Treinta y cinco lechuzas (TRADUCCIÓN)

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¡Hola, lectores!

Aquí estoy con una nueva traducción. Esta vez un ALBUS/GRINDELWALD (fandom de Harry Potter). Una de las parejas más bellas y trágicas allá donde uno pueda ir a parar.

La original pertenece a Letterblade: https://archiveofourown.org/works/7101118

Esta historia está escrita a través de cartas y, aunque la recordaba buena, ha superado mis expectativas al releerla para traducirla. Si sois fans de Harry Potter darle una oportunidad, os dejará muertos.

Con eso dicho, ¡a leer!

PD: Igual la próxima que traigo también es de H.P


***

10 de septiembre, 1951

Dumbledore:

Heme aquí, tu viejo amigo, Gellert Grindelwald. Tu asombro al recibir esto es, creéme, minúsculo comparado con el mío al escribirlo. Pero como bien sabes, me dirijo a donde me dirijo, hago lo que quiero hacer.

Espero que esto te llegue sin demasiados contratiempos, más teniendo en cuenta todo el alarde que me ha llegado sobre las lechuzas inglesas. Ah, aunque a las aves no les resulta sencillo sobrevolar la torre de Nurmengard. Las tormentas caen de las montañas cual inundaciones. Me hallo a más de seis metros bajo el pararrayos y ¡ah! Los crujidos que hace cuando se resquebraja el vientre de las nubes, como si todo el castillo estuviera siendo asolado por una cruciatus . Enormes yunques en el cielo con el trueno martilleando desde ellos a través de la noche de brea hirviente, y cuando las nubes se separan son las lunas licántropas del Norte las que se filtran entre los barrotes. Es hermoso. Aunque no sea de tu gusto, supongo; demasiado incivilizado.

Sin duda estás mirando esto con desprecio, carta y búho desaliñado, a ambos —le gustan los ratones blancos. ¿De verdad te sorprende, viejo amigo, que tenga el estómago para escribirte, incluso después de todo lo que pasó? No debería. Este es el viejo Gellert, deberías decir. El alemán pesado de Bagshot. Nunca me deja en paz, incluso ahora que está sentado en prisión todo el día sin nada mejor que hacer. Mi tan alabado pelo de oro se está volviendo gris, Albus, ¡imagínate eso! Aun así, debo decir que, para ser una prisión, la mampostería es exquisita. Qué bueno de mi parte animar a los albañiles, si las maldiciones pueden considerarse ánimo, dejaron las cicatrices mágicas como hiedra dentada en el granito, muy bonito. Disfruta de la ironía. Viejo. Amigo. Encerrado en mi propia prisión.

¿Sigues en esa escuela tuya? Disfrutando de la enseñanza, espero. ¿Leyendo mucho? ¿Comiendo bien? ¿Cuidando bien de Eso? Será mejor que sí.

Da mis saludos a ese pájaro loco tuyo. Espero no haberlo destrozado demasiado.

Escúchame. Esperanza. Esperanza. Con el moho acumulándose en las paredes de mi celda. Ríete de mí, Albus. Sigue odiándome como siempre lo has hecho. Disfruta.

Gellert Grindelwald

13 de octubre de 1951

Querido Gellert:

Gracias por tu carta. Cuando lo pienso, creo recordar que una vez comentaste que ningún poder en el mundo podría impedirme ser —creo que tus palabras fueron—«un bastardo engreído». Me temo que sigo siendo tan incorregible como siempre. He estado esperando un búho desde nuestro duelo y no me ha sorprendido recibir uno. De hecho, habría comenzado a preocuparme en uno o dos años más.

Le lancé un encantamiento de secado a tu búho, le ofrecí un perchero junto al fuego de Fawkes y tres ratones blancos. Está maravillosamente de buen humor después de semejante vuelo —y Fawkes está muy bien; ni siquiera tú, tan hábil en estas cosas, podrías destrozarlo lo suficiente como para ser un problema, Gellert. Sigo en Hogwarts, enseñando Transformaciones, jefe de la Casa Gryffindor y subdirector. Quizás sea algo menos ambicioso que cuando nos conocimos. Aun así, me estoy divirtiendo. El comienzo del trimestre ha sido bastante atareado, de ahí mi lenta respuesta. Es un placer peculiar que el 13 de octubre haya sido un día tranquilo y pacífico.

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