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                           Ramiel:

Después de la muerte de Keyna, mi mundo cada vez tiene menos sentido.

Eso es en lo único que puedo pensar mientras mis dedos tratan de seguir el ritmo de la canción. Acaricio las cuerdas del bajo mientras frunzo el ceño para concentrarme, pero mi mente insiste en sacarme de la partitura que debo recordar.

Aumento mis esfuerzos. Debo sacarme su rostro de mi cabeza. A pasado ya más de un año y poco a poco me acostumbro a su ausencia, pero aún no he descifrado cómo bloquear sus recuerdos cuando me encuentro tocando.

Confundo una nota por otra y luego me salto un acorde. El horrible sonido que suelta mi bajo arruina la canción por completo, cosa que proboca que los demás detengan el ensayo para mirarme por encima de sus hombros.

—Rael... —me llama Nick seguido de un suspiro de cansancio. Yo también estoy cansado, frustrado incluso, pero sin que diga nada sé que tiene razón.

—Empecemos de nuevo —ordeno con un tono que no da paso a ninguna queja.

Rider hace sonar sus baquetas para indicar el conteo antes de empezar con la melodía de  Without you. La entrada de Nick con la guitarra es perfecta. Hago sonar el bajo como un complemento de fondo. Pongo toda mi concentración en la canción justo cuando la voz de Nish se hace presente.

La melodía llena la habitación. Las notas se clavan en mi cerebro y logro seguir el ritmo. La voz del pelirrojo es hipnotizante mientras canta la letra sobre una dura separación de dos personas que se amaban. Que casi todas nuestras canciones sean de desamor tampoco me ayuda mucho, pues las palabras que se apoderan del aire no hacen más que hacerme pensar de nuevo en esos brillantes ojos azules.

Justo cuando quise detallar su sonrisa en mi mente, fallo otra nota, por lo que se vuelven a detener uno por uno.

—Esto no puede seguir así —sentencia Nick mientras deja su guitarra a un lado con molestia.

Gruño por lo bajo. Yo tampoco quería esto, pero lo menos que me apetesía en este instante es que uno de mis amigos me eche la bronca.

—Desde esta mañama no me siento bien. Es mejor dejarlo por hoy —me justifico y sigo su ejemplo, desasiendome de mi intrumento con algo más de calma.

—Todos aquí sabemos que eso no es cierto, Rael. Debemos buscar una solución a esto y debe ser ya. ¿O necesito recordarte que la gira está a la vuelta de la esquina? —ironiza el rubio mientras cruza los brazos de forma que parece como si regañara a un niño.

—No necesito que me recuerdes nada. Lo sé. Como dije, lo dejamos por hoy —sentencio. Me dirijo hacia la mesa y me coloco la gorra y las gafas, para luego colocarme la capucha de la sudadera y dirigirme hacia la puerta. —Y si me disculpan, tengo asuntos por resolver.

—¿Nos dejas tirados? —Se escucha la voz de Rider por primera vez en el día justo antes de que logre abrir la puerta.

—No sé yo, pero al parecer a ustedes sí hay que recordarles un par de cosas, como que nos quedamos sin representante hace ya casi un mes —suelto de mala manera.

—¿Y qué vas a hacer al respecto?

Pongo los ojos en blanco y abro la puerta de un tirón.

—Iré a ver a mi mejor apuesta —termino diciendo un segundo antes de lanzar la puerta para cerrarla detrás de mi.

Ya me sentía de un terrible humor.

                              .   .   .

Me enciendo un cigarrillo antes de entrar por las enormes puertas de cristal. Camino a paso firme por el piso de mármol blanco, tan brillante que si no fuera por mis gafas de sol, tal vez me hubiera quedado ciego por el resto del día.

Notas del paraíso Donde viven las historias. Descúbrelo ahora