3. Checo al 2x1

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Los últimos días del parón de verano para Sergio pasaron entre jugar al golf con sus amigos y familiares, disfrutar de la deliciosa comida mexicana como lonches, tortas ahogadas, elotes, por supuesto que no podían faltas sus respectivos tacos, para finalmente grabar el anuncio del patrocinador de neumáticos y talleres.

Patrocinadores, claro, lo que lo lleva a este momento.

Había terminado el Gran Premio de Países Bajos, se encontraba feliz por haber logrado otro 1-2 con su compañero de equipo, tanto así, que puede ser que se haya excedido un poco al abrir la boca y sacar la lengua cuando Max apuntó el champagne hacía él. Lo que no esperaba, era ver como Max se mordía el labio mientras lo veía.

Siempre habían tenido esa "tensión sexual no resuelta" como lo llamaban otros pilotos de la parrilla como Fernando, a pesar de que a Sergio le atraía mucho el rubio holandés, no estaba seguro si Max solo sentía atracción sexual o algo más.

Al bajar del podio, se dirigió a su habitación de hotel para relajarse. Una vez duchado, se colocó una camisa blanca del extinto alphatauri. Se recostó en su cama y tomó su teléfono.

Como ya ha quedado claro, Sergio puede llegar a ser muy despistado, por ejemplo, se había olvidado completamente de su especial campaña de juguetes sexuales que según sabía, había sido publicada hace una semana. Por lo que entró a sus notificaciones más antiguas.

"platanosandía te ha etiquetado en una publicación"

Al abrir ésta, pudo ver una foto con los colores de sus poderosísimas que orgullosamente él sugirió, después de haber mandado una muestra de su pene y bolas para la producción de dildos, ya no podía perder más su dignidad.

Con certeza, lo que no esperaba era verlo a él entre los likes.

¡¿Cómo demonios lo supo?!

"Liked by maxverstappen1 and others"

"Puta madre" pensó, era imposible que Max lo supiera, de haber sabido, ya le habría mencionado el tema, es decir, habían pasado juntos prácticamente todo el fin de semana.

¡Habían incluso compartido el podio juntos!

Entonces, dejándose llevar por el miedo de que Max supiera su secreto, su subconsciente pensó que lo más lógico sería ir a preguntar directamente a la habitación del rubio.

La puerta de la habitación sin seguro fue lo primero que debió de haberlo alertado de que había sido una mala idea llegar sin avisar, lo segundo fue escuchar suaves gemidos provenientes del dormitorio, estaba dispuesto a irse para darle privacidad a Max, hasta que escuchó al rubio gemir necesitado su nombre.

Cuando entró al dormitorio, la vista de Max con sus gruesas piernas abiertas de par en par, la espalda arqueada por el placer, el cabello rubio pegado a su frente, y el grito diciendo "¡Checo! ¡Por favor!" causó que su pene se levantara a medio camino en sus pantalones.

El sigilo no era otro de sus rasgos más fuertes, por lo que no pudo evitar soltar un —Puta madre—, el cuál su compañero de equipo escuchó perfectamente.

—¡¿Checo, qué haces aquí?! — dijo un Max con los ojos bien abiertos mientras soltaba rápidamente el dildo sin ver dónde había caído, cerraba las piernas y se cubría con una sábana.

El mexicano no pudo articular otra palabra porque se dio cuenta, que ahí, en la cama, a un lado de Max, se encontraba un dildo amarillo que se le hizo bastante conocido, por lo que, ignorando al rubio, se acercó a la cama.

—¡Sergio Pérez, te estoy hablando!— Max se encontraba abochornado a más no poder, estaba seguro de que estaba más rojo que después de haber corrido en Qatar. Y al ver que Checo no respondía, y en cambio, se acercaba más a la cama, le tiró una de las pesadas almohadas a la cabeza del mexicano.

Checock | ChestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora