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Jaune miró con aprobación el holoproyector dentro del aula de herrería de Beacon, la habitación en sí estaba dividida, con las forjas en su propio espacio acordonado, mientras que los materiales y las mesas de holoproyección ocupaban el aula "principal", aunque el Forgemaster, Jaune y Ruby estarían de acuerdo en que las forjas eran en realidad donde se llevaba a cabo la mayor parte del aprendizaje.

Sacudiendo la cabeza, rápidamente presionó algunos botones en la mesa para sincronizarla con su pergamino antes de abrir los planos de Pyrrha.

Las dos armas cobraron vida ante sus ojos, flotando sobre la mesa en una luz dura proyectada, esperando a que las manipulara a su voluntad.

Rápidamente movió el escudo, Akouo, a un lado. Si bien su diseño era maravilloso, era solo un escudo, nada sofisticado. Lo único que planeaba hacer era actualizar sus materiales, lo que haría cuando reforjara a Milo.

Tal como había dicho Ruby, los trozos de metal que eran las viejas armas de Pyrrha estaban junto a la mesa, esperando a ser utilizados, pero honestamente, Jaune probablemente los haría fundir o los tiraría a la basura. El metal estaba muy dañado por el ácido de la Hidra y, honestamente, en lo que respecta al armamento de nivel de cazadores, era relativamente inútil.

Giró el modelo de Milo de lado y con ambas manos desarmó el arma para ver sus componentes internos. Honestamente, la lanza era una obra de arte, incluso Jaune, siendo un novato relativo en mechashift, podía apreciar su diseño. Diablos, era porque era un novato que la apreciaba más de lo que probablemente lo harían otros en su posición, además de tal vez Ruby, pero a ella le encantaban todas las armas, así que no contaba.

Después de estudiar los planos por un momento, asintió y comenzó a trabajar. La mesa holográfica comenzó a imprimir los diferentes moldes que necesitaría, utilizando los materiales que tenía almacenados en su interior. Sin embargo, ignoró eso y se aseguró de tener todos los tornillos y herramientas que necesitaría.

La mesa funcionaba como una impresora 3D, no podía (ni debía) reemplazar el trabajo humano real cuando se trataba de la fabricación de armas, pero ayudaba enormemente. Primero imprimía el molde que necesitaría para forjar la espada y el escudo reales, que llevaría a la forja y comenzaría a trabajar de inmediato, mientras que luego imprimía las piezas intrincadas que no podía crear correctamente con el tiempo que tenía. Principalmente los mecanismos de cambio mecánico, así como el funcionamiento interno del rifle en sí, aunque Jaune fabricaría el receptor superior y el cañón/eje a mano.

Estaba a punto de moverse para recuperar el molde de la espada cuando Ruby entró en la habitación, cargando los restos de Crescent Rose y Gambol Shroud, rápidamente seguida por Nora, que saltaba de un lado a otro con entusiasmo con Magnhild en la mano. La chica más joven le dio a Jaune una sonrisa ganadora antes de arrastrar el carro hacia un proyector holográfico cercano, con Nora pisándole los talones.

"Coloca a Magnhild al lado de la mesa y me pondré a trabajar en ello ahora mismo, en base a lo que hablamos en el camino aquí creo que tengo una idea para una mejora rápida pero necesito ver tus planos para asegurarme de que no voy a terminar rompiendo nada", dijo Ruby de una manera un poco distante, Jaune podía decir que realmente no quería mejorar a Magnhild, especialmente después del acto que hizo Nora, pero Ruby era demasiado amable como para decir directamente que no.

Dando vueltas con las manos, caminó hacia las dos chicas y sonrió: "Entonces, ¿cuál es el plan para nuestro Mad Bomber residente?" bromeó, provocando que Nora le sonriera.

Una vez que Nora sincronizó su pergamino con la mesa, Ruby sacó los esquemas para Magnhild y dejó escapar un silbido de agradecimiento. Jaune tuvo que estar de acuerdo, el arma en sí era impresionante, pero siempre le sorprendía lo intrincadas que podían llegar a ser algunas de estas armas por dentro, no podía esperar a ver el plano de Crescent Rose, debía ser una obra de arte...

 dos idiotas y armamento de grado militarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora