No necesitabas mirar dos veces a su salón de clases, para saber que todos eran unos asnos, huecos y simplones, su vida parecía resumirse a dar a conocer a todo el mundo que irían a beber en la casa de algún pobre diablo, o hablar sobre una nueva conquista con quien no tardarían más tarde en llegar hasta límites que ella se resistía a conocer, aún. Le sorprendía la facilidad con la que los hombres se susurraban entre sí, anécdotas de índole sexual y al mismo tiempo se burlaban de las mujeres con quienes mantenían dicho contacto, se le antojaba asqueroso, más cuando se mostraban fotografías y videos entre ellos, ahí, en pleno salón de clases, pretendiendo esconderse en el fondo del salón, como si no se hubieran encargado de gritarlo ya.
Probablemente se sentía superior ahora, era algo bastante curioso de hecho. Hasta hace unos meses atrás se sentía poca cosa y creía que esa era la razón por la que la molestaban, sin embargo aprendió pronto que aunque no era bonita, si era inteligente. Mucho de hecho, o al menos lo era académicamente hablando.
Y ante este tipo de pensamiento poco a poco comenzó a sentirse mucho mejor consigo misma y a pesar del dolor que representaba asistir a la escuela por las burlas constantes, ya no le lastimaban del todo, a final de cuentas, algún día sería una gran doctora, vestiria de blanco y velatria por la salud de sus pacientes, mientras que Camila y Aby seguirían justo donde estaban ahora.Aunque disfrutaran de romperle sus apuntes, esconder sus libros, se podría decir que ya estaba tan acostumbrada que habría descubierto formas para evitar ese tipo de juegos pesados.
Se encontraba analizando si debía llegar más temprano a la escuela para esconder su mochila detrás del librero para evitar que se la llenaran de pegamento y agua sucia otra vez cuando notó que Brenda no estaba comiendo nada, otra vez, en vez de eso, dibujaba completamente concentrada en un cuardeno que ya había visto antes, la tapa del mismo era de color verde pastel y tenía pegadas fotos grupales de las tres chicas, además de pegatinas en forma de cachorritos y gatitos. Helena tenía un audífono puesto y escribía con algo de dignidad sobre la banca de madera que nunca utilizaban para sentarse, mientras que ella misma se encontraba subrayando y agregando más notas en el último libro que su hermana fue a dejarle a escondidas de su padre, de pronto ese silencio le pareció algo abrumador y decidió que quería hablar sobre un tema que a todas les apasionaba.
—¿Cómo van con sus libros?—preguntó con entusiasmo, antes de observar como las otras dos chicas cerraban sus libretas y se ponían a charlar acerca de sus más recientes lecturas y escrituras.
—Yo ahora mismo me estoy concentrando en mi novela, ¿ya les había dicho lo que hizo Harry en el último capítulo—hace unas semanas atrás, descubrieron que la escritura era un buen escape para esa realidad tan aburrida y llena de obligaciones por cumplir, les gustaba imaginar mundos fantásticos, llenos de sirenas, hadas, fantasmas y piratas, cuando Brenda hablaba de Harry en realidad hablaba de el interés amoroso de su propio relato, quizás era un reflejo claro de lo que ella buscaba en un hombre.
—Sabemos que es adorable—dijo Helena—Yo no he avanzado mucho, realmente solo escribí el primer capítulo y no sé cómo seguir, el linaje Valtrot es confuso—los Valtrot eran una familia que de verdad existió en años pasados, a su amiga le había parecido interesante la historia de cierta princesa perdida que se relacionaba directamente con la historia del país, sin embargo, por alguna razón no se encontraba mucha información sobre el tema.
—Pues, Emily esta a punto de conocer al peor hombre que ha conocido en su vida—dijo Irene.Su historia hablaba de una bailarina de ballet, que buscaba triunfar en el mundo del arte, para ser más precisos en Nueva York, de la mano de su mejor amiga.
Tal vez, era un deseo reprimido.
Cuando las chicas estuvieron lo suficientemente distraídas supo que era el momento de actuar.
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Delirios Juveniles
Novela Juvenil"𝕷𝖆 𝖛𝖎𝖉𝖆 𝖊𝖘 𝖙𝖆𝖓 𝖇𝖊𝖑𝖑𝖆, 𝖘𝖆𝖇𝖎𝖊𝖓𝖉𝖔 𝖈𝖔𝖒𝖔 𝖛𝖎𝖛𝖎𝖗𝖑𝖆" Helena no esperaba ningún cambio drástico aquel año. Estaba en segundo de preparatoria y esperaba que su vida fuera tan fácil como en aquella época; siempre sería mejo...