AMOR CON SABOR A PELIGRO

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CAPITULO 3

Después de que ella lo echara de su casa, solo se quedó mirando la entrada del edifico hasta el amanecer, no entendía que lo mantenía en aquel lugar y por alguna razón extraña se sentía dolido ante la respuesta que ella le había dado para sacarlo.

Miró su camisa manchada de sangre y sonrió amargamente al recordar que se había lanzado frente a un auto solo para poder verla una vez más.

"Que estúpido"

Se retó mentalmente mientras prendía el motor de su vehículo y se marchaba de allí.

Pero a pesar de tener el pensamiento firme de no volver nunca más a ese lugar, poco le duraron las fuerzas y el orgullo, ya que después de una semana nuevamente estaba estacionado aun lado del edificio mirando sus movimientos diarios, ya sabía donde trabajaba y la ruta que siempre tomaba para llegar a casa, pero aquella noche espero más de cuatro horas y aun no aparecía.

La ansiedad lo invadió y prendiendo su auto manejo hasta el hospital NYC Health donde ella trabajaba, solo iría a asegurarse que ella estuviera bien y luego se marcharía en silencio.

Pero a pesar que se lo dijo un centenar de veces mientras manejaba, al no verla por ningún lado tuvo que ingresar al atestado hospital y atreverse a buscar información de su paradero.

---Ahora está atendiendo un caso de intoxicación pero su descanso será aproximadamente en unos veinte minutos.- Le informo la mujer ya mayor al verlo preguntar por la siempre sonriente enfermera amiga suya. – Suele ir a tomar un café en el área de descanso, puedes esperarla allí. – Y agradeciéndole caminó hasta donde se le indico.

Se sentó en un rincón y observó como el lugar estaba lleno de personas al teléfono, otras realmente preocupadas tal vez por algún pariente , otras durmiendo y algunos miembros del hospital que intentando mantenerse despiertos tomaban una que otra bebida.

Apretó los puños al sentir cierta sensación de nervios en su interior y esperando silencioso al poco rato pudo verla caminar ataviada de su celeste uniforme de trabajo hacia la máquina de expresos.

---Candy ven con nosotros. - Escuchó que la llamaron un grupo de amigos suyos.

---Candy.- Repitió mientras la veía llenar el pequeño vaso de cartón.- Con que ese era tu nombre. – Sonrió ante el nuevo descubrimiento.

La joven terminó de servir su bebida y con una sonrisa dio unos pasos hacia sus amigos, pero algo la detuvo, la figura de aquel hombre la sorprendió y al ver que la miraba directamente no le quedó de otra que acercarse a él.

---¿Qué estás haciendo en este lugar? .- Le preguntó con el ceño fruncido.-¿Cómo sabes que trabajo aquí?

---¿Te olvides que soy un criminal? - Respondió con una sonrisa burlona.- Fue fácil en realidad.

---¿A qué has venido?

---Eres mi enfermera.- Soltó sin pena.- Quiero que revises mi herida, no se ha estado sintiendo bien estos últimos días.

Candy lo miró con cara de poco amigos y suspirando con fuerza, se llevó el vaso a la boca y terminó su bebida en un minuto.

---Vamos.

Inicio su marcha y guiando a Terry hacia un espacio libre le pidió que se sentara para después de cerrar las cortinas indicarle que se levantara la camiseta que llevaba esa noche.

---¿No sería mejor que me la quitara? .- Habló recordando las anteriores atenciones.

---No es necesario. - El tono frio que empleo lo hicieron verla con detenimiento. - ¿Dónde te duele exactamente?

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