiempo.
Ino sintió un nudo formarse en su estómago. Cada risa, cada mirada compartida entre Shikamaru y Temari, era como una puñalada en su corazón. La sensación de ser una observadora, de estar fuera de lugar, se hacía cada vez más insoportable. Se dio cuenta de que no solo se sentía inferior en términos de habilidades, sino también en cuanto a la atención y el afecto de Shikamaru.
La envidia y la tristeza se mezclaban en su pecho, creando un torbellino de emociones que casi la ahogaban. Quería ser la persona que hiciera sonreír a Shikamaru de esa manera, pero ahora se sentía más distante que nunca.
A la mañana siguiente, con una determinación renovada, Ino se dirigió a Tsunade, la Quinta Hokage.
—Quiero entrenar más duro, Tsunade-sama. Quiero ser tan fuerte como Sakura, no, más fuerte aún. Quiero ser la mejor de mi clan y dominar el Byakugō no Jutsu.
Tsunade la miró con una mezcla de sorpresa y admiración.
—Es un objetivo ambicioso, Ino. Pero si estás dispuesta a trabajar duro, te entrenaré. Prepárate para darlo todo.
Ino asintió con firmeza, sabiendo que el camino por delante sería arduo, pero dispuesta a enfrentarlo con todo su ser. Mientras se alejaba del despacho de Tsunade, una nueva llama de determinación ardía en su corazón. No solo quería ser más fuerte por ella misma, sino también para demostrarle a Shikamaru y a todos los demás que era una kunoichi digna de respeto.
Así comenzó una nueva etapa en la vida de Ino, llena de entrenamiento intensivo, desafíos y descubrimientos. Poco sabía ella que este viaje no solo la transformaría físicamente, sino que también fortalecería su espíritu y la prepararía para las pruebas que el destino le tenía reservadas.
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El amor puede todo
RomanceUna historia que relata los altibajos de una amistad que se vuelve amor.