« VII »

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《♤ Las ninfas fangirl p.2 ♤》

-¿Quién es tu tía Rosa? -preguntó Hazel.

Leo no quería hablar de ella. Las palabras de Némesis todavía resonaban en sus oídos. Su cinturón portaherramientas parecía más pesado desde que había metido la galleta, lo que era imposible. Los bolsillos del cinturón podían transportar cualquier cosa sin añadir peso adicional. Ni siquiera los objetos más frágiles se rompían. Aun así, Leo se la imaginaba allí dentro, arrastrándolo hacia abajo, esperando a ser abierta.

-Es una larga historia -dijo-. Me abandonó cuando mi madre murió y me entregó en acogida.

-Lo siento.

-Sí, bueno... -Leo estaba deseando cambiar de tema-. ¿Y tú? ¿Qué ha dicho Némesis de tu hermano?

Hazel parpadeó como si le hubiera entrado sal en los ojos.

-Nico... me encontró en el inframundo. Me trajo de vuelta al mundo de los mortales y convenció a los romanos del Campamento Júpiter para que me aceptaran. Le debo mi segunda oportunidad de vivir. Si Némesis está en lo cierto y Nico está en peligro... tengo que ayudarle.

-Claro -dijo Leo, pero la idea lo inquietaba. Dudaba que la diosa de la venganza diera consejos por altruismo-. Y lo de que a tu hermano le quedan seis días de vida y que Roma será destruida... ¿Tienes idea de a qué se refería?

-No -reconoció Hazel-. Pero me temo...

-Podrían dejar de hablar de todo eso por un momento, estamos en una misión ahora. Tenemos que dejar de pensar en esas cosas y...- habló Lilith mirando el piso, agarrándose el brazo con nerviosismo.

Fuera lo que fuese lo que estaba pensando, decidió callárselo. Trepó a una de las rocas más grandes para ver mejor. Leo trató de seguirla y perdió el equilibrio. Lilith le cogió la mano. Lo subió y se vieron sobre la roca, cogidos de la mano, cara a cara.

Los ojos de Lilith brillaban con un tipo de tono morado, eso le generóa Leo una gran curiosidad.

-Esto... gracias.

Leo le soltó la mano, pero seguían tan cerca que podía notar el calor del aliento de la chica.

Hazel, quién ya había trepado las grandes rocas, llamó la atención de Leo.

-Cuando estábamos hablando con Némesis -dijo Hazel con nerviosismo -, tus manos... He visto llamas.

-Sí -asintió él-. Es un poder de Hefesto. Normalmente puedo controlarlo.

-Wow, que increíble- habló Lilith con fascinación en sus ojos.

-Ah- dijo Hazel, una reacción totalmente diferente a la que había expresado la pelinegra.

Hazel posó una mano en actitud protectora sobre su camisa tejana, como si estuviera a punto de jurar la bandera. Leo tenía la sensación de que quería apartarse de él, pero la roca apenas podía ser abarcada por los tres.

Genial -pensó-. Otra persona que cree que soy un friki y que doy repelús.

Leo ni siquiera puso atención a la reacción de Lilith, este solo se fijó en lo negativo de la situación.

Miró al otro lado de la isla. La orilla opuesta estaba a solo unos cientos de metros. Entre un punto y el otro había dunas y grupos de rocas, pero nada parecido a un estanque.

Tú siempre serás un extraño -le había dicho Némesis-, la séptima rueda a pesar de que hay ocho. No hallarás un lugar entre tus hermanos.

Era como si le hubiera echado ácido en los oídos. Leo no necesitaba que nadie le dijera que era diferente. Había pasado meses solo en el búnker 9 del Campamento Mestizo, trabajando en su barco mientras sus amigos entrenaban juntos, comían en grupo y jugaban a atrapar la bandera por diversión o compitiendo por premios.

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⏰ Última actualización: Jul 04 ⏰

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The Heiress Of Shadows| Leo Valdez ¹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora