En el verano del 87, Park Jimin, un adolescente de 17 años decide pasar sus últimas vacaciones en San Diego, el pueblo natal de su padre con el que no tiene una buena relación.
Sin esperar que sucediera, Jimin se reencontrará con el divertido e int...
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♡ JIMIN ♡
Bajé del auto luego de ver a papá hacerlo, y me mantuve parado a un lado de esa puerta de metal como un extraño tratando de aferrarse a ello, luego de ver como una mujer y un niño pequeño corrían hacia mi progenitor para abrazarle. No sé qué era más incómodo; si el hecho de estar parado allí con las manos cruzadas delante de mis pantalones o, el ver como recibían con tanto cariño a mi padre.
—¿Qué haces aun ahí, Jimin? Ven para que pueda presentarte —sonreí incómodo y asentí caminando con lentitud hacia ellos— Ella es Hannah, mi esposa y Jin, tu hermano menor.
La mujer de cabellera castaña y estatura similar a la mía, sonrió amigablemente y se acercó a mí para envolverme entre sus brazos, no supe cómo reaccionar o si tenía que abrazarla de vuelta. Solo me quede estático con una sonrisa falsa adornando mi rostro, ella se separó de mí y dijo:
—Es un gusto por fin conocerte como es debido, espero que nos llevemos bien.
—Sí... —musité.
—Jin, cariño ven a saludar a Jimin —la mujer llamó al pequeño que se escondía tras el cuerpo de papá, mientras me encajaba una mirada recelosa.
Vi como papá le dio un suave empujón para que el niño se sintiera con la confianza de acercarse a mí y así fue. Sin embargo, yo no supe qué hacer y permanecí en mi sitio; él se colocó a un lado de su madre y extendió su pequeña mano hacia mí con el ceño fruncido, llevaba una camiseta azul sin mangas y unos pescadores beige. Quise reír por su linda actitud, pero no sabía si eso le haría sentir mal.
—Soy Jin Park , tengo seis años. Mucho gusto —se presentó como en el kínder y aunque dudé en tomar su mano, al final lo hice.
—Yo soy Jimin y... tengo el mismo apellido que tu —sonreí y él apartó rápidamente su mano.
—Mi hermano también —dijo él.
—Ya veo, somos muchos Park por aquí —comenté mirando a mi padre fugazmente.
—Deberíamos entrar a la casa, su hermano está preparando la mesa para el almuerzo —agregó Hannah con una sonrisa—. Preparé todas las comidas que tu padre dijo que amas, para darte una buena bienvenida.
—Se lo agradezco.
Seguí a la mujer y a su hijo a la casa mientras papá se había quedado un momento afuera para bajar la maleta del automóvil. Observé todo a mi alrededor y definitivamente algo había cambiado en ese pueblo y era la casa de mi padre; ya no era de un color azul pastel como lo recordaba, era de un color crema bastante elegante, pero seguía siendo una casa bastante grande construida de madera con una enorme terraza.
Su interior también seguía siendo el mismo, era fresco con un enorme ventanal del lado de la sala que daba a la terraza lateral del lado de la casa de los vecinos, se sentía como vivir en una antigua construcción europea, como las casas de campo en Italia.
