Fase 1

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-Vamos chicos, solo una vuelta más- llamo Sirius comenzando una vuelta más corriendo en la sala de menesteres que se había transformado en una pista de obstáculos.

-Primo, te amo y lo sabes pero esto es demasiado- exclamo Draco resollando por el cansancio.

-Vamos, no te rindas primo- rio Sirius brincando otra valla con agilidad.

-Nos va a terminar matando- susurro Fred por lo bajo a su hermano gemelo el cual solo asintió ya que no se creía capaz de hablar.

Pasados varios minutos Sirius y sus amigos terminaron tirados en el piso de la sala de menesteres respirando entrecortadamente tratando de recuperar el aliento tras correr todo este rato, pero al menos podían ahora correr por un periodo más largo de tiempo.

-Hoy ni se te ocurra que vamos a practicar encantamientos y hechizos- bufo molesto Chronos aventándole una toalla a su hermano mayor.

-Tranquilo, Rey del tiempo, tengo reunión con la vieja cabra... debo ir a ducharme y correr- explico Sirius poniéndose trabajosamente de pie y caminando a la salida – nos vemos luego.

Camino rumbo a su sala común pensando en la ultima carta que había recibido de Hayacint, ya era oficial que no regresaría en lo que restaba del año escolar pero podrían verla en las vacaciones de invierno si ella seguía recuperándose como hasta ahora. Ella aun no estaba autorizada a salir del hospital hasta que no pudiera comer sin terminar devolviendo el estomago pero al menos ya había ganado un poco de peso y su núcleo mágico ya no estaba comprometido.

Tras ducharse y despedirse de su pequeña prima Atenea, salió de la sala común de Slytherin rumbo a la oficina del director, siendo interceptado por Severus Snape a medio camino.

-¿Vas a acompañarme?- pregunto divertido Sirius sin voltear a ver al hombre.

-Aun debemos fingir frente a él, así que si ¿has descubierto algo más?- pregunto Severus sin dejar de mirar al frente mientras caminaban por el pasillo que lleva a la gárgola de Fenix.

-Solo un poco, tiene todo resguardado en su oficina, no se me ocurre nada aun para poder acceder a las pruebas que necesitamos- negó Sirius soltando un suspiro.

-Con lo que obtuve de los calabozos podremos comenzar con la investigación, según tú padre, hay bastante ahí para poner en duda su credibilidad, pero quieres aun más que eso ¿no es así?- preguntó divertido antes de dar la contraseña.

Sin emitir palabra, Sirius solo asintió mientras entregaba la palabra clave (meigas fritas) para acceder a la oficina del director. Ambos, alumno y profesor, subieron por la escalera circular a la oficina del director, donde este ya los esperaba con su carismática sonrisa.

-Oh, Severus, no es necesario que...

-Lo siento Albus, su padre sigue insistiendo- bufo con molestia Severus mientras veía a Sirius sentarse en la silla frente a él con fastidio.

-No entiendo por qué, a fin de cuentas él no quiso apoyarme en esto- soltó Sirius con fastidio rodando los ojos.

-Mi muchacho, tú padre solo esta preocupado por ti y es muy comprensible- comenzó Dumbledore con un brillo peculiar en sus profundos ojos azules – todo el mundo le tememos, en cierta medida, a Tom Riddle- una sonrisa conciliadora apareció en su rostro mientras juntaba sus manos - ¿ya no has tenido más sueños con él?

-No señor, desde las clases con el profesor Snape- negó Sirius viendo fijamente a Dumbledore dejándole ver solo su día a día en la escuela -ha sido de gran ayuda, al menos ya no tengo... pesadillas ¿Por qué soñaba con él, señor? ¿Puede decírmelo?

Harry... ¿Malfoy?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora