Al final de todo -BTS

Nuestro primer amor

Jimin no tenía grandes expectativas para su último año de instituto, ciertamente no se esperaba que tantas cosas cambiarían, las personas hacen cosas tontas cuando están enamoradas y por más que él odiaba la idea, no iba a ser la excepción.

En su último primer día de escuela conoció a quien se convertiría en su primer amor y su mayor dolor, en un pueblo pequeño donde conoces a todos desde niño y nada nunca pasa, la llegada de alguien nuevo es como echar carne fresca a las pirañas, más si la carne es un chico nuevo, bastante atractivo además y las pirañas son básicamente todo el mundo.

Jeon Jungkook llegó impactando rápidamente a todos los de su clase y aunque no paso de verlo en los pasillos y en algunas clases, nunca entabló conversación con él, o al menos no hasta que decidió entrar al grupo de baile, del cual Jimin era el líder, al principio se veía tímido y no hablaba mucho pero no podía negar que era muy bueno bailando.

No pasó mucho tiempo en el cual comenzaron a hablar y rápidamente se volvieron amigos, Jimin solía quedarse ensayando todas las tardes después de terminar las clases y muchas de esas veces Jungkook se quedaba con él, algunas otras Tae los acompañaba. Terminando por convertirse los tres en amigos.

Jimin solía bailar hasta que las piernas le temblaran y no pudiera seguir y entonces es cuando Kook entraba y le ofrecía una botella de agua ayudándolo a levantarse, algunas veces el menor solo se quedaba observándolo bailar y aunque en un principio le daba vergüenza, se acostumbró muy rápido a su atención, se dio cuenta que de hecho le gustaba, algunas otras veces el mismo Jungkook se sumaba a él y terminaban bailando los dos por horas.

Jimin realmente nunca había tenido muchos amigos, básicamente Tae era su único y mejor amigo, y estaba muy feliz con eso, pero tener la atención de alguien más solo para él lo hacía sentir bien, lo hacía sentir especial, por eso aunque secretamente le gustaba más cuando tenía la oportunidad de estar a solas con Kook igual apreciaba los momentos que compartían los tres.

No tardó demasiado en darse cuenta que lo que sentía por el menor era algo más que una simple amistad y aunque estaba confundido y tuvo miedo de que fuera solo una atracción unilateral habían momentos que llevaban su mente a volar más allá de la ilusión, como cuando al bailar practicaba duetos (bastante sensuales) debe agregar, con el menor, podía sentir la química que fluía entre los dos cuando la música retumbaba por sus oídos y mirándose a los ojos, no existía nadie más frente al otro que no fueran ellos mismos.

O como cuando se frustraba porque no le salía un paso, él siempre trataba de animarlo comprando un helado o haciéndolo reír hasta que se le olvidará porque estaba enojado en un principio y aunque Tae también se preocupaba por él, era algo diferente, las sonrisas coquetas que le regalaba cada vez que lo atrapaba mirándolo o cuando tomaba sus manos para calentarlas mientras lo acompañaba a casa.

O aún más cuando estaba tan cansado que lo cargó por todo el camino hasta dejarlo en su casa, aún cuando le dijo que no era necesario y que podía caminar o cuando la casa de Jungkook quedara en dirección contraria de la suya.

Estaba muy seguro que las cosas eran recíprocas pero ninguno se atrevía a dar el primer paso, aún no le había dicho nada sobre su seudo enamoramiento a Tae porque era la primera vez que se sentía así por alguien más, así que quiso guardarlo para él mismo solo por un momento más, aunque a estas alturas le sorprendía que aún no se hubiera dado cuenta, ya que era casi imposible no ver como Jimin se sonrojaba de solo ver al menor.

La tarde antes de salir a vacaciones decidió que era el momento y que él mismo sería quien diera el primer paso, si todo salía bien pasarían todo el invierno juntos, y si no, pues, prefería no pensar en eso.