POV SANA
Mientras estaba sentada en la bañera caliente y burbujeante, le envié un mensaje de texto a mi madre.
Cambio de planes. Regreso a casa mañana en lugar del domingo. ¿Por qué? ¿Qué pasó?
Su esposa tuvo un ataque al corazón y tuvo que irse.
Oh querida. Espero que ella esté bien.
Yo también, mamá. Dile a Yuna que la amo y que estaré en casa mañana.
Después de que terminé de escribirle a ella, le envié un mensaje a Nam informándole sobre mi cambio de planes.
Tan pronto como terminé de bañarme, puse la bata blanca y esponjosa en el armario y me senté en la computadora para averiguar más sobre Chou Tzuyu.
Tiene treinta años, tal como sospechaba y era la presidenta de Chou Essence, una compañía de aromatizantes de mil millones de dólares. Su estado era soltera siendo una de las más elegibles de Nueva York. Al hacer clic en la pestaña de imágenes, descubrí que había varias fotos de ella y una cadena de mujeres en su brazo.
—Usted es toda una playgirl, señora Chou —dije mientras desconectaba la computadora y me iba a la cama.
[...]
A la mañana siguiente, me bañé, me puse la peluca, mis lentes de color, me maquillé y me vestí con un par de jeans rotos y una camiseta sin mangas. Agarrando mi bolso, salí por la puerta a la terraza para encontrarme con Tzuyu para el desayuno. Cuando llegué, la vi sentada en una mesa, así que me acerqué y me senté frente a ella.
—Buenos días. —Sonrió.
—Buenos días.
—¿Café? —Agarró la pequeña olla de acero inoxidable que estaba sobre la mesa.
—Por favor.
—¿Cómo dormiste anoche? —preguntó.
—Dormí bien. ¿Qué hay de ti?
—No tan bien. Todo lo que seguía viendo cuando cerraba los ojos era una pistola que me apuntaba. —Sonrió.
—Una vez más, lo siento.
—Mi avión ya llegó, así que podemos dirigirnos al aeropuerto tan pronto como terminemos con el desayuno.
—Suena bien.
—Por cierto, Kim ¿Cuál es tu apellido? —preguntó mientras tomaba un sorbo de café.
—¿Por qué?
—Tengo un evento el próximo sábado por la noche al que tengo que asistir, y me gustaría contratarte para que vayas conmigo.
—¿Por qué? —Estreché mis ojos hacia ella.
—Porque creo que eres una mujer hermosa y me gustaría tu compañía. ¿Razón suficiente?
—Pero puedes tener a cualquier mujer que quieras gratis.
—Cierto. Pero me gustaría llevarte.
—Ya he reservado para el próximo sábado por la noche.
—Cancela la reserva. Pagaré el triple de tu tarifa y prometo ser una compañía mucho mejor que el vejestorio que te reservó.
—¿Y cómo sabes que es un vejestorio? —Ladeé la cabeza.
—Porque no creo que haya demasiados jóvenes de treinta años que contraten escorts. ¿Estoy en lo cierto?
—Sí. Supongo que sí. Sin embargo, es un cliente nuevo.
—Bueno. Entonces será aún más fácil cancelarlo.
—Primero tienes que pasar por un de selección.
—No hay problema. Te quiero toda la noche. Puedes irte a la mañana siguiente.
—Supongo que quieres sexo —le dije mientras tomaba un sorbo de café.
—Asumes bien. —Guiñó un ojo—. Y un par de cosas más.
—Veinte mil—le dije.
Las comisuras de su boca se curvaron hacia arriba en una sonrisa maliciosa.
—Sé muy bien que no cobras eso.
—Estabas dispuesta a pagar eso anoche —le dije arqueando una ceja.
—Bien. Veinte mil dólares por la noche y eres toda mía. —Metí la mano en mi bolso y saqué mi tarjeta de negocios.
—Llama al número que aparece en la tarjeta, busca los canales adecuados y me aseguraré de estar disponible esa noche.
Después del desayuno, subí a la suite del hotel para recoger mi equipaje. Saqué el teléfono de mi bolso y llamé a Momo.
—Hola, Sana. ¿Cómo está Texas?
—Lleno de acontecimientos por decir Voy a casa hoy. La esposa de Britney tuvo un ataque al corazón y él tuvo que irse anoche.
—Eso apesta. Espero que ella esté bien.
—Escucha, necesito que canceles mi cita para el próximo sábado con ese nuevo cliente. Una señorita llamada Chou Tzuyu te llamará para contratarme esa noche. Ya la conocí aquí en Texas. Examínala de todos modos. Me quiere toda la noche y me está pagando veinte mil dólares.
—Mierda. ¿Por una noche? ¿Cómo lo lograste?
—Estaba dispuesta a pagarlo anoche después de que Britney se fue y la rechacé. Realmente quiere pasar la noche conmigo, así que le dije veinte mil dólares y ella estuvo de acuerdo.
—Maldita sea, Sana.
—Es la presidenta de una compañía de saborizantes de mil millones de dólares. Veinte mil son centavos para ella.
—Umm, Sana. Solo busqué en Google su nombre. Tiene treinta años y está у jodidamente caliente como el infierno. Mierda. Dejaría que me follara gratis. —Solté una ligera risa.
—Si nos hubiéramos conocido cuando era Sana y no estuviera en el trabajo, probablemente lo habría hecho.
—Me tengo que ir, la otra línea está sonando. Probablemente sea ella ten un vuelo seguro.
Terminé la llamada, agarré mi maleta y me dirigí al vestíbulo donde Tzuyu me esperaba hablaba por teléfono. Después de que terminó la llamada, me miró.
—Maldición, pones a nuevos clientes a través de una prueba.
—Como dije, una mujer necesita protegerse. —Sonrei mientras subíamos a la parte trasera de su limosina.
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Lovers ~ |Satzu|
FanfictionSANA: A veces la vida no sale según lo planeado. La mía ciertamente no. En un momento me iba a NYU con una beca totalmente pagada, y al siguiente me convertí en algo que nunca pensé que sería. Aprendí rápidamente y el dinero me permitió pagar los tr...