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pov sofia

Veía el programa de Tarde de Tertulia desde la esquina del estudio. Estaba acá por uno de los chicos de la mesa, Nicolás. Lo conocí a principios de febrero en un after en el que me colé. Ese día terminamos en un hotel y pensé que sería la primera y última vez, ya que por lo que sabía, tenía novia, con la que se veían muy enamorados, pero él me volvió a llamar, una y otra vez, haciéndose constante nuestros encuentros. Cada viernes, solo para coger.
Después de insistirle tanto para que me invitara a verlo aunque sea un solo programa, accedió.

Al terminar el programa, caminé hacia el estacionamiento del estadio en busca del auto de nicolás, encapuchada hasta el culo. Unos 20 minutos más tarde él estaba ahí y al verme se sobresaltó.

- ey, que haces acá? -preguntó él frunciendo el ceño con una sonrisa chueca.

- hola, no? te vine a saludar-dije mirandolo mientras sus ojos me miraban y caminaba hacia la puerta del conductor del auto para subirse.

entró dentro de el y abrió la puerta de copiloto para que yo entrara.

- te dije que me esperes a unas cuadras -me reprochó él suspirando

- no hay nadie nico -dije tranquila, sin encontrar lo malo de lo que estaba haciendo

- igual sofia -dijo él abriendo sus ojos

- bueno, perdón -me disculpé corriendo la mirada y suspirando-

Nicolás suspiró arrancó el auto, y apoyo su mano en mi brazo, acariandolo con sus dedos, tratando de sacar la tensión de mi cuerpo y lo logró, en unos segundos estaba sonriendo mirándolo. manejó hacía un hotel e hicimos lo que hacíamos cada viernes, o mejor dicho, cada vez que nos veíamos.

Mis manos recorrían por su pecho, mientras éste subía y bajaba por la respiración agitada, ojalá pudiera tenerlo siempre así. Desde el último mes es todo lo que conozco y no puedo imaginarme el día que deje de ser así porque no quiero que así sea, quiero tenerlo siempre así.

 Desde el último mes es todo lo que conozco y no puedo imaginarme el día que deje de ser así porque no quiero que así sea, quiero tenerlo siempre así

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pov nicolás

Me miraba en el espejo del ascensor mientras subía hacia mi departamento, estaba hecho mierda, el cansancio del dia y el programa me mataron. pero era viernes, y haber visto a sofia me distrajo un poco. Nadie sabe de ella, ni siquiera mis amigos, y es que sabía que estaba mal y si alguien se enteraba me iba a matar porque sé que todos quieren mucho a mi novia.

El ascensor me dejó en el que era mi piso, el 5. Abrí la puerta y las luces estaban prendidas, se escuchan ruidos y había olor a comida.

Una castaña, que al conectar mirada sus ojos brillaron, apareció frente mío. Tenía un poco su pelo desordenado y tenía puesta una de mis remeras. Cata, mi novia hace dos años.

Sus pies corrieron rápido, yo abrí mis brazos y saltó sobre mi enrollando sus piernas en mi cadera mientras me abraza por el cuello.

- hola mi amor -saludó feliz mirándome y dejó un beso en mis labios-

- te extrañé demasiado -volvió a abrazarme y dejar un beso en mi cuello-

- yo mas mi amor -dije acariando su cintura

- báñate y hablamos de todo mientras comemos dale, que ya está todo listo -dijo ella bajandose de encima mío, y mirándome sonriente y una sonrisa se formó inconscientemente en mis labios, era una divina. Dejé un beso en su frente y corrí al baño, en dónde mientras el agua fría pasaba por mi cuerpo, me acordé de sofia, a ella la conocí una noche que salí, hace casi un mes, cuando cata recién se había ido. Nos juntamos en secreto todos los viernes, no era nada serio, pero ahora que volvió cata ya no me entra en la cabeza pensar en ella.

- tenías que ver la cara de mi papá, ver sus ojitos felices me hicieron dar cuenta que todo valió la pena -dijo mi novia sonriendo negando con la cabeza y yo puse mi mano sobre la suya, acariandola con mis dedos

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- tenías que ver la cara de mi papá, ver sus ojitos felices me hicieron dar cuenta que todo valió la pena -dijo mi novia sonriendo negando con la cabeza y yo puse mi mano sobre la suya, acariandola con mis dedos.

- vos cómo la pasaste este mes eh? contame - siguió hablando cata mientras se levantaba de su asiento y camino hacia mi sentándose en mis piernas, poniendo alrededor de mi cuello sus brazos.

- fui a casa, mi mamá te extrañó mucho -dije y ella arrugó su nariz- la pasé bien con los chicos y hace dos semanas que entreno y entreno, le estoy metiendo banda al gum -dije riéndome.

- pobrecito él, está cansado -dijo ella dejando besos en mi mejilla y una sonrisa se formó en mi rostro- que tanto me extrañaste? - pregunto levantando sus cejas mirándome fijamente a los ojos.

- mucho -contesté mirándola sin perder el contacto con sus ojos.

- cuánto es mucho? -preguntó ella divertida con una sonrisa asomándose en sus labios.

- mucho, mucho, millones -dije y ella soltó una risita.

- mejor -dijo ella rozando nuestras narices.

- y vos? -pregunté mientras con mi pulgar acariciaba su cintura y mis ojos estaban fijados en ella.

- sabes que no te extrañé? nada nada -dijo ella tranquila mirando hacia otro lado, yo levanté mi cejas y su risa empezó a sonar en todo el departamento.

- te extrañé mucho, qué es esa pregunta? -dijo cerca de mi cara y dejó un beso en la comisura de mis labios.

- y hoy por qué viniste más tarde? -preguntó cálida mirándome mientras acariciaba mi cuello con sus manos, yo tragué en seco

- es que nos quedamos un rato entre todos charlando, estamos con la cabeza puesta en el programa del lunes -dije mirando a un punto fijo.

- va a salir todo bien, tranqui -dijo suavemente ella y dejó un beso en mi cien- querés helado? -preguntó levantándose de mis piernas y yo asentí con una sonrisa, la cual no se me fue mientras veía todo su recorrido por la cocina mientras servía el helado. Cata era demasiado y hace un mes la venía cagando, cuando sé que no se lo merece.

 Cata era demasiado y hace un mes la venía cagando, cuando sé que no se lo merece

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The one; Nico FerreroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora