1 - Aire

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Todos seguían en la sala de espera, ya llevaban horas ahí y nadie les daba una explicación de que estaba pasando con Kevin.

Raula: Pero, se puede saber que ha pasado?

Hannah: No lo sé, yo le llamé para decirle algo y empezó a gritar que le iban a matar y que necesitaba ayuda. Se escuchaba a alguien de fondo.

Roberto: Ya, quién le estaba ahogando. Sabes quién era?

Hannah: Puede ser que fuera Rubén pero no estoy segura.

Roberto: Me cago en dios, pues claro, si hubiera estado ahí.

Candelaria: Roberto tu no tenías ninguna manera de saber que eso iba a pasar.

Roberto: No sé, quizás... Tendría que haber estado yo, yo tendría que estar dónde Kevin está ahora.

Armando: Nada de esto habría pasado si me hubiera callado la puta boca hace años.

Roberto: ¿Cómo?

Armando: Si no le hubiera dicho a todo el mundo que Kevin era gay nunca habría pasado lo que pasó el día que me metió una hostia. O lo que pasaba todos los días que le hostiaban a él.

Raula: Armando ya te disculpas te por todo eso, no es tu culpa.

Armando: Que me disculpara no hace que Kevin pudiera disfrutar esos años como cualquier otra persona. Yo le quité eso.

Candelaria: Armando no sabías que todo eso pasaría.

Armando: Si tan solo pudiera volver atrás en el tiempo, haría todo tan diferente.

Roberto: Pero no puedes, no?

Armando: Roberto de verdad, lo siento.

Roberto: Se que esto no es tu culpa pero es que no sé qué sentir. Solo quiero matar al puto Rubén. Él es quien le ha jodido la vida, es su culpa, no la tuya.

Hubo un silencio aplastante por un tiempo que pareció una eternidad.

Candelaria: ¿Que vamos a hacer si no-

Roberto: Ni de puta coña, eso no va a pasar y no quiero pensar en eso. No.

Raula: Oye, y su madre? No debería estar aquí?

Hannah: La he llamado pero dice que está muy ocupada.

Roberto: Mis cojones. Mis putísimos cojones, que está ocupada dice.

Hannah: Ya, pero supongo que no le importa lo suficiente.

Roberto: Es su puto hijo.

Hannah: Sigue enfadada por lo que pasó en el funeral de su padre- nuestro, nuestro padre.

Candelaria: Su madre no podía esperar que Kevin llorara la muerte de su mayor abusador.

Hannah: No se, al final del día mi madre es tan solo mínimamente mejor que él.

Roberto: Estoy hasta los cojones de todo, por qué no nos dicen nada?

Armando: Voy a acercarme para ver si veo a algún médico para preguntar.

Armando se acercó a la parte de la UCI donde Kevin estaba. Por la ventana le vió. Vió que tenía un par de máquinas conectadas a él y también una vía. Se le vino la imagen de Kevin en el hospital hace años cuando casi muere por primera vez. La culpa le estaba matando y se echó al suelo, hiperventilando. Al rato, se dieron cuenta de que no volvía y Sara fue a buscarle. Le vió a lo lejos y fue corriendo a su lado y le tomó la mano.

Sara: Armando cariño, estás bien?

Armando: No, Sara, todo esto es mi culpa. Mira como está.

Sara: Pero va a salir todo bien, y nada de esto es tu culpa. Cometiste errores, si, pero Kevin te perdonó, y creo que quiere que te perdones tú.

Armando: Si no sale vivo de esta nunca me perdonaría.

Sara: Va a estar bien.

Armando: Como lo sabes?

Sara: Porque Kevin sabe que tú te culparias, y te quiere mucho y se que ahora mismo está luchando por qué no te sientas mal por él, ni tu ni nadie. Sonará estúpido pero creo que Kevin es capaz de mantenerse vivo solo por eso.

Armando pudo calmarse un poco después de eso.

Armando: Puede que tengas razón. Y además, no se merece morir a manos de Rubén, ni de coña.

Sara: Kevin tendría una muerte más chula, no sé, que se lo coma vivo un tigre o algo.

Armando: Vaya. Y es que la cosa es que siento que recién le he recuperado como amigo y no quiero volver a perderle.

Sara: No le vas a perder, confía en mí.

Sara se sentó al lado de Armando y le abrazó. Entonces salió un médico de la habitación de Kevin.

Médico: Son familiares de Kevin Tebeo?

Armando: Eh, si. Como está?

Médico: Estable, le estamos dando oxígeno hasta que se le regule un poco y no creemos que tarde demasiado en despertarse. Pero ha tenido suerte, un par de minutos más tarde y ya no estaría con nosotros.

Sara: Gracias, muchísimas gracias.

Armando estaba ahora mucho más aliviado. Fueron de nuevo él y Sara a la sala de espera a decirles a todos como iba Kevin. Ahora estaban mucho más tranquilos y del agobio Roberto acabó llorando al lado de Carlos, quién seguía a su lado. Ahora solo tenían que esperar a que Kevin se despertara.

Hallemos la α de nuestro amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora