2: Cage (Yeongyu) (Saga "Dirty Boys")

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Beomgyu

Me baja los pantalones, seguido de mis calzoncillos hasta que ambos están agrupados alrededor de mis tobillos y puedo sentir el roce de su aliento contra la piel sensible de mi entrepierna.

Mierda, me va a chupar la polla.

La excitación me atraviesa y mi polla responde. Pero no se acerca más y al momento siguiente saca algo pequeño y brillante del cuello de su camisa.

La llave.

Es entonces cuando recuerdo que todavía llevo la jaula para la polla. No me la va a chupar, abrirá la jaula. Me está quitando el artilugio extraño y me está liberando.

El destello de decepción es tan fuerte e inesperado que casi puedo saborearlo.

Necesito todas mis fuerzas para no gemir cuando él toma mi polla atrapada y coloca la llave en el pequeño candado que la mantiene en su lugar. La pequeña cantidad de contacto de sus dedos a través de las barras es una felicidad absoluta. Hay un giro, un clic y luego, muy rápidamente, ya no está la jaula. Mi polla cuelga libre y sigue llenándose, pero en un abrir y cerrar de ojos, él mete la jaula en su bolso y me aparta del camino. La puerta se cierra detrás de él con un suave clic.

Me dejo caer contra la pared, con el corazón martilleando dentro de mi pecho. Dios Santo, si realmente hubiera intentado chupármela, lo habría dejado. Joder, todavía quiero que lo haga. Es aterrador lo rápido que perdí la voluntad de luchar.

Dejo escapar un suspiro tembloroso y me paso una mano por el pelo, sintiéndome confundido. Aparte de mi aterradora falta de autocontrol, las confrontaciones son lo peor, y aunque solo hemos tenido sexo una vez, lo que acaba de pasar se parece demasiado a una ruptura. ¿Eso lo convierte en mi ex? ¿En mi loco ex?

Ahora que recuperó su libertad, mi polla todavía reacciona al escaso toque que recibió de Jun. Sobresale, dolorosamente dura.

La miro.

—Espero que estés feliz. Me metiste en todo este lío. Eso fue jodidamente estresante.

No parece importarle. Quizás debería... encargarme de ello. Pero no, no hay forma de que no lo haga sin pensar en Jun, y masturbarme por él ahora sería un desastre. Así que la guardo y ordeno mis cosas.

No hay señales de él en el pasillo. ¿Pensé que me estaría acechando, esperando abalanzarse sobre mí otra vez como una especie de animal? Al parecer eso fue todo. Mi fase experimental finalizó. De vuelta a la vida real.

—¡Beomgyu!

La llamada me sobresalta, pero no es Jun. Al final del pasillo, el profesor Halloway se asoma de su salón. Su expresión parece que trae malas noticias. Cubro mi entrepierna, consciente de que mi erección todavía está furiosa, y trato de parecer como si nada hubiera pasado.

Hace un gesto con la cabeza hacia su oficina.

—¿Puedes venir aquí, por favor? Necesito hablar contigo.

* * *

Reprobé.

El papel en mis manos es una pared de texto negro sin sentido, aparte de la pequeña parte metida justo en la parte inferior que prácticamente brilla. Leí el puntaje nuevamente.

Reprobé.

Acabo de reprobar.

—Te perdiste los comentarios sobre los resultados de las pruebas porque tuviste que ir a ver al entrenador. —El profesor se sienta en el borde de su escritorio, con las piernas cuidadosamente cruzadas, pero mis ojos están pegados a las palabras fatales en el papel que tengo en la mano—. No tengo que decirte lo decepcionado que estoy. Tu trabajo no está a la altura de los estándares académicos. Y esto lleva sucediendo desde hace demasiado tiempo. Si no vemos una mejora pronto, me temo que el equipo de admisión tendrá que considerar la validez de que estudies aquí con nosotros.