Ryan Rask
Me dolía la cabeza.
Era lo único de lo que estaba consiente al despertar. Lo siguiente que vi fue la gran luz que daba el sol por a través de la ventana.
Estaba desconcertado, no sabía donde estaba ni porqué estaba aquí. Poco a poco recuperé mi mente y empecé a recordar como llegué hasta aquí.
Ayer estaba trabajando con la señorita Borisov, comimos y luego… no sé, supongo que el sueño me ganó.
Quité la manta que cubría mi cuerpo y me puse de pie, un rayo de sol me dio justo en la vista causando una ceguera por unos segundos. Volví a respirar con naturalidad sintiendo el aire fresco que se colaba por la misma ventana. Me sentía bien, descansado y tranquilo.
Bajé a mí habitación para darme una ducha y buscar algo de comida, tenía hambre, mucha hambre.
Cerré la puerta tras de mí y fui directo al baño, comería la bandeja que estaba sobre la mesa primero y luego un baño, por ahora solo tenía que lavarme la cara. Cuando iba a salir escuché la puerta abrirse y cerrarse, al instante supe quién era.
—Ryan —soltó antes de abrazarse a mí cuerpo —¿Dónde estabas? —preguntó aún pegada a mí.
—Me quedé dormido arriba —expliqué.
—¿Estás bien? Creí que te había pasado algo o que quizás te habían llevado a una celda con los jefes, algunos dicen que se los han estado llevando —soltó rápido al soltarse de mí.
—No, no, estoy bien, solo me quedé dormido, eso es todo. —volví a explicar intentando que ya dejara el tema y se tranquilizara.
Por fin había dejado el tema y habíamos empezado a tener una plática trivial, mientras yo comía ella hablaba.
.°•••°.
Salí de bañarme sintiendo sueño otra vez. Rachael se había ido antes de mi baño y ahora volvía a sentirme cansando. Apenas eran las 10 a. m. y ya quería dormir de nuevo.
Por suerte sabía que el trabajo estaba terminado y ya no tendría que trabajar más, me alegraba de que no fuese tan largo.
Jack Borisov
Disfrutaba el tiempo a solas en mi habitación mientras rebotaba la pelota que me había encontrado tirada —la había robado de la habitación de Mila —contra el techo.
Habíamos terminado los dos trabajos con Sachs y no teníamos misiones nuevas por el momento. Me alegraba y me disgustaba al mismo tiempo, por una parte podría descansar y no tendría que estar apurado, por otra no sabía que hacer en mi tiempo libre y sabía que eso era malo, luego me pondría a sobre pensar y las cosas irían mal.
No sabía que hacer y ahora lo más importante para mí era matar el tiempo. Quería salir, quería volver a la vida que tenía allá afuera, las fiestas, las compras de ropa excesiva, la vida sin limites, días libres. Era perfecto, pero ahora estaba aquí.
No me sentía muy bien de ánimo cuando bajé las escaleras hasta llegar al comedor, ni siquiera era mediodía y yo moría por otro plato de comida. Revisé la nevera llevándome una sorpresa, no había nada de comida, pero estaba llena de alcohol.
En otro momento me podría servir, pero ahora no tenía ganas, ahora lo que necesitaba era comida.
Me pasé las manos por la cara con cansancio y frustración, empecé a recordar más y más mi tiempo de libertad. Mierda. Quería salir ya. Necesitaba, aunque sea, aire fresco.

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Los trece *EN CORRECCIÓN*
FantasíaUn castillo, una organización que busca la paz de la forma que sea, un robot, distintas criaturas, trece chicos que buscan una mejor vida, la vida en juego. ¿Que pasaría si ese grupo de chicos son secuestrados y encarcelados en el mismo castillo? ¿...