Third [Pausa]

Hado

— ¡GRAAAH AYER GRUUUUHHHH DORMITORIO! — rugió y habló al mismo tiempo el héroe Houndog en la tarima frente a las clases de la U.A. que se reunieron fuera del edificio para una reunión — ¡INAPROPIADO RHAAAA RUUHHHH ESTILO UGHHHHHH! ¡AHOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOH! — concluyó su... discurso, por falta de una palabra más adecuada.

Vlad King subió a la tarima y ayudó a su compañero que había quedado sin aire después de tanto gruñir — Bien... "Debido a ciertos comportamientos en los dormitorios — Vlad King interpretó lo que Houndog intentó decir — como el de estudiantes involucrándose en peleas anoche, por favor compórtense de manera acorde a los estilos de vida de todos" es lo que quiso decir...

— Muy bien, comenzando con los alumnos de tercer año, regresen a sus aulas — instruyó Vlad King a los estudiantes de tercer año, quienes empezaron a dispersarse.

— ¡Hey, hey, hey, hey! ¿Sabes quiénes eran? — preguntó Hado con energía a su amigo Togata, que iba caminando delante de ella. Estaba muy curiosa por saber qué había pasado con los alumnos de primer año. — ¡Hey! ¿Me oyes? ¡Respóndeme! — le insistía a Togata, quien no le contestaba.

Hado no cesaba de hablar con energía, siguiendo de cerca — ¡Los de primer año de la Clase A se han peleado! — persistiendo a pesar de la falta de respuesta — ¡Oye! ¡Oye! ¡Oye! ¿Lo sabías? ¿Estás ahí? — Hado, sin desanimarse, continuaba con una sonrisa radiante. — ¡¿Oye, me estás escuchando?!

— Heh... — Togata murmuró, perdido en sus pensamientos, su mirada viajó hacia los estudiantes de la clase 1-A, identificando a uno entre ellos, el de cabello verde.

— ¡Dije hey! — Hado le reprochó a su amigo, quien no le prestaba atención alguna. Togata tramaba algo y Hado era consciente de ello — ¿En qué estás pensando? ¡Hey! ¡Mirio! — Se mezclaron entre su grupo de compañeros de clase; en verdad, Hado destacaba por su energía y curiosidad insaciables y lo haría obvio.

Midoriya giró la esquina hacia los contenedores de basura, encontrándose con dificultades para cargar las bolsas contra su pecho, no por el peso, sino porque eran tres las que sostenía entre sus brazos.