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Yeonjun

¿Qué acaba de pasar?

La niebla de la excitación se disipa de mi cerebro y parpadeo, desorientado, como si acabará de despertar de un sueño febril. La cálida piel de la garganta de Beomgyu presiona contra mi cara, húmeda de sudor y oliendo demasiado bien. El rápido golpeteo de los latidos de su corazón pulsa contra mi pómulo. No creo haber estado tan íntimamente cerca de alguien antes y eso hace que mi pecho se sienta cálido y palpitante al mismo tiempo. No me gusta.

Respirando con dificultad, aparto la cara y miro a Beomgyu debajo de mí. Él también respira con dificultad, su rostro está feliz y sus ojos pesados. Mis ojos recorren su cuerpo, desde la camisa arrugada alrededor de sus hombros, su pecho manchado de semen, su polla apoyada contra su muslo, hasta donde estoy dentro de él con mi propia polla ablandada.

Mi estómago se aprieta. No sé si debería sentirme aliviado o enojado. Ahora que mi cabeza no está llena de lujuria confusa, comprendo lo que acaba de pasar aquí. Me obligó a follarlo a propósito, justo cuando intentaba dejarlo. Me hizo probarlo de nuevo, y ahora que lo hice, no sé si podré parar. Porque ya quiero más de él. Lo quiero todo de él.

Salgo, sintiéndome entumecido.

—¿Qué coño fue eso? —Yo digo.

Él sonríe perezosamente. Joder, se ve exasperantemente bien, tan feliz así.

—No ibas a ayudarme. Así que tuve que tomar el asunto en mis propias manos.

—¿Haciéndome follarte? —Porque eso es lo que pasó ¿no? Me empujó hasta que perdí el control de mí mismo. Movió mis hilos como un puto maestro titiritero. Bajo esa sonrisa tonta y esos ojos de cachorrito, no es tan inocente como parece. Me impresionaría si no fuera tan jodidamente aterrador. ¿Soy realmente tan fácil de leer y manipular?

Doy un paso atrás, dejando caer sus piernas, y él se levanta hasta quedar sentado, con los brazos todavía atados detrás de él. Extendiendo la mano, le quito los pantalones deportivos para que sus brazos queden libres y se los lanzo de nuevo. La sangre le mancha los labios y la barbilla, pero no recuerdo haberlo mordido ni nada por el estilo. ¿Perdí tanto el control que lo hice y no lo recuerdo? Siento como si el suelo se hubiera movido bajo mis pies.

—¿Te lastimé? —Pregunto. No quiero que me importe, pero jodidamente sí.

Él sonríe y se limpia la sangre de la boca.

—Solo lo suficiente. Pero no es mía, es tuya.

Oh, es cierto, me dio un puñetazo en la cara. Mientras pienso en ello, mi mandíbula comienza a palpitar.

—¿Por qué hiciste eso? —Pregunto.

—¿Golpearte?

—Hacerme follarte.

—Te lo dije, necesito concentrarme, —dice—. Y no ibas a ayudarme.

¿Soy solo yo o esto no tiene ningún sentido? ¿Vino aquí, me atacó y me hizo follarlo duro sobre las gradas porque no podía concentrarse en terminar su puta tarea? ¿Después de decirme antes con palabras claras que no quería tener nada que ver conmigo? La ira comienza a estallar, calentando mi pecho.

—Y una mierda, —espeto—. Solo quieres molestarme.

Se levanta y comienza a ponerse los pantalones deportivos, deslizándolos por sus muslos manchados de sudor y semen. Me doy cuenta ahora que no lleva ropa interior. Él realmente planeó esto, ¿no?

—Honestamente, —dice—. Lo siento, pero tenía que hacerlo.

¿Tenía que hacerlo? Sí, claro, y una mierda. Hay más en esto. En el fondo, una parte de mí espera que sea porque él me necesita tanto como yo a él, y otra parte de mí tiene miedo de eso. Si me buscó porque se arrepiente de haber roto... No puedo aceptar que solo quisiera correrse para poder aclarar su mente y estudiar.

—Dime lo que realmente quieres, —le digo.

Suspira y termina de arreglar su ropa.

—Estoy reprobando. ¿De acuerdo?

Parpadeo hacia él.

—¿Reprobando qué?

—La uni. —Él me mira—. Me he quedado atrás. El profesor me llamó hoy a su oficina y reprobé otro examen. Uno más y estoy fuera.

—¿Fuera?

—Me echarán de la universidad.

Mis ojos se abren.

—¿De verdad dijo eso?

—Sí, más o menos.

Una vez más siento que el suelo se mueve bajo mis pies. Mi mente se acelera. ¿Cómo pasó esto? En un instante me pasa por la mente cuando lo hice retorcerse haciendo vibrar el plug anal en clase. Mi vicioso placer al ser responsable de mantenerlo despierto toda la noche. Los mensajes de texto y los papeles, sacándolo de clase para enfrentarlo. He estado tan hambriento de su atención que la he estado alejando de todo lo demás. Lo van a expulsar y es culpa mía.

Y si expulsan a Beomgyu... no podré verlo. No tendré acceso a él. Hace solo un momento estaba considerando sacarlo de mi vida como si fuera un tumor. Pero la idea de que esto pueda suceder realmente es sencillamente inaceptable.

Me sorprende lo molesto que me pone. Pero no es porque lo necesite. Simplemente me gusta tener cosas bonitas. Eso es todo. Y Beomgyu es algo lindo que deseo mucho.

No, no puedo permitirlo.

—Eso no sucederá, —digo.

Él me mira, confundido.

—¿Qué?

Mi mente se acelera. Sí, puedo hacer que esto funcione y puedo obtener exactamente lo que quiero de ello sin abrirme, sin apegos emocionales. El suelo deja de moverse.

Finalmente estoy recuperando el control, todo está volviendo a su lugar. Yo sonrío.

Beomgyu me mira con esos grandes ojos azules y su cabello rubio alborotado.

—Te ofrezco un trato, —le digo—. Te ayudaré con tus calificaciones, me aseguraré de que apruebes. Y tú me darás lo que yo quiera.

Me mira con recelo.

—¿Qué quieres?

—A ti. Quiero todo de ti. En cualquier lugar y en el momento que quiera.

2: Cage (Yeongyu) (Saga "Dirty Boys")Donde viven las historias. Descúbrelo ahora