1 0 0
                                    


— ¡Soo Jin! Te llamas Soo Jin, ¿verdad?

Lo observó brevemente y suspiro – Si.

Él suspira del mismo modo — Lamento haberte gritado...

Volteo a mirarlo confundida.

— Es solo que estoy un poco alterado – habla rodando los ojos y haciendo un ademán con las manos – Enserio lo siento. Recordé cosas del trabajo que siempre dicen que debo hacer o no, es tedioso y no debí desquitarme contigo por eso, lo siento – suspira y se acerca demasiado a mi, dejándome prácticamente acorralada. — Me apena admitir que me gusta que seas linda conmigo – ríe – No sabía qué decir. Si hay algo que me agrede o no, pero ahora – habla dulce – Me agrada que seas linda.

Lo miro estupefacta, incómoda y sin palabras, solo puedo sonreír levemente mientras asiento y observó su rostro, él ríe.

— Ahora estoy trabajando en algo que...tal vez debería... — le hablo nerviosa observándolo de cerca, sintiendo como él me mira con intensidad, con atención. Rasco mi mejilla nerviosa y él lo nota, por lo que se aparta y ríe bajo

— Lo siento, no quise incomodar.

— Yo mm, escribo unas-

— Enserio lo siento – hace un ademán apartado de mí aún sonriendo algo avergonzado.

Lo miró brevemente sonrojada — No pasa nada, yo me disculpo – comienzo a hablar con más nervios de lo normal.

— Es solo que creí que-

— Está bien – rió incómoda, notando como se aleja y toma sus cosas, me da un leve empujón riendo. — Cuídate cariño.

Solo puedo reír levemente evitando verlo. Él se aleja y en la siguiente parada, cada uno baja y va hacia su destino.


...


Al llegar a la estación, agotada caminó con pesadez, mirando si lo podía ver una vez más, sin embargo no fue así.

Fui por mi auto y comencé a deambular por las calles, hasta que vi esa chaqueta naranja y cabellera azul entre los demás, me acerco un poco y toco el claxon del auto llamando su atención. — ¡Hola! — habló animadamente – Si quieres mmm, ¡puedo llevarte! – Me observa con una sonrisa levantando una ceja, luciendo más apuesto. Medita y mira todo a su alrededor. Vuelvo a hablarle leve. — Hace demasiado fríooooo...

Sonríe y se acerca al auto — Si esta bien, esta haciendo demasiado frío – abre la puerta del copiloto y entra al auto.


...


— No eres una desquiciada sexual, ¿verdad?

— No. – rio negando – Recuerda que tu fuiste quien me habló.

— En el libro del "Desquiciado" es el truco más viejo – voltea a mirarme — No solo aplica con chicas cariño, también abusan de chicos lindos – sonríe leve.

— Ah, ¿si? ¿Hay algún estudio sobre eso? Respecto al truco viejo, claro – sonrió suave sin apartar la vista de la calle.

Asiente – Así es.

— Entonces, tengo que buscarlos – giramos a vernos al mismo tiempo, nos sonreímos y duramos observando nuestros rostros por un par de segundos, por un momento, sentí calidez y comodidad a su lado.

ᴱᵗᵉʳⁿᵒ ʳᵉˢᵖˡᵃⁿᵈᵒʳ ᵈᵉ ᵘⁿᵃ ᵐᵉⁿᵗᵉ ˢⁱⁿ ʳᵉᶜᵘᵉʳᵈᵒˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora